El doble discurso de Xavi: 'cordero' ante la prensa y con colmillo en el vestuario

Hasta en cuatro ocasiones repitió Xavi Hernández en la rueda de prensa previa al Real Madrid-Barça copero de este jueves que los blancos "son favoritos" para acceder a semifinales. El técnico catalán insistió en señalar la reciente victoria de los de Ancelotti en Anfield, así como su conquista de Liga y Champions el curso pasado como argumento principal para trasladar a Concha Espina toda la presión. El discurso del egarense de puertas hacia dentro fue, sin embargo, muy diferente.

De cara a los medios, Xavi se puso la piel de cordero. El técnico azulgrana es consciente de que viaja a Madrid con bajas ultrasensibles: Pedri, Lewandowski y Dembélé son seguramente los tres hombres más importantes del equipo en la faceta ofensiva. Ninguno de los tres estará en el Bernabéu y, además, Christensen no llega al cien por cien. "Ellos ganaron los títulos del año pasado, nosotros estamos en proceso de construcción. Pero es un Madrid fuerte, golearon en campo del Liverpool. Sinceramente creo que son favoritos", reiteró el preparador catalán.

El técnico aseguró que no firma nada que no sea ganar, pero la realidad es que un empate dejaría al cuerpo técnico más que satisfecho. Y más viendo la acumulación de problemas en los últimos días. La vuelta será dentro de un mes y para entonces el excapitán ya tendrá, en principio, a todos sus efectivos disponibles.

Tras la comparecencia, a los presentes en la rueda de prensa les quedó una sensación común: habían visto a un Xavi con una mentalidad algo derrotista. Con un perfil muy bajo. Si alguien cree que el Barça viajará decaído a Chamartín está muy equivocado. Los azulgranas saldrán, más que nunca, con el cuchillo entre los dientes. O al menos esa ha sido la petición del técnico en las últimas horas.

A nivel interno, el staff ha sido claro con la plantilla: es evidente que el grupo no vive el mejor momento de la temporada, por lo que aún con más razón hay que salir a morder. Dicho en otras palabras, y con el máximo respeto al Getafe, tocará ser más el cuadro azulón que un Manchester City. Xavi ha descargado de presión a sus pupilos, pero en las distancias cortas les ha apretado las tuercas: en el Bernabéu hay que correr más que nunca, saber sufrir más que nunca y competir como un grupo más que nunca. Incluso se ha destacado en el vestuario la importancia de no renunciar a las acciones a balón parado como arma para poder sorprender al elenco de Ancelotti.

Por una vez, en el Barça tienen claro que el cómo va a quedar en un segundo plano. Lo más importante es lograr un resultado que no obligue a ninguna gesta en la vuelta. Los azulgranas son conscientes de que deberán evitar pérdidas y estar muy atentos en las vigilancias defensivas. Incluso asumen que la producción en ataque puede ser más baja de lo habitual, sin que ello sirva como atenuante: hay que enchufarla sí o sí y paralelamente mantener el buen hacer defensivo de los últimos meses.