Cómo la cuadrilla de 31 amigos de Illarramendi se plantó en su presentación con el Real Madrid y le cantaron a Florentino: 'Osaba (tío) Floren... lalala'

Nunca una presentación de un jugador de fútbol fue tan singular como la de Asier Illarramendi en el Santiago Bernabéu. Sin desmerecer al futbolista, el mutrikuarra pasó a un segundo plano, eclipsado por los integrantes de su cuadrilla y por el propio presidente del Real Madrid. Florentino Pérez se entregó a la causa, nunca mejor dicho, y, en muchos momentos, fue uno más dentro del grupo de amigos desplazados hasta la capital de España para asistir al un momento tan importante en la carrera de su colega.

Todo fue muy improvisado, pero inolvidable para los allí presentes. La Real Sociedad hizo oficial la salida del centrocampista un viernes 12 de julio, a las 13.00 horas, en una multitudinaria rueda de prensa en la que el protagonista de esta historia no pudo contener las lágrimas por tener que decir adiós al club de su vida. A esa misma hora, la mayor parte de sus amigos se bañaban en el muelle de Mutriku.

Fue hacerse oficial la noticia y ponerse manos a la obra. Nadie se lo quería perder. El Madrid, casi a la misma hora, anunciaba que la presentación de Illarramendi sería al día siguiente en el palco de honor del Santiago Bernabeú. Fueron muchos lo que se presentaron voluntarios para conducir hasta Madrid y asistir al acto, pero a uno se le ocurrió la idea de desplazarse en un autobús todos juntos. Dicho y hecho. Ayudó que un amigo cercano trabajara de chófer de autobuses. No cabían todos. Los que se quedaron sin billete tiraron de automóvil particular.

24 horas después del anuncio de su fichaje por la Real, 31 amigos de Asier Illarramendi se convirtieron en las protagonistas de una presentación nunca vista anteriormente. Florentino Pérez puso mucho de su parte para todo lo que allí aconteció.

"Daré todo por este escudo", dijo Asier Illarramendi, mostrando la elástica con el dorsal '24'. Sus amigos no paraban de jalearle. Viendo la situación, el mandamás blanco rompió el protocolo y pidió a la cuadrilla del mutrikuarra que subiera al escenario para hacerse una foto. La locura. Los allí presentes no se lo creían. Para empezar porque en el palco ni tan siquiera había sillas para sus amigos. No fue problema. Al instante les hicieron sitio para que no perdieran detalle de un acto histórico. También estuvieron en el césped del coliseo blanco.

Pero las sorpresas ni mucho menos terminaron ahí. Ese día pudieron conocer por dentro el Santiago Bernabéu y también Valdebebas, con el propio Florentino Pérez como maestro de ceremonias. Fue el propio presidente el que les dio una vuelta por las instalaciones, mostrándoles las avances de las obras. El mandamás blanco no se separó en ningún momento de la comitiva mutrikuarra, que no se creía lo que allí estaban presenciando.

Pero esto no tiene parangón con lo sucedido el mismo día de la presentación de Asier Illarramendi como jugador de la Real Sociedad. Sus acompañantes, en primera instancia, tenían pensado regresar a Mutriku tras el acto. Picar algo en algún bar de Madrid y emprender el camino a casa. Pero la sorpresa llegó cuando un empleado del Real Madrid se les acercó y les dijo que estaban invitados a comer en el Puerta 57, el mejor restaurante del Santiago Bernábeu. Aceptaron sin rechistar.

No estaban justo al lado de Asier Illarramendi, que ocupa un reservado junto a los miembros de su familia y la directiva del Real Madrid, con Florentino a la cabeza. Los acompañantes del jugador estaban ubicados en una sala contigua a la que se acercó en varias ocasiones el presidente Florentino Pérez, con todo lo que eso supuso. En las mesas no faltaron las botellas de sidra. Era como si estuvieran en casa. Cada vez que aparecía, Florentino empezaba la fiesta. Con la servilleta el vuelo y cantando: 'Osaba Floren lalalalala, Osaba Floren...' Le trataban como si fuera uno más. Illarra y su familia estaban, literalmente, alucinando.

Al final de la comida, llegaron varios empleados de la tienda del Madrid junto a Florentino y les entregaron una camiseta con el recién estrenado dorsal '24' y el nombre de Illarra a cada uno. Ponían así el punto final a una jornada inolvidable para Asier Illarramendi, pero también para los integrantes de una cuadrilla que pasará a la historia por formar parte de una presentación nunca antes vista en la historia del fútbol español.