ENTREVISTA

Dino Zoff: "En España '82 nos sentíamos en el punto de mira y aplicamos el silenzio stampa"

El mítico portero y entrenador italiano habla con Relevo sobre la Eurocopa perdida con el gol de oro de Trezeguet, el Mundial '82, el dopaje o de la Selección española.

Dino Zoff, en su etapa como seleccionador italiano. /GETTY
Dino Zoff, en su etapa como seleccionador italiano. GETTY
Julio Ocampo

Julio Ocampo

Tiene 81 años, pero la lucidez y los reflejos siguen inmaculados. También posee sentido del humor y esa frialdad hierática para humanizar asuntos controvertidos y difíciles, algo muy italiano. Ha sido, probablemente, uno de los mejores porteros de todos los tiempos. Campeón del mundo y de Europa con Italia, además de héroe máximo con la Juventus, Dino Zoff (Mariano del Fruili, 1942) fue -por si fuera poco- un notable entrenador-seleccionador. Sí, también.

Hoy vive en Roma, concretamente en la colina Fleming, zona por excelencia laziale, especialmente cuando el equipo se entrenaba (lo dirigió hasta en tres etapas diferentes) en Tor di Quinto. Era la Lazio salvaje de las pistolas y los balones, la del Scudetto del 74, la de Chinaglia… "Era amigo mío. Estaba loco, pero era una persona extraordinaria", recuerda Zoff antes de comenzar la entrevista en el Circolo Conattieri Aniene, donde acude a diario a nadar, al gimnasio, a tomar café con amigos y leer los periódicos. Tiene en su cabeza una libreta de anécdotas que piden ver la luz. No importa el tiempo ni el lugar.

¿A qué se dedica para estar tan bien físicamente?

Vengo a diario a este club para nadar y hacer algo de gimnasio, pero esto no es deporte. Deporte es lo que hacía hace ya muchos años. Ahora lo que intento es que mi cuerpo esté activo, nada agarrotado, pero sin olvidarme de la edad que tengo.

En 2015 fue ingresado en el hospital por una enfermedad neurovegetativa. Llegó a decir que no podía levantarse de la cama durante un tiempo. ¿Qué pasó?

Fue un virus, nada más. No se sabe mucho más. No fue sencillo, pero tampoco tan grave o difícil de solucionar. Ha pasado mucho tiempo; ahora estoy perfectamente.

Deportista de elite hasta los cuarenta años, que ganó el Mundial de España '82. ¿Cree que eso ha podido pasar factura a su organismo?

No, para nada. Sé por dónde vas… Competir durante una vida al máximo nivel claro que puede provocar daños colaterales futuros. Es como el coche, que si lo usas mucho… El deporte es bueno hasta cierto punto, claro. Te ayuda en la moral de la vida y en muchas cosas más. Yo estoy aquí ahora también gracias a él. Me siento orgulloso de haber vivido esta vida, también deportivamente hablando.

Un futbolista de hoy puede jugar hasta setenta partidos al año, casi el doble que en su época. ¿No es exagerado?

Sí, puede ser, pero también te digo que las plantillas son mucho más grandes que entonces. De todas formas, en mi tiempo los grandes clubes también disputaban muchos partidos si juntabas las Copas y el campeonato. Sí, quizás estaría bien limitar un poco todo esto.

Zoff y la carga de partidos.

Una vez realicé un informe, a raíz de la enfermedad de Borgonovo (ELA), sobre los posibles orígenes de esta terrible patología. Tras hablar con doctores del prestigioso hospital Gemelli de Roma, sólo llegaba a una certeza: el misterio. En España ahora la padece Unzué, exportero como usted. Un estudio epidemiológico realizado por dos científicos del Instituto Mario Negri de Milán en 2022 reveló que las causas son desconocidas, pero es mucho más proclive en futbolistas. ¡Hasta seis veces más!

No lo sé, no puedo opinar sobre esto. Lógicamente, cuando sucede a una estrella del fútbol la noticia se expande rápidamente. ¿Y patologías en un portero? Si no tiene algún accidente no veo que sea más proclive a problemas futuros. El fútbol es un deporte popular, está siempre en boca de todos… Con esto quiero decir que cuando sucede algo se amplifica y se extraen conclusiones, juicios rápidos y deliberados. Es una caja de resonancia importante.

Tomando café previamente había unos señores en la barra del bar que hablaban de la Selección española, inmersa en este proceso de cambio con De la Fuente. Italia-España en la Eurocopa. ¿Qué espera?

España siempre jugó muy bien al fútbol, especialmente en los últimos años. Ahora está cambiando, sí, pero yo conozco mejor a los míos… Italia da miedo, y en eso le avala su historia. Debe optar a lo máximo, aunque es cierto que esta vez el pronóstico es de no favoritos. El pasado juega a nuestro favor, porque tenemos cuatro Mundiales, dos Eurocopas… Y siempre demostramos ser fuertes mentalmente. No hay que infravalorarnos, aunque vengamos de un paréntesis negativo.

Dino Zoff, en su entrevista con Relevo.
Dino Zoff, en su entrevista con Relevo.

Es cierto que Italia siempre se hizo fuerte en las vicisitudes. En pleno Calciopoli ganó el Mundial de 2006. Fue un verano donde Pessotto intentó suicidarse, incluso. Ahora el problema es diferente: la crisis de la cantera y las apuestas ilegales en el mundo del fútbol, que de momento se han llevado por delante a Tonali y Fagioli, dos asiduos de este joven grupo. Hace semanas, Spalletti dijo que algunos futbolistas se divertían más con el Fantacalcio que jugando. ¿Qué opina?

No es bueno lo que ha sucedido, aunque creo que hay mucho control ya. Va a ser fácil extirpar este problema, porque creo que está bien localizado.

El Calcio siempre tuvo un lado oscuro y feroz. Cuando Zeman entrenaba al Cagliari me dijo que había doping. Hace un año, el presidente de la Lazio (Claudio Lotito) insinuó en el funeral de Mihajlovic que el fútbol estaba enfermo. ¿Está de acuerdo?

Estoy convencido de que no hay doping en el fútbol. Mucho menos un sistema… Puede haber algún caso aislado en alguna actividad de la vida, pero no genérico, no un sistema. Hay demasiados controles para que esto suceda.

Cambiemos de tema. ¿Qué porteros le gustan?

Donnarumma está recibiendo críticas, pero él nos hizo campeones de Europa. Paró los penaltis decisivos… Por lo tanto, fue el mejor. Es joven y puede mejorar, pero su nivel es altísimo. Luego están Meret, Vicario, Provedel… Ya en el ámbito internacional, espero el torneo para ver quiénes son los fenómenos que vienen. Sí, a nivel mundial están los de siempre: Ter Stegen, Courtois, Oblak, Ederson, Alisson… Llevan mucho tiempo ahí en la cúspide, pero yo siempre me apoyo en estos torneos mundiales o continentales para tener un panorama más grande de lo que hay bajo palos. Lo nuevo que llega.

Zoff, sobre el Mundial '82.

Me consta que de España usted siempre guarda buenos recuerdos… Se le cambia la cara al rememorar el Mundial.

Fue una victoria extraordinaria. Marcamos muchos goles de jugada ensayada, algo que no es nada fácil en el fútbol moderno. Dimos espectáculo, y siento mucho que el seleccionador (Enzo Bearzot) no recogiera los méritos que merecía. Fue el gran artífice. No Paolo Rossi, Tardelli o yo… Es verdad que los futbolistas son importantes, pero Bearzot fue el ideólogo de todo.

¿No se lo reconoció la gente?

No me refiero a la gente, sino a los periodistas. Hubo una guerra feroz contra él porque hizo una convocatoria diferente (se llevó a Rossi tras la sanción por apuestas y dejó en casa al pichichi Roberto Pruzzo) respecto a las expectativas de los medios, que después se comieron sus palabras. Fueron críticas enormes, y decidimos aplicar el silenzio stampa. Nos sentíamos en el punto de mira por la opinión pública, muy exagerada. Nos dedicamos a jugar y basta. Sólo hablaba yo como capitán. Fue mágico.

De quien no guarda un buen recuerdo es del colegiado García Aranda. ¿Me recuerda la anécdota por favor? Hace tiempo le leí por ahí…

Claro. Te la cuento… Yo era el seleccionador cuando fuimos subcampeones de Europa en el 2000, con el famoso gol de oro de Trezeguet en la prórroga. El colegiado era Frisk, pero el cuarto árbitro era García Aranda. En el 90 íbamos ganando 1-0, entonces el árbitro informó a García Aranda del descuento: cuatro minutos. Yo me giro a él, y le digo: "García Aranda, no cuatro minutos. Faltan tres minutos. Cuatro no, sino tres". Él me miró resignado como diciéndome que era decisión del colegiado… ¿Entiendes? Y luego vino el gol de Wiltord en el 94 y fuimos a la prórroga, donde marcó Trezeguet. Recuerdo que a García Aranda se lo repetí en español varias veces, pero no sirvió de nada. No lo he olvidado ni siquiera hoy: "Faltan tres minutos, ¿lo ves?".