El juicio sobre el 'Caso Rubiales' descubre la cruda realidad de Jenni Hermoso en Ibiza: "Se me sentó al lado y se me puso a llorar"
Alexia Putellas, Laia Codina y Ana Ecube (la amiga de la delantera madrileña) describen su sufrimiento durante su estancia en la isla.
![Teresa Abelleira, María Pérez, Salma Paralluelo, Jenni Hermoso y Olga Carmona en un acto en Ibiza tras ganar el Mundial. /Getty](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/06/media/cortadas/jennihermosoibiza-RRGinFDrP8elLS4kgWzLwGK-1200x648@Relevo.jpg)
El juicio sobre el 'Caso Rubiales' está sirviendo, entre otras muchas cosas, para desmontar varias teorías —y reforzar otras— acerca de algunos de los días más turbios en la historia del fútbol español. Entre ellas, las que le reprochaban a Jenni Hermoso estar de vacaciones en Ibiza con la que estaba cayendo y tras el desagradable episodio con Luis Rubiales, del que estaba hablando medio mundo.
Vaya por delante que Jenni Hermoso podría haberse comportado como hubiese querido, sin necesidad de ser juzgada por nadie. Como por ejemplo, en los momentos posteriores al beso, todavía en Sídney, cuando apenas acababa de proclamarse campeona del mundo. "No había motivo para estar llorando ni tirada por las esquinas del vestuario porque creo que no procedía. Por mí y por mis compañeras. Ellas no tenían nada que ver sobre lo ocurrido y llevábamos muchísimo tiempo preparándonos para ser campeonas del mundo. Lo que había pasado iba a durar horas y días, y yo al menos quise que todas pudiéramos celebrar que éramos campeonas del mundo", aseveró en su declaración del lunes.
Sin embargo, esa aparente fortaleza se fue debilitando con el paso de los días y acabó desapareciendo con sus personas de confianza como testigos. Tras el shock inicial y empezar a divisar lo que se le venía encima, la campeona del mundo empezó a romperse por dentro. Y así lo describen los testimonios de Ana Ecube (una de sus mejores amigas), de Laia Codina y de Alexia Putellas.
“Me llegó a decir: 'No sé qué hago aquí'”
"No era Jenni, intentábamos que estuviera alegre, que fuera consciente de lo que habíamos conseguido. Me llegó a decir: 'No sé qué hago aquí', confesó Alexia Putellas en su declaración. La capitana del Barça la conoce como pocos.
A su llegada a Ibiza, las campeonas del mundo (no fueron todas) recorrieron las calles de la isla en autobús. "Antes de la rua, recuerdo perfectamente que me subo, me siento y se me sentó al lado y se me puso a llorar: 'No sé qué hago aquí, no puedo más, no puedo más'. Yo intentaba que disfrutara del momento pero estaba llorando, se puso las gafas de sol", añadió Alexia acerca de esos días.
Laia Codina, la cuarta y última futbolista en declarar tras Misa, Alexia Putellas e Irene Paredes, coincide con la dos veces Balón de Oro en su relato acerca del sentir de Jenni Hermoso en la isla. La tensión acumulada acabó por derrumbar a Jenni. "Es cuando peor estaba, ya había asimilado lo que había pasado, estaba triste, no estaba disfrutando ni mucho menos de que acabábamos de ganar un Mundial y de que estábamos en Ibiza, que debería ser un momento alegre o incluso el mejor de tu vida y estaba triste, estaba cansada de lo que había vivido en el avión, porque fueron constantes veces las que fueron a hablar con Jenni", reveló la futbolista del Arsenal.
La aparición de Rubén Rivera en Ibiza
En Ibiza es cuando Rubén Rivera, el responsable de marketing de la RFEF en aquel momento, entra en acción. Y en ninguna de las declaraciones sale bien parado. Rubén Rivera fue el 'enviado especial' del ente federativo a la isla.
"Cuando llegamos, vamos directas a la comida y Jenni no tenía batería y Rubén Rivera insiste más de dos o tres veces, en menos de media hora, y, al final, se lo lleva para cargarlo. Luego en el atardecer, Rubén Rivera viene cinco o seis veces mínimo, para que Jenni fuera a hablar con Luque, que estaba en el hall del hotel, para que fuera a hablar. Jenni se agobia, se pone a llorar otra vez y es cuando Ana Ecube hace de intermediaria y le dice: 'Tú tranquila, hablo yo con ellos'", detalló Laia Codina.
Ana Ecube, una de las mejores amigas de Jenni Hermoso, vivió en primera fila el sufrimiento de la delantera madrileña: "Al día siguiente, estábamos en el barco y ese día creo que vi a una Jenni triste, que no tenía ganas de disfrutar, tenía ganas de irse a casa y descansar [...] "Ella estaba agotada, anímica y físicamente. Recuerdo que después nos fuimos a comprar ropa con algunos familiares y jugadoras y ella se quedó. Me dijo: 'Me quedo a descansar, no puedo más'. Era agotamiento psicológico".
Y volvió a insistir el exresponsable de marketing de la RFEF. "En la puesta de sol, el señor Rivera volvió a insistir para hablar con Jenni. Yo estaba con Jenni. Le pedía que por favor hablara con él, por favor, Jenni ven y hablamos. Ella le decía que no, que la dejara descansar. Él iba y venía, iba y venía. Jenni estaba agotada y se echó a llorar. Fueron varias las veces que venía a insistirle..." añadió. "Jenni me pidió que dejase de hablar con ellos, que le sabía mal, si tú no estás disfrutando del viaje... Yo la veía cabizbaja, casi no hablaba. En ese momento, se echó a llorar y yo bajé a hablar con Luque para ganar tiempo para que la dejaran tranquila, yo veía que ella ya estaba superada por la situación. Yo veía que no paraban y no iban a parar", acabó.