Una conversación de Cueto revela un intento de ayuda de Ceferin a Rubiales y el 'modus operandi' de este: "Sólo quiere dar palos; necesita 100.000€ al mes"

Ya se ha levantado el secreto de sumario de la pieza separada por la que el juzgado número 4 de Majadahonda (Madrid) investiga a Luis Rubiales debido a los presuntos cobros irregulares como comisiones en operaciones que siguen teniendo a la Real Federación Española de Fútbol en el foco. Y ahí, en las conversaciones telefónicas intervenidas a Tomás González Cueto, asesor jurídico externo de la RFEF, hay varios datos curiosos que confirman la ambición económica del presidente y, por otra, parte una relación que fue torciéndose poco a poco.

"Lo único que quiere es dar palos, no se ha planteado trabajar, sino dar palos. Pero no de 15.000 o 20.000 euros sino de 200.000 para arriba porque dice que él necesita 100.000 euros al mes", asegura Cueto en una de sus múltiples conversaciones intervenidas. Y va más allá: habla de una ocasión en la que Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, ofrece ayuda a Rubiales y que la respuesta del motrileño es así de contundente: "Joder, dale 400.000 euros anuales a Tomás [González Cueto]para que me los pague a mí luego. ¿Te lo puedes creer?".

Esos palos a los que se refiere Cueto son referentes a la comisión que Rubiales quería cobrar por el patrocinio de una escuela de formación de futbolistas en China, y el segundo es debido a que Cueto le pide a Rubiales contactos para conseguir financiación de 100 millones de euros para un proyecto de un conocido.

Cueto responde así a lo primero: "Yo le digo que no se puede cobrar más del 10% y, además, era un chanchullo para trincar pasta. El 10 para la amiga especial que le trajo el cliente y el otro 10 para él". Y así analiza lo segundo: "Lo primero es que él quiere un kilo. Todo es de aurora boreal, todo está fuera de mercado. Todo son sandeces. Está a dar el palo y la gente ya no le aguanta, ya no le tolera".

La relación entre ambos dirigentes fue fluida durante los años de mandato común, incluso elevando el esloveno al español al puesto de vicepresidente de la UEFA, cargo que abandonó el 10 de septiembre después de dimitir como presidente de la RFEF. Tras lo sucedido en la final del Mundial femenino de Australia, con el beso y los gestos en el palco de Rubiales, Ceferin se fue desmarcando de su mano derecha. "Rubiales y yo hablamos varias veces. Su acción fue inapropiada e imprudente, al final no pudo ganar esta batalla. No podía quedarse. Hablamos varias veces y mi opinión fue que es mejor para la federación española que dimita. Sin embargo, no puedo decir cuán decisivo fue mi consejo".