"Tranquila, que va a quedar encantada": así apacigua Florentino Pérez las quejas por las obras del Bernabéu
Vecinos y comerciantes atisban el final de una época complicada. Algunos vecinos se han mudado y locales han estado al borde del cierre.

El Santiago Bernabéu entra en un verano decisivo. Las obras más importantes de su remodelación afrontan la recta final y los responsables esperan que casi todo quede listo para septiembre, más allá de algún retoque que se realizará antes de la inauguración, preparada para diciembre. Esto debería suponer un respiro para vecinos y comerciantes de la zona, que han pasado cuatro años muy duros por una construcción que les ha afectado personal y profesionalmente. Eso sí, entre ellos se avisan: "La inauguración no es lo mismo que la finalización de las obras".
No existe demasiada división en el barrio: han sufrido la peor cara de una obra sin precedentes. Los comercios lo han pasado especialmente mal, hasta el punto de que alguno se ha encontrado al borde del cierre. Los restaurantes, por ejemplo, han perdido mucha clientela del día a día. Trabajadores cuya oficina se encontraba en los alrededores del estadio y que antes bajaban a comer el menú del día han cambiado de zona, espantados por el polvo y el ruido. "Hemos sobrevivido gracias a los obreros estos cuatro años", comenta uno de los camareros de Oven, en la esquina de Castellana con Concha Espina.
La suciedad ha despertado la furia de muchos negocios. "Poníamos las mesas en la terraza y se ensuciaban antes de que se sentase la gente. O se nos quejaban del polvo en los vasos. No nos daba para limpiarlo todo". Una de las dependientas de un establecimiento en Rafael Salgado asegura que llegó al punto de acudir al médico por problemas de ansiedad por esta situación ya que, aparte de limpiar sin parar la polvareda, se hacía complicado respirar si entraba en espacios cerrados como su negocio.
"Hace más o menos un año vino una concejal del ayuntamiento a consultarnos cómo lo estábamos viviendo. Me quejé bastante y lo único que hizo fue remitirme al teléfono de su secretaria", comenta. Les han echado una mano con algunas ayudas económicas por la pandemia, pero que consideran insuficientes debido, principalmente, a que luego volvían a las arcas de la ciudad en forma de impuestos.

El tráfico también desespera a los vecinos, que ven como cada día camiones y grúas complican el tránsito. Raúl, que pasa por allí con su furgoneta de manera recurrente a repartir suministros en algunos locales, afirma que recientemente llegó a pasar 20 minutos para atravesar los menos de 400 metros que separan Castellana de la plaza de Sagrados Corazones, un trayecto que caminando se hace en cinco. Varios carriles se han cerrado en tres de las cuatro calles que lo rodean (Rafael Salgado, Concha Espina y Padre Damián).
Hay quien prefiere mirar al futuro. José Antonio, que pasea con su mujer por el barrio en el que vive desde hace 50 años, confía en la gestión de Florentino. "Esto va a ser bueno para todos. No suele fallar", expresa. Los comercios creen que, una vez se ponga punto final a la remodelación, llegará el dinero con las decenas de eventos que se preparan cada año, incluidos los partidos. "Esto va a dar dinero, sino ese hombre no se gasta tanto", dice Selva, responsable de un kiosko en la esquina noroeste. Pero, lejos de ver la luz al final del túnel, creen que a las obras les queda tiempo para terminar. Una vez se remate el estadio, se comenzará con la peatonalización de los alrededores y con un parking subterráneo con 500 plazas y un túnel que favorecerá el tráfico de la zona.
🆕🏟️ ¡Así progresan las obras del nuevo Santiago Bernabéu!
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) February 16, 2021
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Por otro lado, hay quien entiende la situación, pero ha preferido cambiar de zona, huyendo de las aglomeraciones que antes sufrían, como muchos, dos veces por semana, y que ahora podrían ser diarias. Marisa cuenta que su vecina dejó su casa de Rafael Salgado para mudarse cuatro calles más lejos, distanciándose del barullo estadio pero sin abandonar el barrio. "No noto que los vecinos se hayan quejado mucho, pero a ver qué pasa cuando empiece el trasiego de gente todos los días...", dice el portero de uno de los edificios de Concha Espina.
Y el que más convencido está del beneficio que supondrá el nuevo Bernabéu al barrio y a la ciudad es Florentino Pérez. "Hace poco vino Florentino a un bar cercano y una señora le dijo 'menuda está liando usted con las obras'. Le contestó: 'No se preocupe que luego usted va a quedar encantada", comenta Marisa. El presidente del Real Madrid ve muy cerca la culminación de su gran legado para el club junto con la ciudad deportiva y los títulos. Mucho le va a otorgar a unos vecinos que hace tiempo perdieron la paciencia...