FINAL COPA DEL REY

'A lo bajini': la superstición ante la final de Copa invade Bilbao... y se contagia hasta el vestuario del Athletic

Tras las derrotas en las últimas finales, la afición está intentando vivir la previa copera con mayor tranquilidad bajo el lema que se ha hecho fuerte entre los jugadores.

Los edificios comienzas a engalanarse de cara a la final de Copa del Rey. /EFE
Los edificios comienzas a engalanarse de cara a la final de Copa del Rey. EFE
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

"He hablado con gente que venía en esa expedición y decían que cuando aterrizaron, ya en el aeropuerto, se dieron cuenta de que iban a perder ese partido. Ese partido no lo ganamos los jugadores, ese partido lo ganó la afición, toda la ciudad". Así recordaba Aitor Ocio lo que sucedió en 2009 en una semifinal de Copa entre el Athletic y el Sevilla. Hace 15 años, Bilbao se convirtió en un infierno rojiblanco para el cuadro andaluz, que llegó a la capital vizcaína con ventaja en el marcador y se marchó eliminado de la Copa tras una exhibición del Athletic que fue un rodillo, empujado por un clima que invadió la ciudad desde días antes y llegó hasta la final. Cada rincón era rojiblanco. Hoy, a las puertas de la sexta final copera en este tiempo, la sensación es de mayor contención.

En la final de 2009, las de 2012, la de 2015 y por supuesto las de la pandemia, había banderas y telas rojiblancas donde mirases, reflejo de una excitación por volver a ganar un título copero muchos años después. Los grandes recuerdos de esas experiencias se entremezclan con la decepción en un recorrido tan ilusionante como devastador para las ilusiones rojiblancas. Quizá por ello, los aficionados rojiblancos están viviendo la previa de la ilusionante final de Copa ante el Mallorca como una lucha interna entre la emoción y la superstición.

Los balcones se han ido tiñendo de rojiblanco a cuentagotas y, aunque ya van cogiendo colorido y los edificios instituciones también se han engalanado, aún faltan muchos por lanzarse a vestir sus fachadas, invadidos por un lema que se ha hecho fuerte en el vestuario. 'A lo bajini'. O lo que es lo mismo, soñar con el título sin grandes alusiones, sin mentar a La Gabarra -pese a que el club haya anunciado con todo lujo de detalles el hipotético festejo-, pasando los días en el calendario sin mirar al día 6 de abril y sin lemas que fueron célebres en cada final. El 'Aurten bai' ('este año sí') ha desaparecido en favor del famoso lema que inició con otro de Iñaki Williams desde la Copa de África: "Volando bajito".

En el vestuario rojiblanco se ha impuesto una máxima de intentar hablar lo menos posible de la final. Ni siquiera en sus círculos más íntimos lo hacen, buscando evitar la presión social que les ha invadido en las últimas experiencias. El club vasco es un caso especial por tener una gran cuota de canteranos, en el que los futbolistas conviven con la afición a diario en las calles, en casa y en sus cuadrillas, sintiendo una presión extra por conseguir lo que ningún otro futbolista del Athletic ha logrado en cuatro décadas. Por eso, Iñaki Williams inició esta campaña.

"Salió como algo natural en redes, lo empecé a decir y a retuitear, a la gente le gustó y le ha calado. Hacerlo a lo bajito está haciendo mella, estamos haciendo las cosas muy bien trabajando en silencio y ojalá que el éxito haga todo el ruido". Así resumió el propio Iñaki esta iniciativa en una entrevista de la LaLiga VS, explicando que en otras finales los jugadores salieron "bloqueados por exceso de ganas o de responsabilidad". El propio Marcelino García Toral, técnico en las dos últimas finales coperas, también reconoció en su día que los jugadores del Athletic juegan estos partidos con una mochila cargada de emociones. "Hubo bloqueo y agobio ante la Real", reconocía.

En la masa social, las derrotas en las diferentes finales han generado también una coraza que lleva a no querer ilusionarse en exceso por el temor a un nuevo golpe, aunque la ilusión siempre acaba sobresaliendo. Imposible no hacerlo si al coger el metro te encuentras con una estación de Moyua completamente decorada al estilo San Mamés, si pasas por el Ayuntamiento y una gran bandera alienta al club o si al cruzar el puente de Róntegui ves una bandera enorme presidiendo el imponente edificio del BEC. El apoyo a este grupo de jugadores es total, con noches inolvidables como las vividas ante Barcelona y Atlético de Madrid en los cuartos y semifinales y por ello se han desbordado las peticiones de entradas y los viajes a Sevilla. 'A lo bajini', pero con confianza máxima en los jugadores de Valverde.