El 'director deportivo milagro' que revoluciona el mundo del vino con leyendas: "Primero llamé a Buffon y Zamorano"
Fabio Cordella ha unido a su bodega italiana un equipo de ensueño de futbolistas en su proyecto The Wine of the Champions.
Ser futbolista y lanzarte al negocio del vino jamás ha sido tarea fácil. Algunos han dado el paso atraídos por los jugosos márgenes que deja el sector, pero se han encontrado con dos muros: la enorme competencia y la percepción negativa de los consumidores. "En el mercado español, por ejemplo, se valora mucho más la tradición y el legado familiar de las bodegas que las caras famosas que se aventuran a montar un proyecto", resume un analista de la Ribera del Duero.
Sin embargo, un hombre ha dado con un modelo diferente que combina la tradición de una bodega familiar, en la denominación de origen Salento (en el tacón de la bota de Italia) con la imagen de algunas de las leyendas más grandes del fútbol mundial. Fabio Cordella ha sido el creador de un proyecto que está teniendo buena acogida gracias a esa dualidad, en la que el bodeguero pone el saber hacer con el vino y los futbolistas se implican en la promoción de sus botellas en los diferentes mercados estratégicos.
Cordella es un director deportivo acostumbrado a obrar milagros y levantar grandes proyectos con presupuestos modestos. Tras iniciar su carrera en los despachos en 2006 en un club en Costa de Marfil y pasar por dos entidades italianas (Lanciano y Treviso Calcio), llegó al Union Saint-Gilloise belga. En Bruselas se hizo un nombre con sus ascensos de categoría (el germen del éxito de un club que hoy juega en Europa) y recaló en el Budapest Honved en 2011, el legendario equipo de Ferenc Puskas.
"Allí logramos ir tres años a Europa y, en mi última temporada, ganamos la liga, con un presupuesto de un millón y medio de euros", explica en perfecto español. Tras cinco años en Hungría y otra experiencia en la Federación de Panamá, llegó la llamada de la Sampdoria. Era 2016. El punto de giro de su vida.
Cordella da su versión de los hechos: "Me estafaron, porque la noche que yo debería haber firmado el contrato en la sede de Sampdoria, firmaron a otro director, claramente por menos plata. Yo me quedé sin equipo de la noche a la mañana". En lugar de permanecer parado, lamiéndose las heridas, el italiano tomó las riendas de su vida a los tres meses de aquella decepción deportiva y le dijo a su mujer: "Voy a montar un equipo, el mejor de la historia, pero no como tú piensas, sino con las botellas de vino".
Fabio Cordella, cuya familia posee una bodega en Salento, comenzó ahí su proyecto más personal: The Wine of the Champions. "Ese día que hablé con mi esposa, saqué el teléfono y llamé a Gigi Buffon. 'Si tú estás loco, yo lo estoy más. Estoy en el equipo', me dijo. Tras colgar con Buffon, llamé a mi compadre Iván Zamorano, somos padrinos de boda. E Iván me dio el sí", recuerda. Necesitaba a un centrocampista y marcó el número del exjugador del Real Madrid Wesley Sneijder.
Tras el holandés, vino uno de los grandes golpes sobre la mesa del proyecto: Ronaldinho Gaúcho, "para mí el 10 ideal". La llamada a Roberto de Assis, hermano de la estrella brasileña, fue fructífera y la colaboración de Ronaldinho ha sido total desde los orígenes del proyecto. De hecho, es el único de todo el elenco de futbolistas que no sólo colabora con su imagen (en un negocio rentable para todos ellos y que no tiene riesgo) sino que participa como socio en la bodega.
Así, uno a uno, se fueron añadiendo jugadores ilustres a la causa: Roberto Carlos, Cafú, John Terry, Vincent Candela, Seb Frey, Diego Lugano, Marco Materazzi, Julio César, Amauri, Marcio Amoroso, Chevanton, Juan Alberto Barbas, Kevin Kuranyi, Walter Zenga, Ciro Ferrara y Memo Ochoa han dado su visto bueno a un proyecto que pone sus caras en las etiquetas de unos vinos que gozan de buenas notas otorgadas por los expertos. Por ejemplo, el emblemático portero de México es un hombre con gran interés cultural en el mundo vitivinícola y las botellas en las que está presente son de una calidad contrastada, avalada por los ratings de los críticos.
La relación de jugadores, a la que se ha incorporado hace poco el argentino Javier Mascherano, se completa con un entrenador, un director deportivo (el propio Cordella) y un presidente, que también tiene vino propio: Adriano Galliani, el mítico mandatario del AC Milan y actual senador italiano. Por tener, tienen hasta himno, compuesto por el brasileño Gustavo Almeida.
Cordella no se ha cerrado sólo a sus vinos y ha llegado a acuerdos con caldos de otras denominaciones de origen italianas e incluso algunas de las más reputadas de las francesas. "Me llamó Pomerol (Burdeos) y, claro, ¡es como si eres jugador y te llama el Real Madrid!", ejemplifica sobre una bodega de solera que también se ha embarcado en el proyecto. La idea de Cordella es compartir y abrirse a otros mercados, por eso le ha dado el ok a la incorporación de champagne y a otras diversificaciones.
Gracias al proyecto, algunos públicos (los jóvenes tradicionalmente han tenido predilección por la cerveza) y algunos mercados están descubriendo el vino. "Creo que somos la bodega que está ayudando al mundo del vino a llegar a nuevos clientes", argumenta. Este fenómeno ha quedado patente en lugares como Brasil, donde el equipo de ensueño tiene varias caras emblemáticas. Todas esas estrellas son fichajes vitivinícolas de Cordella. Un hombre que, mientras ejerce en la actualidad de director deportivo del US Granville (Normandía, Francia) para buscar otro milagro futbolístico, continúa en una gira perenne promocionando, junto a los cracks del fútbol, sus botellas.