Descifrando a Diego Alonso: el encuentro premonitorio con Orta, varios 'milagros' y una película para crear "guerreros"
Jugadores que pasaron por los equipos donde entrenó el uruguayo cuentan a Relevo cómo es el nuevo entrenador del Sevilla.
Diego Alonso soñaba con la llamada que le realizó Víctor Orta hace prácticamente una semana, cuando un empate del Sevilla contra el Rayo en Nervión condenase a Mendilibar. Es consciente de que una oportunidad así no podía dejarla pasar, por mucho que coger un tren en marcha tenga sus inconvenientes, más en un club que en el último año ha triturado entrenadores convirtiendo el banquillo del Ramón Sánchez-Pizjuán en una silla eléctrica. En España, se le recuerda por su paso de 2000 a 2006, en su etapa como delantero, espigado y peleón, con ese rictus tan uruguayo. Estuvo en Valencia, Atlético de Madrid, Racing de Santander, Málaga y Murcia. Cinco equipos en seis temporadas y 39 goles.
Mucho se ha hablado de su fuerte carácter como jugador, de lo que le marcó Luis Aragonés o de esa pasión que ponía sobre el césped. Sin embargo, poco se conoce en Sevilla y en el público español de cómo es el Diego entrenador, que ha ido forjando su camino en los banquillos de la otra parte del charco hasta ser elegido por Víctor Orta para dirigir al heptacampeón de la Europa League. Tras su paso por Uruguay, Argentina, España, México y hasta China, Diego decidió poner punto y final a su carrera en Peñarol en el año 2010. Comenzaba otro camino. Y justo ahí se cruzó con él un Víctor Orta que también daba sus primeros pasos como mano derecha de Monchi en el Sevilla. El destino hacía de las suyas.
Orta revelaba en sala de prensa el día de su presentación que en un viaje a Uruguay, donde coincidió con él, hubo una reflexión que guardó en su cabeza. "Yo tenía claro que quería ser entrenador a los 23 años", revelaba el exdelantero. Y parece que era así porque nada más colgar las botas decidió marcharse al Bella Vista, un club de su país que tenía graves problemas económicos. "Tenía que llevarme mi ropa a casa a lavármela. Diego se encargaba antes de los partidos de comprar los almuerzos o las meriendas para el plantel entero. Era una situación compleja en lo económico. También en lo deportivo, como me dijo mi hermano cuando firmé el contrato: 'Sólo un milagro los salva del descenso '. Esas palabras me retumbaron en la cabeza y me motivaron. Éramos un grupo de gente humilde y trabajadora, con muchas ganas de progresar y en base a eso salimos adelante", cuenta a Relevo Damián Frascarelli, actual portero del Aucas de Ecuador, que fichó por el Bella Vista a la llegada de Alonso. Una experiencia de las que curten al entrenador que comienza.
Damián nos cuenta cómo era aquel entrenador que recién comenzaba a dirigir a un grupo profesional: "Diego es un tipo muy motivacional, con charlas previas a los entrenamientos y previas a los partidos. Tenía un preparador físico que ya no está con él, el profe Marchetti, también de su estilo, muy temperamental. Ellos eran los que llevaban todos los materiales para entrenar y nos gritaban '¡Tenemos que ser unos guerreros! ¡Tenemos que ser unos gladiadores!'. Así nos motivaban y sólo de esa manera podíamos salir adelante". "En los clásicos de Bella Vista las charlas de Diego eran: 'Muchachos, os veo a todos aquí sentados. ¿Cuántos somos, treinta? Los veo a todos sentados acá, treinta, más todos sus familiares sentados en la tribuna y somos trescientos. ¿Vieron esa película donde trescientos combaten contra mil? Así tenemos que ser, ¡unos guerreros!'. Salíamos a la cancha y lo dejábamos todo", explica el portero entre risas.
Tras el milagro de la salvación, el internacional uruguayo pone rumbo a Paraguay para coger las riendas del Club Guaraní, donde coincidió con dos españoles, los hermanos Ramos. "Me salió la oportunidad de jugar en Guaraní porque conocía a Fernando Juvero, que era el director deportivo del fútbol base y también tenía vinculación con el primer equipo. Lo conocí porque cuando tenía vacaciones, trabajaba para fútbol Dreams, una empresa de scouting que nos dedicamos a ir por África, Asia y Latinoamérica a ver jugadores. Ahí coincidí con Fernando y él sabía que yo jugaba al fútbol, los equipos en los que había estado, conocía también a mi hermano. Cuando él llevaba ya un año en Guaraní nos llamó para ver si queríamos ir a vivir la experiencia. Así llegué", nos dice Robert Ramos, actual jugador del FC Santa Coloma. Robert aún recuerda la profesionalidad que impregnó al club a su llegada: "Se notaba que había sido el típico jugador que quería ser técnico, que ha vivido del fútbol. El trato con el jugador era muy cercano, casi de tú a tú. Irradiaba ese respeto en el que sabías que podías estar de broma con él pero también sabías cuál era su sitio". "Vivía mucho el fútbol, con mucha pasión. Me acuerdo de las charlas antes de los partidos. Siempre explicaba alguna historia que nos motivaba y nos hacía salir al campo a tope", añadía.
Méjico como trampolín
Tras un breve paso por Peñarol y Olimpia, donde no le fueron muy bien las cosas en lo deportivo, Diego Alonso dio el salto a una liga más competitiva como la mejicana, donde conquistó una liga MX y una Liga de Campeones de la CONCACAF con Pachuca, y otra CONCACAF con Monterrey. En Rayados tuvo a toda una institución del fútbol mejicano que conoce muy bien su nuevo destino, Miguel Layún. "Destacaría de él esa sangre que tiene para dirigir, ese carácter y ese temperamento. Creo que siempre es importante sobre todo en equipos que tienen exigencias y obligación de ganar. Guiar a grupos con jugadores importantes requiere de alguien con personalidad y eso es sin duda algo que él tiene. Él nos aportó, además de una idea de juego clara, el sentir los partidos de la misma manera que nosotros lo sentíamos en el terreno de juego. Obviamente esto es algo que ayuda porque contagia y genera una buena química", nos cuenta el lateral.
Layún tiene claro que Diego tiene la personalidad adecuada para dirigir a una entidad que tiene una enorme exigencia como la sevillana: "Conociendo al Sevilla y todo lo que he mencionado anteriormente, espero y es lo que más me gustaría, que él pueda llevar todo ese carácter y su buen fútbol a un club que requiere de una persona con determinación y con temperamento para afrontar cada uno de los retos. El Sevilla es un equipo que en base a resultados se ha colocado como uno de los equipos más importantes de la LaLiga y la gente se entrega al máximo pero es muy exigente. Eso no es fácil de llevar y por eso no es un sitio para cualquiera, ni como jugador, ni como técnico".
Con Uruguay llegó la decepción en Catar
Tras los éxitos cosechados en tierras mejicanas, a Diego Alonso le llega la oportunidad de dirigir a su país. Esa pasión de la que todo el mundo habla se multiplicó. La situación no era fácil: el enorme reto de sustituir al Maestro Tabárez después de 16 años, con un cambio generacional de por medio y un Mundial en el horizonte. El exinternacional sabía que no sería fácil y, aunque llegó a Catar con un equipo que transmitía buenas sensaciones, la decepción por no pasar la fase de grupos, y algún enfrentamiento con alguno de los pesos pesados, provocó su destitución.
Uno de esos hombres fuertes dentro de aquel vestuario era Diego Godín. El excapitán del Atlético hace una radiografía del que fuera su técnico para Relevo. "Primero, el tornado (el mote con el que le apodan) como entrenador, el tiempo que trabajamos, descubrí un grandísimo técnico. Un entrenador joven, con muchísima energía, que trabaja muy bien en campo. Es muy moderno. Trabaja con mucha intensidad, tiene las ideas muy claras y una idea de juego clara que la transmite muy bien a sus futbolistas. También trabaja muy bien los detalles fuera del terreno de juego y analiza muy bien a los rivales, las virtudes y los defectos de su propio equipo. Y algo muy importante para mí: es una muy buena persona. El tiempo que compartí con él, se hizo querer y respetar por los más grandes, por los más chicos, todos íbamos detrás de él y creíamos en su mensaje y en su forma de jugar. Siempre tuvo valores y códigos por encima de cualquier situación. Creo que eso dentro del fútbol es importante y eso un grupo humano lo valora muchísimo", nos explica.
Conocedor de LaLiga donde ha jugado tantos y tantos encuentros, el excentral cree que la llegada de su compatriota puede revitalizar el vestuario del Sevilla: "Para el Sevilla es un técnico espectacular. Me encantó que pudiera coger al Sevilla para empezar a trabajar en España porque es un equipo muy pasional donde la gente te exige. La afición va a valorar su pasión porque es un entrenador que transmite y que es todo sentimiento. Sabrá llegarle al jugador, al club y a la afición, y estoy seguro que cayó en un grandísimo club donde se va a sentir a gusto y donde la gente lo va a valorar".
Martín Lasarte otras de sus influencias
El técnico Uruguayo coincide con Diego en Nacional cuando el club decide traspasar a un tal Luis Suárez al que Lasarte había potenciado desde la cantera. Actualmente está de comentarista en varios medios a la espera de una oferta profesional que le convenza deportivamente. "Diego Alonso es un entrenador que responde al perfil de cómo jugaba. Nunca daba nada por perdido, sus equipos son intensos y son valientes", explica. Le toca un reto difícil en Nervión. "Generalmente cuando uno llega a un club, y más a un club tan importante, es porque las circunstancias no son las mejores. Creo que a Diego le cae como anillo al dedo para poder modificar una trayectoria un poco irregular con esa intensidad y esa valentía que mencionaba anteriormente", sentenció. Diego Alonso, entrenador desconocido en Europa y reconocido en Sudamérica. No se llega a seleccionador de Uruguay así como así. Entrenador de raza, que motiva hasta encender el fuego de sus jugadores y que traslada su pasión a todo lo que toca. El Sevilla buscaba un cambio. Y ese entrenador de espíritu guerrero es el que ha firmado Víctor Orta.