COPA DEL REY

Tres milagros en las copas europeas reabren el debate sobre el modelo de la española

Pese al 4-4 vibrante de Montjuic, la clasificación de tres equipos muy modestos en Alemania, Portugal y Francia plantean la duda sobre nuestro sistema.

El Arminia Bielefeld celebra su hazaña./EFE
El Arminia Bielefeld celebra su hazaña. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Mientras este martes todo el país miraba embelesado la televisión en el vibrante empate a cuatro entre el Atlético de Madrid y el Barcelona, en tres copas europeas del más alto nivel se dio un milagro: tres equipos de entre tercera y cuarta categoría han logrado la clasificación para las semifinales de sus respectivos torneos. Algo que es prácticamente inviable con el modelo español y que reabre un debate que ya resurgió de nuevo con la llegada de Rafael Louzán a los mandos de la Real Federación Española de Fútbol.

El Arminia Bielefeld, de Bundesliga 3., tercera categoría del fútbol alemán, dio un golpe sobre la mesa y se impuso al Werder Bremen por dos goles a uno en los cuartos de final de la DFB-Pokal y ya ha accedido a semifinales. Claro, el sorteo permite cualquier tipo de emparejamiento, lo que facilita enormemente las sorpresas en rondas avanzadas. Leverkusen, Augsburgo y uno entre Leipzig y Wolfsburgo cerraran los partidos finales por el título.

En Francia, el Cannes, ahora en cuarta división francesa, también ha logrado una hazaña sin precedentes y ha eliminado al Guingamp para meterse en la siguiente fase. De nuevo, el sorteo fue clave y deparó en cuartos de final un enfrentamiento entre este modesto y un equipo de segunda categoría. También se ha clasificado el Reims y las dos plazas restantes saldrán del Stade Briochin-PSG y el Brest-Dunkerque. Como bien se puede comprobar, de nuevo hay implicados equipos que no están en la élite, lo que implica que es una competición inclusiva y que da las mismas oportunidades a todos.

La tercera hazaña a narrar la protagonizó en la Taça de Portugal el Tirsense, que derrocó por cero goles a dos a O Elvas. Quizás no suene ninguno de los dos nombres porque ambos militan en la cuarta división en jerarquía del fútbol portugués. Benfica y Braga van por ese lado del cuadro en la otra eliminatoria. En el lado contrario, Gil Vicente o Sporting se verán las caras con el Rio Ave.

Que en tres países de la magnitud de Portugal, Alemania y Francia hayan clasificado entre los cuatro mejores de la Copa a un equipo de tercera o cuarta categoría habla y mucho de la dimensión que tiene el torneo y la ilusión que genera alrededor del país. Algo que, en realidad, ya ocurre en España, pero de otra forma. El sorteo no es puro, enfrenta directamente a equipos de superior categoría con los de inferior categoría en casa del modesto. Un modelo que da la oportunidad a los más humildes de cumplir el sueño de recibir a equipos grandes en su estadio, pero que corta su proyección: en resumen, es imposible que eliminen una y otra vez a un grande, la hazaña se puede dar una, dos o tres veces, pero cuatro ya...

Los cambios de Louzán

La marcha de Luis Rubiales y del gobierno provisional de Pedro Rocha dio alas a posibles cambios importantes en el formato de las competiciones. En el aire, aunque nunca se llegó a cerrar de manera formal, estaba la opción de que la Copa del Rey, como muchos aficionados reclaman, pase a ser un sorteo completamente puro, tal y como ocurre en algunos de los países expuestos anteriormente.

Sin embargo, no solo no se va a dar esto, sino que se han introducido matices para condicionar el asunto todavía más. El nuevo gobierno de Louzán pretende hacer que las dos primeras rondas de la competición sigan un criterio geográfico de emparejamiento. De tal modo, el país se dividirá en cuatro zonas y todos los cruces se decidirán en función de la distancia entre sus clubes implicados.

De tal modo que el Arenteiro, por poner un ejemplo, se acostumbrará a jugar contra el Celta de Vigo, el Deportivo de la Coruña, el Racing de Santander, el Sporting o el Real Oviedo. Una medida que pretende generar una mayor tensión y emoción en los partidos que dictamine el azar y atraer todavía a más público deseoso de ver medirse a dos clubes de sus proximidades.

Sin embargo, este asunto cuenta con otros muchos argumentos contrarios a la idea prefijada. Uno de ellos es que si uno de los grandes no consigue meterse en la Supercopa de España será, sin duda, el gran aliciente para todos los clubes pequeños, pero solo podrán medirse a él aquellos que estén geográficamente cerca. Queda por ver también en qué condiciones se fijan las cuatro zonas. ¿Un equipo de Baleares tendrá más rivales posibles que el Mallorca y quizás los clubes de la Comunidad Valenciana?, ¿hasta qué año le compensará solo tener unos posibles adversarios fijados más allá del azar?

Muchas incógnitas al aire que se irán resolviendo una vez se establezcan las bases de competición y la Federación explique formalmente todos los detalles que rodean este comentado cambio en la normativa. Hasta entonces, seguirá sonando de fondo la alternativa del sorteo puro que permitiría ver con más frecuencia los milagros que se han dado este martes de forma simultánea en Francia, Alemania y Portugal.

El 4-4 entre el Atlético de Madrid y el Barcelona ha sido descomunal, pero ¿quién preferiría que, de vez en cuando, un club de Primera o Segunda Federación se plantara en esta ronda a competir? Quizás nunca lo veamos...