ROBERT FERNÁNDEZ

"Dos periodistas catalanes me dijeron: 'Roberto, queremos llamarte Robert; Maradona también ha permitido que le llamemos Dídac'"

El exdirector deportivo del FC Barcelona repasa su trayectoria como futbolista, secretario técnico y scouting. Intentó fichar a un jovencísimo Cristiano Ronaldo para el Valencia.

Robert Fernández, en el centro, flanqueado por Paco Camarasa, a su derecha, y David Albelda, a la izquierda. /Relevo
Robert Fernández, en el centro, flanqueado por Paco Camarasa, a su derecha, y David Albelda, a la izquierda. Relevo
Cristina Bea

Cristina Bea

"Yo he tenido la suerte de conocer a Cruyff, a Di Stéfano, que fue mi entrenador en el Valencia, he conocido a Maradona, he conocido a Leo y he sido compañero de Mario Alberto Kempes". Después de escucharle decir esto a Robert Fernández (Betxí, 1962) una no sabe si hablarle de usted o cómo, pero lo que tienes claro es que te va a costar no preguntarle por cada uno de ellos al exfutbolista de Valencia y Barcelona, al exmiembro de sendas secretarías técnicas. En la valencianista quiso fichar a un jovencísimo Cristiano Ronaldo, entonces en el Sporting de Portugal. "¿Quién en ese momento no vio que Cristiano era el jugador más apetecible? Decías: 'Cómo me gustaría que pudiera jugar en el Valencia'", recuerda quien le dijo a Bartomeu: "'¿Para qué quieres firmar a un director deportivo si cuando acabe LaLiga hay unas elecciones y a lo mejor no vas a estar? No tiene sentido lo que quieres hacer. Esperemos a las elecciones, a que termine la Liga, y a partir de ahí decide la persona que creas que debes firmar'". Con este amante del ciclismo también charlamos sobre el Caso Negreira, Luis Enrique, "un hombre que se viste por los pies" o Peter Lim, con quien negoció la llegada de Paco Alcácer al Barça y para quien estuvo cerca de trabajar tras la salida de Mateu Alemany de la entidad de Mestalla, como nos contó en la primera parte de esta conversación en la que nos desvela por qué dejó de ser Roberto para convertirse en Robert Fernández.

¿Cómo estás del corazón después del susto que nos diste y, sobre todo, que te llevaste hace unos meses?

Sí… La verdad es que no me podía imaginar que en tan poco tiempo me iba a encontrar tan bien. El problema de estas cosas es el tiempo: cuando estás lejos o en un sitio solo o viajando en un avión puedes tener un problema importante, pero no era el caso. Estaba en casa, estaba mi mujer y fue llamar al 112 y ellos enseguida vienen y saben lo que tienes. Te llevan al hospital, a La Fe, y fue todo muy, muy rápido. Eso ayuda a la recuperación. Yo no tenía dañado el corazón y estoy bien. Hago una vida normal, hago mucho deporte, eso sí que me lo han recomendado.

¿Has vuelto a la bici? Tú ya hacías ciclismo.

Sí, yo ya lo hacía, pero ahora más. Hago deporte todos los días, hago bicicleta, que también viene muy bien por el tema del cardio y que en Valencia tenemos muy buen tiempo, y también una buena 'grupeta' de corredores.

Eso te iba a decir, que nos contaras con quién ruedas, porque menuda colla…

Sí, tenemos la suerte de coincidir varios excompañeros: Albelda, Camarasa, Vicentín, Juanito Sánchez, Tárraga, Héctor Verdés, aunque ahora está con el Getafe con Pepe Bordalás y no puede, pero también estaba Javi Navarro, se ha apuntado ahora David Ferrer, el extenista, y más amigos. Salimos muchísima gente y salimos bastante, igual cuatro veces por semana. Nos lo pasamos muy bien. Es una forma de competir totalmente diferente porque, quieras o no, en el interior nuestro siempre tenemos ese tema de competir.

Robert, en su grupeta ciclista.  Relevo
Robert, en su grupeta ciclista. Relevo

De hecho, Robert, preparando la entrevista he leído que realmente, si no hubieras sido futbolista, tú querías ser ciclista, ¿no? Que fue tu hermano el que te lleva al Villarreal, porque por tu padre tu tenías la vena del ciclismo.

Mi padre quería ser ciclista y se quedó siendo un amateur porque la Guerra Civil le truncó su sueño, y cuando yo vine al mundo él quería que yo fuera ciclista. Me compró una bicicleta de carretera, yo tenía entonces 10-11 años, y se quedó en el taller porque mi hermano fue más contundente y me dijo que no, que la bicicleta requería mucho esfuerzo, se ganaba poco dinero y que había que jugar a fútbol. Y entonces me decanté por el balón y, afortunadamente, ha ido todo muy bien, he tenido mucha suerte y he sido un privilegiado de este deporte, pero la anécdota es que podría haber sido ciclista, contemporáneo de Perico Delgado.

Gracias a tu hermano al final acabaste en el fútbol, vas al Villarreal, de ahí al Castellón y llega el Valencia a por ti y empieza tu carrera profesional.

Sí, yo empecé en la escuela del Villarreal con 12 años, estuve hasta los 16, y al año siguiente me marché a Castellón, estuve dos años y después ya vino el mundo más profesional, Valencia, Barcelona, la vuelta… Muchos años. La verdad es que tuve lesiones importantes, pero pude jugar durante muchos años al fútbol.

Robert, con su hermano, artífice de llevarle al Villarreal.  Relevo
Robert, con su hermano, artífice de llevarle al Villarreal. Relevo

Muchos años en los que a mí hay una cosa que siempre me ha hecho gracia, porque cuando tú empiezas en el fútbol y cuando estás en el Valencia tú eras Roberto, todo el mundo te conocía así. ¿Cuándo? ¿Cómo pasas a ser Robert? ¿Por qué?

(Se ríe). Sí. Pues mira, pasé porque cuando firmé por el Barcelona, en mi segunda temporada allí, había un periodista muy famoso, Joaquim Maria Puyal, era un referente en Cataluña y hacía las retransmisiones siempre en catalán. Era un hombre con mucha solera, tenía un currículum importante y de muchísimos años, estaba muy considerado y con un gran respeto, era un referente. Los periodistas antes viajaban con el equipo y él hacía los programas con otro periodista muy joven y también muy bien considerado, Toni Bassas. Y recuerdo que veníamos de jugar un partido y me asaltaron en el aeropuerto de Barcelona y me dijeron que querían hablar conmigo: 'Mira, es que queremos decirte, Robert, Roberto en catalán'. Y entonces me dijeron que Maradona también había permitido que le llamaran Dídac, por Diego, y les dije: 'Oye, pues me parece muy bien, si lo queréis hacer, por mí no hay ningún tipo de problema', porque era una retransmisión para Cataluña, pero aquello tuvo repercusión a nivel nacional y ya pasé de Roberto a Robert.

Ahora hablamos del Barça pero antes, ¿qué destacas de tus primeros años en el Valencia? Allí viviste dos etapas.

Sí. Yo llego en el 81 al Valencia, que venía de unos años muy buenos a nivel deportivo, con un equipo de nivel extraordinario. Yo nací en Valencia, muy cerquita del estadio, en la clínica Quirón, en la Avenida Blasco Ibáñez y venía mucho porque tenía y tengo familia y para mí Valencia siempre ha sido especial. Fue muy ilusionante porque era, y sigue siendo, un club extraordinario, con toda su masa social, con todos sus problemas, con sus idas y venidas, pero fichar por el Valencia era fichar por un grande. El primer año fue difícil, porque yo también tenía que hacer el servicio militar y fue un año bastante complicado, pero el club entró en una fase económica de bastantes problemas, con un deterioro a nivel de equipo. Cada verano el equipo perdía jugadores importantes, unos porque se iban haciendo mayores, otros porque a nivel económico el club no podía afrontar la carga económica, aunque sí que es cierto que entrábamos en competición europea todos los años, pero ya empezábamos a tener grandes dificultades y problemas de cobro.

Dificultades tales que los empleados del Valencia te llegan a dar las gracias cuando te vas al Barcelona porque, con tu salida, el club iba a poder pagar los sueldos. ¿Fue así?

Sí, así fue. Aquel año a nivel personal fue muy difícil, porque tuve una lesión muy grave en los tendones que arrastraba de los años anteriores, en los que me tenían que inyectar para jugar -hoy no se permite, pero en aquellos años ponían unos ingredientes que no eran los más adecuados, como la cortisona-. Sólo pude jugar diez partidos aquel año en el que el Valencia tuvo la desgracia de descender de categoría y ese mismo verano firmé por el Barcelona. El club recibió una cantidad importante que solventó muchísimos problemas, pagó a los jugadores y a los empleados, porque en el club llevaba mucha gente muchos meses sin cobrar. El Valencia se vio obligado a hacer ese traspaso.

¿Cuánto pagó el Barça por ti?

100 millones y que el Barcelona tuviera que venir a jugar el Trofeo Naranja sin cobrar nada.

Estuviste cuatro años en el Barça, en los que compartiste vestuario con Zubizarreta, Laudrup, Koeman, Salinas, Lineker… ¿Cómo era ese Barça? ¿Qué destacas de aquel vestuario, de los que fueron tus compañeros?

Fíjate que yo he tenido la suerte de tener jugadores a mí alrededor de los mejores del mundo, pero 'El alemán' era otra historia. 'El alemán', que posiblemente no está catalogado entre los mejores, para mí ha sido el mejor centrocampista que yo he podido ver, aparte de Iniesta. Iniesta es algo especial, está por encima de lo más. Pero el siguiente sería 'El alemán', Bernardo Schuster.

"No está catalogado entre los mejores, pero para mí 'El alemán', Bernardo Schuster, ha sido el mejor centrocampista que yo he podido ver, aparte de Iniesta"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

Coincidimos allí y el segundo año fue un año difícil. No empezamos bien, Schuster estaba en ese momento con muchísimos problemas con el club. Destituyeron a Terry Venables, que falleció hace muy poco, al principio de temporada y vino Luis Aragonés en una situación muy pero que muy difícil, muy complicada. Tuvimos el sonado motín del Hesperia, que la plantilla nos enfrentamos al presidente y fue un año muy pero muy complicado, con muchísimos problemas, enfrentamientos, todos los días teníamos reuniones. Teníamos más reuniones que entrenamientos. Pero tuvimos la suerte de tener un entrenador que nos entendió, estuvo a nuestro lado, y al final pudimos ser campeones de Copa del Rey en el Santiago Bernabéu contra la Real Sociedad, que en ese momento era un equipo con jugadores extraordinarios.

¿Cómo era aquel Schuster? ¿Sus problemas en el club eran económicos? Con la grada también se las tuvo. Histórico es su famoso corte de mangas y peineta en el Camp Nou, donde se le llamaba nazi…

Sí, fueron los mismos que tuvimos después nosotros, era todo un tema económico. A Bernardo, con su personalidad, le costaba posiblemente encontrar un foco que le pudiera ayudar u orientar para buscar soluciones: un jugador extranjero, bastante tímido. Ahora hablas con él y es otra persona. No tiene nada que ver al Bernardo jugador. Ahora es abierto, risueño, cercano. Entonces era muy desconfiado. Posiblemente, también, por todo lo que vivió él allí. Pero yo me alegro de que ahora sea como tiene que ser, una persona cercana, una persona que puedes hablar con él. Antes era todo más difícil, pero posiblemente por el ambiente que rodeaba su trayectoria en Barcelona. Yo creo que eso le marcó negativamente. Afortunadamente, a nivel deportivo, no. Yo tengo una visión muy clara, Iniesta por encima, pero está ahí. No he visto un centrocampista tan completo y con esas condiciones, aparte de Iniesta. Tuvimos dos años juntos y nuestra relación fue muy buena.

¿Cómo recuerdas el motín contra José Luis Núñez? ¿Había algún cabecilla?

También era un problema económico y, desgraciadamente, aquello nos llevó a una situación incontrolable, que posiblemente no deberíamos haber llegado a aquella situación, pero cuando es un tema grupal es más difícil o más complicado controlar, no es como si fuera un tema más personal. Tampoco es un tema de quién era el cabecilla, era un tema personal de todos. Todos estábamos involucrados en esa situación, que llevó posiblemente a la destrucción como equipo, porque al año siguiente el míster, Luis, se marchó, y muchísimos jugadores tuvieron que salir del Barcelona, por un motivo o por otro, y es cuando llegó Johan a Barcelona. Y, bueno, empezó una época gloriosa del club. No me gusta hacer comparaciones porque son odiosas y te dejas a gente sin nombrar o gente fuera y que ha sido importante, pero fue el comienzo de una idea, de una forma, de un estilo, como queramos decir, que después ha llegado gente que ha ido perfeccionándola, mejorándola, dándole un sentido a lo mejor más práctico, pero la semilla real de todo lo que ha venido después empieza en Papendal, en Holanda, en una concentración. Allí empieza la idea de lo que ha venido después.

"Con Johan empezó una época gloriosa del Barça. La semilla real de todo lo que ha venido después empieza en una concentración en Papendal, en Holanda"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

Antes de hablar de Cruyff. ¿Cómo recuerdas a Aragonés en el cara a cara? ¿Alguna anécdota que puedas rescatar?

Muy directo. (Se ríe). Muy Luis. Sí, yo tengo una anécdota con él. Cuando él llegó, la primera decisión que tomó fue a Urbano y a mí, que éramos titulares, meternos en el banquillo. Fue en Bilbao, contra el Athletic, vino a la habitación, en el Hotel Ercilla, y nos dijo que en ese partido no íbamos a jugar. Y nos tiramos diez o veinte días sin jugar tres o cuatro partidos, estábamos también en la competición europea. La forma de cambiar aquello fue seguir entrenando, esperar la oportunidad. Llegó un día, me llamó a su despacho y me dijo: "Usted va a jugar, y va a jugar siempre conmigo. Yo creo que me he equivocado con usted y usted va a jugar conmigo". Y así fue. Nunca más dejé de jugar. Era muy directo, muy práctico, analizando las cosas con mucha sinceridad. Era un hombre que siempre iba de frente, decía las cosas como las sentía. Y era un entrenador que le gustaba más jugar al contragolpe y después, posiblemente porque tenía otro tipo de jugador -el fútbol yo creo que cambió bastante en esos años, entraron jugadores de más posesión de balón-, evolucionó en su forma de entender el fútbol. Me alegré, desde la lejanía, de lo que consiguió después.

¿Y Johan Cruyff? ¿Cómo viviste aquella concentración? Porque pasar de Aragonés a Cruyff debió ser un cambio sustancial a todos los niveles, ¿no?

Pues sí, fue un shock. En Barcelona, es curioso, se habla mucho de muchísimas cosas. Los periodistas hablan mucho, de esto, de lo otro, pero nadie ha sido capaz de preparar un libro: '¿Qué ocurrió realmente? ¿Dónde empieza a haber un cambio?' Y es en Pappendal, fue el punto de inflexión, el 'aquí empezó el cambio', con aquellas charlas que teníamos. Yo recuerdo que los equipos en las pretemporadas entrenaban por la mañana y por la tarde, y cuando llegó Johan entrenábamos por la mañana a las 8 de la mañana, con Ángel Vilda el aspecto físico, 30 o 40 minutos de carrera continua, llegábamos al hotel, desayunábamos y a las 12 estábamos entrenando a nivel técnico. Rondos, partidos, partidos reducidos, rondos grandes, pequeños, con mucha gente por dentro, con petos. Y por la tarde cada día jugábamos un partido regional, en los pueblos cercanos a la zona de Papendal. Después, llegábamos al hotel, cenábamos y nada más terminar teníamos una reunión con él de todo lo que había pasado durante el día y, sobre todo, de lo que había pasado en el partido. Ahí alguien tenía que haber tenido la idea o la habilidad de haber grabado esas conversaciones, porque eran muy interesantes, con comentarios a veces curiosos de los jugadores que no entendíamos de lo que nos estaba hablando y él intentando hacernos ver que eso era lo mejor y que había que hacerlo. Pero nosotros no éramos capaces de descifrar aquello que nos estaba diciendo.

¿Qué no entendíais?

Cómo había que jugar: que si un central tenía que venir al mediocentro a hacer superioridad numérica, el dos contra uno, los extremos abiertos, los triángulos, en cada línea de juego teníamos que tener un jugador más... Una serie de conceptos que en ese momento era como si nos estuviera hablando de cosas que no eran realidades, y eso necesitaba un tiempo importante para ir asimilando que tenías que jugar a veces con tres jugadores en defensa, con cinco en medio campo, que los extremos tenían que estar abiertos, que si no entraban en juego no pasaba nada, lo que tenían que hacer para que el lateral no ayudara a los centrales... Una serie de cosas que necesitas mucho tiempo, y su primer año en el Barcelona los cambios ya empezaban a verse en el campo y fuimos campeones de Recopa contra la Sampdoria en Berna. En LaLiga quedamos segundos, estuvimos ahí luchando contra el Madrid, un Madrid muy fuerte esos años, con Leo Beenhakker y con la Quinta del Buitre. Con los Míchel, Butragueño, Martín Vázquez, Sanchis, Chendo, Hugo Sánchez… Había un equipo extraordinario en Madrid.

El segundo año fue un año muy difícil, complicado. Ganamos al Madrid en la final de la Copa del Rey aquí en Valencia. Sólo pudimos ganar ese título. Y al tercer año yo me vine para Valencia otra vez. Fueron dos años con él que me marcó. Me marcó muchísimo, porque jugué mucho con él, si no el 100% puedo decir que el 98 o 99% de los partidos, y porque me divertí mucho con él, pero surgió la posibilidad de volver a casa. Era una cuestión económica, y lo comuniqué al club y en especial a él que me marchaba del Barça. El Barcelona hizo un gran negocio también. Me compró por 100, me vendió por 300 y encima en los cuatro años que estuve jugué siempre titular.

¿Recuerdas algún momento especial con él?

No… Lo que sí recuerdo es que cuando había un resultado malo, para cambiar esa situación, él pensaba: 'Tengo que inventarme o tengo que sacar otra frase más contundente para borrar ese mal sabor que tengo'. Tenía esa habilidad de llevar los problemas a su redil para poderlos administrar de una forma positiva. Todos los jugadores que estuvimos con él en Barcelona, cuando teníamos 12, 13, 14, 15 años, lo veíamos por la televisión jugar, en el 74, cuando estaba en su cúspide, en el Mundial, en el Ajax, cuando vino a Barcelona. Nosotros estábamos empezando a jugar con los niños en la calle y él estaba en lo más alto que podía llegar un jugador profesional. Yo encima aún tuve la suerte de poder enfrentarme a él, de jugar y marcarlo, él con el Levante y yo con el Castellón.

¿Cómo fue tu vuelta a Valencia? ¿Cómo es volver a casa después de haber pasado por el Barça? ¿Cómo te recibió la gente?

El primer año fue difícil y complicado. Mi experiencia y mis cualidades ayudaron a poder superarlo, con una cierta intranquilidad a veces. Había batallas entre los dos equipos, yo había marcado goles en esos enfrentamientos ya con el Barça… No me lo pusieron fácil, todos en general. Había gente que no estaba muy de acuerdo en que volviera y estaban a la expectativa de cuál iba a ser mi rendimiento en el equipo, que eso lo puedo lo puedo entender, porque ya no era el jugador que se marchó; era un jugador totalmente diferente con unas características ya acordes a la edad que tenía. Los otros cuatro años fueron mejores, como uno más. Al principio no era uno más.

¿Tu 2-1 al Madrid acabó de reconciliarte con el mundo? ¿Cómo recuerdas aquel gol que marcó tu vuelta a Mestalla?

Pues sí, posiblemente sí. Fue en el segundo año. Realmente es que el Valencia había hecho un esfuerzo muy grande por que volviera y tenían que pasar cosas como ésa. Afortunadamente, pasó contra un rival importante el Madrid, cómo ocurrió, porque fue épico: íbamos perdiendo, pudimos remontar el partido en el descuento y la gente se acuerda mucho de aquel gol, de lo que ocurrió aquella noche. Piensa que entonces sólo se retransmitía un partido el fin de semana. El sábado por la noche en Valencia era una noche de fiesta ir a Mestalla, el campo lleno, contra el Madrid o contra el Barcelona, la gente estaba loca con el equipo. Aquel 'hola, fondo Norte, hola, fondo Sur' era una cosa que te animaba a cualquier situación. Era una cosa maravillosa. Los partidos de los sábados en Valencia contra el Real Madrid o el Barcelona eran increíbles.

"Los partidos de los sábados en Valencia contra el Real Madrid o el Barcelona eran increíbles, era una noche de fiesta ir a Mestalla, con el campo lleno"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

Tú sabes lo que es vivirlo con las dos camisetas y trabajar en las dos direcciones deportivas.

Sí, cuando dejé el fútbol en Córdoba, que siempre la tengo en lo más alto de mi corazón, fue terminar allí y al día siguiente empezar a trabajar en Valencia. Trabajé de scouting con Suso García Pitarch, que era el director deportivo en ese momento.

Tres años, Robert, de los que se recuerda la anécdota de Cristiano. Porque quedó en anécdota el intento del Valencia de firmar a un entonces jovencísimo jugador portugués del Sporting de Lisboa. Llegaste a reunirte con Mendes y Suso viajó luego a Lisboa. ¿Cómo fue aquello?

Sí, sí… Había un torneo anual de selecciones juveniles en Toulon, en Francia. Suelen venir selecciones sudamericanas: Brasil, Argentina, Uruguay, las mejores selecciones, con las selecciones europeas. Ahí van todos los scoutings del mundo a ver jugadores de 16, 17, 18 años, y nosotros teníamos una información de un jugador muy bueno del Sporting de Lisboa, y era Cristiano Ronaldo. Lo que hice es ponerme en contacto con su representante, con Jorge Mendes, y antes de llegar al campo hablé con él por teléfono y le dije que estaba allí, que quería conocerlo. Quedamos para vernos después del partido en un hotel que justamente está detrás de la tribuna principal del campo del Toulon. Vi el partido y, ¿quién en ese momento no vio que Cristiano era el jugador más apetecible? Había muchos, pero era el jugador que decías: 'Cómo me gustaría que pudiera jugar en el Valencia'. Hablé con Jorge y fue muy claro, me dijo que habían llegado a un principio de acuerdo con el Manchester, que era una cantidad importante, pero el Valencia en ese momento económicamente era un equipo solvente. No olvidemos que estábamos en Champions siempre.

"¿Quién en ese momento no vio que Cristiano era el jugador más apetecible? Decías: 'Cómo me gustaría que pudiera jugar en el Valencia'"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

Entonces, hablé con Suso y le di toda la información, contacto y todo, y Suso viajó con Llorente a Lisboa, y no pudieron avanzar en esa posibilidad de traer Cristiano. Supongo que el Manchester lo debería de tener bien amarrado, porque no pudimos llegar a eso, pero Cristiano he visto que lo cuenta, que el Valencia estuvo interesado en firmarlo, y es cierto, es verdad. Quisimos hacerlo, pero a veces eso es imposible. Seguramente otros clubes también lo intentaron, pero el Manchester se adelantó a esa posibilidad.

No llevaba traje cuando lo conociste, ¿no?

(Se ríe). Sí, sí, es verdad. Es una anécdota curiosa y es simpática. En Francia iba con unos vaqueros, unas zapatillas, era un chico jovencito, muy jovencito, porque Jorge yo creo que es de mi edad o igual un poco más joven… Yo tengo 61 años.

No sé cuántos tiene, ahora te lo digo. (Lo busco). 57 años.

Más joven que yo. Es que estamos hablando de hace 20-22 años. Él era un niño, estaba saliendo del huevo. Iba muy deportivo en Francia y en el Vicente Calderón, que yo no sabía que estaba allí, nos cruzamos en las oficinas e iba con un traje negro, zapatos espectaculares y yo me fui a él y dije: 'Joder, cómo ha cambiado la situación, ¿eh? Cómo ha cambiado todo', porque iba como un dandy. Apareció con una cartera de jugadores para la Premier: apareció Mourinho, Pepe, Deco. Tenía jugadores en grandes clubs y bueno, es la vida, le ha ido muy bien, ésa es la verdad. Las cosas le han ido muy bien. Su primera operación fue la del portero que luego fue entrenador del Valencia…

La de Nuno.

Sí, ése fue el primer jugador importante que él llevó, pero seguramente muy rápidamente vino Mourinho y vino Cristiano, que es la gente que catapultó su carrera.

¿Y cómo recalaste tú en el Barça de Bartomeu, Robert?

Andoni (Zubizarreta) es cesado en San Sebastián. Yo estaba trabajando entonces en Interstar Deporte, una agencia de representación, y el Barcelona está buscando una persona que asuma ese rol. Barto contacta con mi jefe del despacho, le dice la posibilidad de conocerme y de que yo vaya a Barcelona. El equipo estaba en una situación difícil a nivel de Liga, y también en Champions tenía una eliminatoria muy complicada contra el Bayern de Múnich. Yo subo a Barcelona a los dos o tres semanas, pero con ninguna intención de nada. Tenemos varias charlas -alguna la tenemos en su casa-, con el presi, con la directiva, y se queda en el aire, pero con una sensación de que querían hacerlo. Yo a ese equipo lo estaba viendo muchísimo, porque subía mucho a Barcelona, conocía a Luis… Analizamos un poco la situación del equipo y a Barto siempre le dije: 'Mira, creo que no es el momento. Primero, porque tienes un gran equipo, tienes jugadores extraordinarios. Sí que es cierto que en LaLiga no termina de encauzar, pero la cabeza la tiene a tiro, y en la Champions el Bayern es un gran equipo, te puede eliminar, pero yo creo que el equipo va a reaccionar y va a ser capaz de darle la vuelta a la situación'.

Pero claro, había esa incertidumbre y sobre todo, que en verano había unas elecciones. 'Mira, yo creo que al equipo marearlo más no es bueno, hay que darle tranquilidad al entrenador, que el equipo esté tranquilo, que el equipo lo normal es que vaya ganando partidos, y que en marzo, que es cuando se decide realmente si vas a ser campeón, yo creo que el equipo va a llegar bien, y después están las elecciones. ¿Para qué quieres firmar a un director deportivo si cuando acabe la Liga hay unas elecciones y a lo mejor no vas a estar? No tiene sentido lo que quieres hacer. Esperemos a las elecciones, a que termine la Liga, y a partir de ahí decide la persona que creas que debes firmar'.

Y ése fue siempre el planteamiento mío del Barcelona. ¿Equivocadamente o no equivocadamente? Pues yo soy como soy. Era muy bonito ir a Barcelona en febrero, pero yo le dije que había que esperar a julio. Y él lo entendió perfectamente y posiblemente eso llevó a que él pensara, aparte de otras cosas que vería en mí: 'Coño, si esto se lo planteo a otra persona, a lo mejor me hubiera dicho de firmar ya y éste me está diciendo que me espere a las elecciones'. Lo dejamos para el verano, ganó las elecciones, el equipo fue campeón de Liga y de Champions y sólo faltaba que yo tuviera una buena relación con el entrenador. Pero la relación con el entrenador era conocernos. Habíamos jugado en contra muchas veces, él con el Madrid y yo con el Valencia, y yo con el Villarreal y él con el Barcelona, nos conocíamos de alguna vez que él había estado en la selección sub-21, yo había estado en la absoluta. Él era muy joven, hay una diferencia importante de edad. No nos conocíamos, pero estaba Juan Carlos Unzué, que habíamos sido compañeros en el Barcelona, y eso quieras o no siempre ayudaba a tener un buen feeling sobre todo al principio. Viajé a Barcelona al día siguiente de ser campeón de Europa, nos conocimos en la ciudad deportiva y a partir de ahí vino todo lo demás.

Congeniasteis, ¿no?

Sí, enseguida. Para mí Luis es un entrenador extraordinario, una persona... A Luis o lo quieres o no lo quieres, no hay término medio, por su forma de ser y por sus valores. Luis es así, y yo la verdad es que lo quiero mucho. Le tengo muchísimo cariño porque sé cómo es, porque he visto cosas en él que en otros no lo he visto.

"A Luis (Enrique) lo quieres o no lo quieres, no hay término medio. Yo lo quiero mucho. He visto cosas en él que en otros no lo he visto. Es un hombre que se viste por los pies"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

¿Como qué?

Pues que es un hombre que se viste por los pies. (Hace una pausa). Nada más… Que desgraciadamente en el mundo en el que vivimos hay muy pocos. Y bueno, la primera llamada que hice cuando ocurrió lo de que iba para allá fue a Andoni para decirle lo que estaba ocurriendo, porque también le tengo un gran cariño y lo tengo en una gran estima. Le llamé porque creo que merecía saber lo que iba a ocurrir. Él había dejado ese puesto y era justo que se lo dijera yo, que no se enterara por la prensa.

¿Cómo era tener en el campo a la MSN?

Pues era una maravilla. Era una auténtica gozada. Lo que tenía uno, lo que tenía el otro, otro era capaz de aparecer cuando a lo mejor otro tenía un problema. (Resopla). Era otra historia, difícil de equiparar. Pero fíjate, yo siempre le he dado muchísima importancia a los cuatro de atrás y al portero. Vamos a ver, estamos hablando de cosas maravillosas. Cuando ellos cogían el balón eran capaces de hacer cualquier cosa, pero para que el balón llegara siempre en buenas condiciones adonde ellos estaban había que elaborar en la sala de máquinas, que estaba detrás. Y jugar como juega el Barcelona, con 40 metros o 30 metros de un compañero a otro, de un central del lateral derecho, del otro central, del lateral izquierdo, del portero… Para eso necesitas jugadores con un temple, con una seguridad, con ser muy prácticos, muy inteligentes, porque asumen el uno contra uno con una facilidad que eso cuesta verlo, cuesta entenderlo, cuesta explicarlo.

No debe ser fácil, y la gestión de vestuario, tampoco debió serlo.

No, no, tampoco, tampoco. Porque el ser humano tiene sus cosas, cada uno tiene su forma de ver las cosas. Lo que ocurre es que cuando ganas tanto a lo mejor te emborrachas también. Y el Barcelona durante esos 10-12 años ganó mucho, mucho, mucho, era la excelencia del fútbol y los jugadores eran jugadores increíbles. Ésa es la verdad.

Déjame que te pregunte por ellos individualmente…

No, no, Cristina, prefiero no hablar de cada uno de ellos, porque me puedo equivocar…

…Vale. Pues déjame que al menos te pregunte por Messi. Te he leído decir que es una persona tremendamente inteligente, no sólo en el campo, sino también en las distancias cortas.

De Leo surgen muchos comentarios de su timidez. Vamos a ver. Yo he tenido la suerte de conocer a Cruyff, a Di Stéfano, que fue mi entrenador en el Valencia, he conocido a Maradona, he conocido a Leo y he sido compañero de Mario Alberto Kempes. Estamos hablando de cinco jugadores que han sido entre los… ocho mejores jugadores de la historia. No entro a hacer ningún tipo de comparación entre ellos, digo que han sido los mejores. Todos tienen sus cosas y todos son especiales, pero al final, después los conoces en la distancia corta y ves que son iguales que nosotros, con sus rarezas y con sus formas de entender la vida. Pero Leo es un tío estructuralmente perfecto: con una familia bien estructurada. Eso es muy importante, porque si no estás bien estructurado vas a tener problemas en tu vida. Si no ahora, los tendrás más adelante, porque se te cae, es piramidal, pero él no da muestras de romperse. Fíjate que Maradona ha sido un jugador extraordinario también, pero las diferencias las ves en la estructura de cada jugador. Maradona estructuralmente es un jugador con muchísimos problemas, pero Leo no tiene ningún tipo de problema.

"'Dios mío, es increíble', es que no dejaba de entrenar nunca. ¿Cómo es posible que un jugador que es capaz de ganar tanto durante tantos años entrene todos los días? Leo (Messi) es de admirar"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

Una de las cosas que a mí más me causó una sensación de decir: 'Dios mío, es increíble' es que no dejaba de entrenar nunca. ¿Cómo es posible que un jugador que es capaz de ganar tanto durante tantos años es capaz de poder aguantar y entrenar todos los días? Yo, de los tres años que estuve en Barcelona, no lo vi ningún día dejar de entrenar. ¿Cómo es posible eso? Pues eso te da a entender qué tipo de cuerpo hay ahí y qué tipo de mente. Es una calculadora. La cabeza tiene que ser una calculadora, porque si no es imposible. Porque el ser humano tenemos nuestra vanidad, nuestro ego, nuestra forma de esconder ciertas cosas, pero estás hablando de un jugador que juega desde el minuto uno hasta el noventa. No quiere dejar de jugar, nunca. Siempre quiere jugar. Le da igual que sean partidos amistosos que sean partidos de Copa del Rey o partidos de Champions. Le da igual, quiere jugar. Pero es que encima entrena todos los días.

¿Quién soporta eso? Pues solamente lo puede soportar un cuerpo bien entrenado, bien cuidado, pero con una mente privilegiada. Yo he tenido compañeros muy, muy grandes, y dejaban de entrenar. Y muchas veces se despistaban, pero este tío no se despista nunca. Pero es que ahora en Miami vas a verlo y seguramente es el primero también en aparecer en el campo de entrenamiento. Eso es lo que más me marcó con él. Después está que es todo lo que es capaz de hacer en un campo de fútbol, claro, cosas que son increíbles, pero yo me quedo siempre con esa idea de que es algo fuera de lo normal. Marcaba goles, no tenía ningún gesto malo ante nadie, tenía siempre un comportamiento bueno, una vida normal. No voy a decir mejor o peor en esto o en otro. Una vida normal. No se salía del guión. No te creaba ningún tipo de dificultad. Entonces... Es de admirar.

Robert, ¿y alguna anécdota de Maradona?

Yo me quiero quedar siempre con lo bueno de Maradona. No tuve la suerte de coincidir con él en Barcelona, pero después sí que hemos compartido momentos en algún viaje que hemos coincidido. Nos hemos enfrentado muchísimas veces con el Barcelona, con el Nápoles, con Sevilla, sobre todo con la Selección. Pero (resopla) cuando él estaba bien tenía una energía brutal, era capaz de arrastrar. Y, sobre todo, las veces que se ha caído y que se ha levantado. Leo lo ha hecho durante quince años. Maradona lo pudo hacer durante seis. Leo nunca se ha caído. Maradona se cayó y se levantó muchas veces. Son trayectorias totalmente diferentes, con circunstancias de épocas totalmente diferentes también. El fútbol de antes no se puede comparar al de ahora, porque las condiciones de trabajo son totalmente diferentes. No voy a entrar si son mejores o son peores, pero la gente de fútbol sabemos lo que había entonces y lo que hay ahora. Han sido los dos extraordinarios y yo he tenido la suerte de conocerlos a los dos. Pero también he conocido a Mario, que en el 78 era el mejor jugador del mundo, con unas condiciones totalmente diferentes y no tan bien preparado. El más preparado era Leo.

¿Y cómo es Peter Lim? Porque tú te has sentado con él a negociar la llegada de Paco Alcácer al Barça.

Hablaba poco. (Se ríe). Eran más conversaciones para cerrar un trato. No hay suficientes argumentos para conocer a una persona. En Valencia nos ha tocado vivir esta situación, desgraciadamente el equipo se ha venido deteriorando poco a poco y en este momento la ilusión que tenemos es la gente joven que está emergiendo de la escuela y la mano de Pipo sacando a chicos, que la verdad es que lo están haciendo muy bien y espero que puedan crecer aquí en Valencia.

Habiendo estado en el club y con tu relación con Bartomeu, ¿cómo ves el Caso Negreira?

Mira, como es un tema que está en juicio, yo creo que lo mejor es esperar siempre a ver qué es lo que vaya a pasar. Hay muchas cosas que yo no le doy mucha credibilidad. Mantengo relación con muchos de aquella época y siempre estoy pendiente del club, de lo que puedo saber, porque al final cuando te vas también desconectas bastante. Tampoco vivo en Barcelona, vivo en Valencia y subo muy poco a Barcelona. Lo que veo en los medios de comunicación, aunque a muchas cosas no le doy mucha credibilidad. Pero vuelvo a reiterar, es un tema que cuando tenga que suceder, sucederá y vamos a ver qué es lo que ocurre, porque muchas veces salen muchísimas cosas que no se ajustan a la realidad.

De esos años, ¿cuál es tu mayor acierto y el mayor fracaso o el mayor reproche que tú te hagas a ti mismo por no haberlo conseguido o por no haber hecho algo bien?

Pues posiblemente el mayor acierto haya sido el fichaje de Umtiti.

Y Valverde, ¿no?

Sí, y Paulinho. Yo creo que ha habido jugadores que han pasado por ahí que quizás no han dado el rendimiento, pero porque no lo podían dar. Era imposible, primero, que jugaran, pero sí que por lo menos teníamos capacidad de reacción si se caía algún titular. Por ejemplo, Alcácer. Es un chico que pasó por el Barcelona, estuvo dos años y medio y sus goles en el Barcelona por minuto eran mejores que los de Luis Suárez y Cristiano Ronaldo. Es curioso, pero eso nadie lo comentaba. En sus presencias en el campo marcaba más goles que los mejores delanteros de LaLiga. Ya sabíamos que Paco Alcácer no iba a ser titular. ¿Cómo iba a ser titular, si estaba Luis Suárez? Era imposible. Pero cuando jugaba, marcaba goles, y nos costó 30 millones y lo vendimos por 23 al Borussia Dortmund, y a los dos años lo firmó el Villarreal por 23 millones otra vez. Entonces, no era un mal fichaje.

El jugador que pensamos que debió de dar más nivel y que, desgraciadamente, por lo que fuera, no se encontró bien fue Coutinho. Un jugador que cuando nosotros fuimos al mercado a firmarlo tuvimos muchísimos problemas para sacarlo, y yo creo que eso dificultó mucho y, sobre todo, encareció la operación. Porque era un jugador del Liverpool, había sido nombrado el mejor jugador de la liga inglesa el año anterior, era muy querido allí. Él quería venir. Estaba loco por venir a Barcelona. Y a veces suele ocurrir, el que más ganas tiene de venir a un sitio y triunfar, a veces es el que más dificultades tiene. Y yo creo que él se fue, y todos, yo también, con la sensación de perder a un jugador extraordinario, porque estaba en su apogeo. Desgraciadamente, no le salieron bien las cosas. Mira que era un chaval extraordinario, estupendo, un profesional. Fue muy duro, la verdad es que fue muy duro.

Robert y Valverde, en el Camp Nou.  FC Barcelona
Robert y Valverde, en el Camp Nou. FC Barcelona

¿Y qué pasó con Dembélé? Porque al final lo fichasteis también a precio de oro. Su salida enfadó a Xavi…

Xavi se enfadó porque no quería que se fuera, sabía que perdía un gran jugador. Al final el Barcelona necesita jugadores que desequilibren. No puedes estar siempre jugando al pie. Necesitas jugadores que rompan por velocidad o por habilidad, y la salida de Ousmane él sabía muy bien que le iba a hacer daño, porque ese tipo de jugador no es fácil de encontrar. Él ya manifestó que estaba decepcionado. Claro. Como todos. Pero el jugador sufrió mucho sus primeros años en Barcelona. Mucha gente no se portó bien con él, porque manifestaron muchísimas cosas que no eran ciertas, como que salía de noche, que bebía y eso era falso, era mentira. No salía de noche, no bebía. Lo que pasa es que sí es cierto que estaba en casa. Hoy a los jugadores les gusta jugar a los juegos en casa, pero no lo hace Dembélé, si yo empezara a decirte nombres, no terminaría. Yo cuando era jugador me acostaba a las 4 o las 5 de la mañana. Quizás yo tenía la capacidad para esconderme… A él lo marcaron desde el principio y hay gente que fue muy cruel con ese jugador.

"Xavi se enfadó porque no quería que Ousmane se fuera, sabía que perdía un jugador. Al final el Barcelona necesita jugadores que desequilibren. No puedes estar siempre jugando al pie"

Robert Fernández Exjugador y exmiembro de la secretaría técnica de Valencia C.F. y F.C. Barcelona

Pero es un jugador con unas condiciones extraordinarias, que ha hecho cosas buenas. Otras no tanto. Pero con una velocidad y una arrancada extraordinaria. Yo me quedo con lo que hacía en el campo, que no lo hacía nadie. Un jugador que es capaz de entrar por la derecha e izquierda, golpear el balón con las dos piernas, dices: 'Madre de Dios, vamos a intentar ayudarlo y encauzarlo y que haga las cosas como Dios manda'. Aparte de que él tuvo dos lesiones muy graves. No es por defenderlo, pero él tuvo una lesión al poco tiempo de llegar, en Getafe, que esa lesión te puede dejar fuera de circulación.

Yo creo que ha demostrado tener mucha personalidad, mucha personalidad, a pesar de la edad que tenía, y ha sido capaz de afrontar una situación en un ambiente muy complicado hacia él, y ha sido responsable en eso. ¿En otras cosas? Pues sí, pero hay muchos jugadores que se les esconde o se les perdona, y yo creo que él ha estado un poco marcado a nivel negativo, pero no se puede dudar de sus cualidades.

Dices que el Barça necesita desborde. ¿Qué necesita ahora el Barça? ¿Qué le está pasando al Barça en este momento?

(La respuesta y el análisis de la actualidad del Barça, en esta primera parte de la entrevista que publicamos en la previa del Valencia-Barcelona).