SUPERLIGA

La Superliga insiste con sus diez puntos a la desesperada, a una semana de la sentencia

A22, sociedad encargada de la Superliga, ha vuelto a dar bombo a los diez principios que propone su liga de fútbol.

Florentino Pérez, Joan Laporta y Bernd Reichart (CEO de A22). /A22
Florentino Pérez, Joan Laporta y Bernd Reichart (CEO de A22). A22
Jonathan Ramos

Jonathan Ramos

Tan solo faltan diez días para que el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea dé a conocer la sentencia que marcará el devenir de la Superliga. El 21 de septiembre se sabrá si el TJUE entiende que existe abuso de poder por parte de la UEFA. Una sentencia que puede suponer el final (o el principio) de la competición que quiere cambiar el futuro del fútbol mundial.

El proyecto fue volátil desde el inicio, tanto su anuncio como su posterior colapso. Ahora son apenas el Barça y el Madrid quienes siguen apoyando la causa a capa y espada, todo ello mientras los miembros fundadores van mermando ante la figura de la UEFA. A falta de poco más de una semana, A22, sociedad encargada del proyecto, ha hecho vuelto a darle bombo al decálogo sobre el que se construirá el futuro de la Superliga. 

Un conjunto de diez principios, que tras múltiples charlas con casi 50 clubes europeos, llevarán por bandera a expensas de conocer el dictamen que puede terminar de enterrar su innovador modelo. Ahí va un resumen de la decena de puntos que el proyecto vuelve a remarcar poco antes de conocer su suerte en los tribunales.

Competiciones meritocráticas y de base amplia

Con el primer principio, la sociedad encargada de la Superliga explica que buscan crear una "competición abierta y multidivisional con entre 60 y 80 equipos, que permita una distribución sostenible de los ingresos en toda la pirámide". Además, añaden que esa participación debería basarse en el mérito deportivo y no debería de haber miembros permanentes. Por otro lado, matizan que esa clasificación se basaría en el desempeño en las ligas nacionales.

Torneos nacionales: La base del fútbol

Desde la Superliga quieren que los clubes participantes sigan comprometidos al máximo con los torneos naciones, como explican en el segundo principio. "Se debe abordar la necesidad crítica de fortalecer y hacer más competitivos los torneos nacionales en todo el continente", añaden. Sobre esto especifican que las competiciones europeas deberían ayudar a esto repartiendo recursos en todo el sistema.

Mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles

El tercer matiz del escrito gira en torno a la sostenibilidad y la mejora de la competitividad. Sobre esto se explica que los recursos financieros adicionales se deberían repartir en toda la pirámide, aplicando siempre las normas de estabilidad financiera. Su propuesta es clara: "La estabilidad y previsibilidad de los ingresos mejorarían drásticamente si se ofreciera a los clubes un mínimo de 14 partidos europeos garantizados cada temporada".

La salud de los jugadores debe estar en el centro del juego

El decálogo también mira por la salud de los futbolistas y el apretado calendario internacional. Sobre uno de los grandes problemas de esta temporada, la Superliga plantea "los clubes y jugadores europeos no deberían verse obligados a participar en torneos nuevos o ampliados impuestos por terceros". Además, creen que el número de partidos no debería de aumentar más allá de los calentados de competición ya previstos, y los jugadores deberían de participar en diálogos a la hora de desarrollar los calendarios.

Competiciones organizadas por clubes con normas de sostenibilidad financiera transparentes y bien aplicadas

El ecuador del escrito se muestra claro ante la potestad de los clubes en las competiciones europeas. "Las competiciones de clubes europeas deben estar gobernadas por los clubes tal como lo son a nivel nacional, no por terceros que se benefician sin correr ningún riesgo". El proyecto confía en que el gasto se debería basar únicamente en los recursos generados, sin inyecciones de capital externas. Sobre esto, añaden que el fair play debería permitir gastar un porcentaje fijo de los ingresos anuales en salarios de jugadores y transferencias.

La mejor competición de fútbol del mundo

El sexto punto gira en torno a la intencionalidad de la Superliga de suponer el "evento deportivo más emocionante del mundo". En el mismo párrafo indican la importancia de atraer a las nuevas generaciones. "Esto solo se puede lograr con competiciones que permitan a los mejores jugadores del mundo competir durante toda la temporada con partidos apasionantes de principio a fin", desarrollan.

Bernd Reichart, CEO de A22 Sports, sociedad promotora de la Superliga, junto a Florentino Pérez.  EFE
Bernd Reichart, CEO de A22 Sports, sociedad promotora de la Superliga, junto a Florentino Pérez. EFE

Experiencia mejorada para los fanáticos

El escrito también recoge la importancia de los aficionados dentro del proyecto de la Superliga. Este modelo quiere implicar a los grupos de aficionados y entablar conversaciones fluidas con los mismos, con el objetivo de mejorar la calidad del fútbol en vivo. "Se deben tomar medidas adicionales para facilitar la asistencia de los aficionados a los partidos fuera de casa", especifican desde A22.

Desarrollar y financiar el fútbol femenino

La Superliga no deja atrás uno de los sectores del fútbol en alza, como lo es el femenino. Este modelo plantea "colocarlo en el foco, a la par de las competiciones masculinas". Para lograrlo explican que será necesaria una ampliación significativa de la financiación. Además, esta inversión se tendrá que hacer en el aspecto profesional del juego y a nivel de base.

Aumento significativo de la solidaridad

La anteúltima propuesta se centra en la solidaridad del fútbol. Desde la Superliga consideran que la actual deberían de incrementarse. "Como se anunció anteriormente, un mínimo de 400 millones de euros al año para la solidaridad de base, los clubes no participantes y las causas sociales", añaden en este apartado. Eso sí, siempre garantizando la transparencia con informes anuales del gasto e impacto de estas cantidades.

Respeto por las leyes y los valores

El último punto es únicamente centrado en el derecho europeo. "Ningún club europeo debería verse obligado a utilizar sistemas de resolución de disputas fuera del Estado de derecho de la UE", desarrollan en el mismo. En el mismo escrito explican que la jurisdicción del arbitraje deportivo debería centrarse en cuestiones deportivas y, en cualquier caso, todos deberían estar bajo la supervisión del sistema judicial de la UE.

La Superliga y sus miembros afrontan la semana más importante en la volátil vida del proyecto bajo estas diez máximas. Unos mandamientos que reviven a la desesperada en el que podría ser el último coletazo de la idea que iba a cambiar el modelo del fútbol tal y como lo conocemos.