La Dinamarca campeona del 92 no estaba de parranda, estaba en la trinchera esperando la sanción a Yugoslavia
Se cumplen 32 años del triunfo de la dinamita roja y la teoría de que la mayoría de los jugadores no estaba de vacaciones toma cada día más cuerpo

El 26 de junio de 1992, hace 32 años, Dinamarca se proclamaba campeón de la Eurocopa en el Nya Ullevi Stadion de Goteborg tras derrotar a Alemania (2-0), el mismo rival que tendrá en octavos de final de la presente edición el día 29 en Dortmund. Sobre aquel triunfo de la dinamita roja dirigida de rebote por un vilipendiado Richard Moller Nielsen se ha gestado una historia que con el paso de los años se va desvaneciendo. Si no en su argumento primario, sí en cómo transcurrieron los acontecimientos. No está de más recordar que aquella fue la última gran competición a la que no ha acudido la Selección española.
Los libros de historia futbolísticos y los periódicos de la época llenaron páginas y páginas con la leyenda de que los jugadores de aquella 'dinamita roja' estaban de vacaciones cuando la UEFA decidió sancionar a Yugoslavia y apartarla de la competición. La cronología de los acontecimientos fue corta, aunque los días previos ya se escucharon toda clase de rumores sobre la crítica situación. El 30 de mayo la ONU decretó una serie de sanciones contra Yugoslavia por el conflicto bélico de los Balcanes en el que estaba inmersa y entre ellas se incluye la prohibición a participar en todas las competiciones deportivas. El día 31, la Federación Yugoslava comunicaba a su delegación, que ya estaba concentrada en tierras suecas para participar en la Eurocopa, que habían sido expulsados del torneo y tenían que abandonar el país. Un hecho que terminó resultando una odisea hasta que sus responsables encontraron un avión que fuera a recogerles a Estocolmo.
El amistoso del día 3, la clave
Expulsada Yugoslavia, su plaza en la fase final la ocupó Dinamarca, que había sido segunda en el grupo de clasificación. La UEFA había informado con varios meses de antelación a la Federación danesa de que en el caso de que se produjera cualquier situación extradeportiva con los balcánicos, serían ellos los clasificados. Este es el primer dato objetivo que confirma que los nórdicos estaban alerta de que podían entrar en la fase final de carambola y que, además, presionaron todo lo posible para que así fuera. En los últimos días de mayo las certezas de que Yugoslavia podía ser sancionada por la ONU y, consecuentemente, por la UEFA, que no podría obviar sus resoluciones, se hizo viral.
El primer hecho racional que comienza a desmontar la teoría de que casi todos los jugadores daneses estaban de vacaciones cuando fueron reclutados por su Federación para disputar la competición diez días más tarde (10 de junio) se centra en que el día 3 estaba programado un amistoso en Brondby, que debería servir de preparación a la CEI, el equipo de la Comunidad de Estados Independientes, ex Unión Soviética, que estaba también clasificada para el evento. Dinamarca, ajena todavía a su futura situación, iba a servir de sparring puro y duro. Si el partido estaba fijado para el día 3, cabe suponer que sus jugadores ya estarían concentrados 48 horas antes y que habrían conocido su convocatoria para el amistoso con unos días más de antelación. Es decir, que de vacaciones, nada.
Dinamarca no estaba de parranda. Dinamarca estaba en la trinchera esperando su momento. De ahí, que su Federación aceptara el compromiso contra los soviéticos (1-1). Todos los futbolistas citados para ese encuentro formaron parte de la convocatoria oficial para la Eurocopa. El once formado por Moller Nielsen ese día 3 fue el siguiente: Schmeichel; Sivebaek, Lars Olsen, Christofte, Kent Nielsen; B. Christensen, Vilfort, Jensen, H.Andersen; Brian Laudrup y Fleming Povlsen. Después entraron en el equipo Henrik Larsen, Frank Torben, Piechnik y Molby. El portero suplente era Krogh. Todos ellos jugaron el torneo y se proclamaron campeones. A ellos se unieron para cerrar la lista de 20: Elstrup, C Christiansen, Peter Nielsen y Bruun.
La liga danesa acabó dos días antes
Sobre el estado físico de esos jugadores tampoco se debería haber tenido en su momento muchas dudas. O menos de las planteadas en un principio. A lo largo de la competición los jugadores rindieron a pleno rendimiento y en ningún momento ofrecieron la sensación de una mala condición física. Además, pocos podían tener arena de playa en los zapatos. De los seleccionados, 13 jugaban en la Superliga danesa que acabó oficialmente el 8 de junio. Es decir, a dos días del comienzo de la Eurocopa. Solo los que jugaban en clubes alemanes (Povlsen, Brian Laudrup, Henrik Andersen y Bent Christensen) podían haberse visto perjudicados. Habían tenido más días de descanso: la Bundesliga había acabado el 16 de mayo.
Con el calendario en la mano, la selección danesa estuvo como mínimo concentrada 11 días antes de su debut contra Inglaterra (0-0) y disputó el citado amistoso contra la CEI. El segundo partido fue contra el país anfitrión, Suecia, con derrota mínima (1-0). Y el tercero contra Francia (2-1) con lo que se clasificó segunda de su grupo. En semifinales, los daneses crecieron en su rendimiento y eliminaron en la tanda de penaltis a Holanda, campeón en ejercicio entonces tras su triunfo en la Euro 88.
Un héroe llamado Vilfort
En la final, Dinamarca coronó su gran faena derrotando contra todo pronóstico a Alemania (2-0) con goles de Jensen y Vilfort, el jugador que se había pasado todo el torneo viajando a Brondby, su ciudad, para visitar a su hija pequeña, Line, de siete años y que sufría leucemia. Kim fue el gran héroe de aquella Eurocopa. Su primera intención al ser seleccionado fue no acudir a la cita y quedarse cerca de su hija, pero fue ella y la familia los que le animaron a que jugara. Lo inimaginable entonces era pensar que Dinamarca fuera a llegar hasta la final y los viajes del jugador a casa se tuvieran que repetir después de cada partido. Su prioridad era pasar unas horas con Line, sin importarle el desgaste físico que suponía cada desplazamiento.
El peor momento sucedió en la víspera del tercer partido contra la Francia de Platini. Line empeoró y Vilfort se quedó a su lado, sin acudir al encuentro, después de haber sido titular en los dos primeros. Una pequeña mejoría, la cercanía de Goteborg y la insistencia familiar volvieron a empujarle hasta las semifinales contra Holanda. Vilfort marcó su penalti en la tanda definitiva y su íntimo amigo Peter Schmeichel paró el suyo a Van Basten. Dinamarca se clasificó para la final. Nuevo dilema y otro paso adelante del jugador que se convirtió en el hombre del partido. Hizo la jugada del primer gol y marcó el segundo. Su dedicatoria conmocionó a todo el estadio. Sabía que Line estaba viendo el partido y cómo su padre levantaba el trofeo de campeón. Dos semanas después Line falleció.