El Valverde más bromista niega su favoritismo y no se cree a Aguirre: "No veo necesario motivar al rival"

Ernesto Valverde compareció tranquilo a las puertas de una nueva final de Copa del Rey con el Athletic Club. Será la segunda que dispute como técnico rojiblanco, después de la que perdió en el Camp Nou ante el Barcelona. Ni siquiera la importancia de este partido le cambia su ánimo. Bromeó, algo que no es muy habitual en sus ruedas de prensa, esquivó las preguntas que no le interesaban y volvió a demostrar que si en algo es sobresaliente es en la capacidad para manejar los ánimos. De la afición, de los periodistas y, por supuesto, de sus jugadores, a los que tienen mucho más tranquilos que lo que se percibía en anteriores finales.

Uno de los principales temas de la previa, de hecho, ha sido el supuesto favoritismo del Athletic respecto del Mallorca. La buena temporada de los rojiblancos, peleando por la Champions League, le pone como el favorito a coronarse campeón, pero el Txingurri no quiere ni oír hablar de ello: "Nos da igual lo que se considere desde fuera. Si me regalasen un gol por decirlo, lo diría, pero como no me lo van a dar no veo necesario motivar al contrario. Hay que pelearlo".

Por eso, sonrió cuando le dijeron que Javier Aguirre había declarado que prefería la salvación que el título copero. No le cree. "Estando aquí... vamos a jugar una final. Y aquí de lo que se trata es de explotar tus posibilidades para ganarlas y luego ya se pensará en otras cosas. Somos dos equipos que hemos eliminado a grandes y cuando ganaban a Girona o Real también podían pensar en esos momentos en la salvación y seguían ganando... supongo que sería con algún fin".

Fue una de sus primeras respuestas, demostrando que estaba en su salsa y que su actitud no iba a cambiar por estar a puertas de la final. "Estoy tranquilo. Que el Athletic desplace aficionados a cualquier final se hace siempre porque la gente tiene que entender lo que significa una final para nuestro club. Es la posibilidad de demostrar la grandeza de nuestro club más allá del resultado, pero también es una oportunidad para ganar. Hay una gran expectación pero se trata de un partido de fútbol y eso es lo que nosotros sabemos hacer", razonó, con esa sencillez habitual en él.

¿Es el partido más importante de su carrera? No se lo pensó el técnico al responder, con su habitual sarcasmo. "Ahora mismo sí, pero también lo era el del Atlético y el anterior, y el anterior". Aun así, reconoció su importancia: "Sé lo que significa este partido si pudiéramos ganar. Las finales siempre están señaladas en el calendario y está claro que es un partido importante para mí, por supuesto". Eso sí, no lo cambiaría por los títulos conseguidos en el pasado, principalmente porque eso no se puede hacer. "¿Esto qué es, el túnel del tiempo? La Copa más importante es la que tienes por delante porque es la que más significa porque parece que los otros títulos ya han pasado y están amortizados. Pero no puedo cambiar nada".

Sorprendió que el técnico declarase que el Athletic no tenía "nada que perder", pese a la ilusión que se ha generado en Bilbao y en el entorno rojiblanco. "Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder. Venimos a intentar ganarla, no solo por agradar a la afición, también por nosotros". Precisamente, él regresó al Athletic hace menos de dos años cuando parecía ya alejado de los banquillos por esa ambición de ganar. Sin embargo, negó que se imaginase ganar un título o que aquello fuese clave en su decisión: "Nunca pienso en esas cosas a la hora de tomar esas decisiones, no hay que pensar más allá. Ahora estoy aquí y por el trabajo que han hecho los jugadores estamos contentos pero no me planteo lo que puede pasar".