OLYMPIACOS

La noche más larga de Mendilibar: "Me tumbé en la cama sobre las seis de la mañana y no sé si di alguna cabezada"

El técnico español celebró su 63 cumpleaños con una clasificación histórica y a su llegada a Atenas él y el equipo fueron recibidos como héroes.

Los jugadores del Olympiacos celebran su clasificación a cuartos de la Conference League./REUTERS
Los jugadores del Olympiacos celebran su clasificación a cuartos de la Conference League. REUTERS
Enrique Ortego

Enrique Ortego

Zarandeado, estrujado, espachurrado, abrazado... Así salió José Luis Mendilibar del aeropuerto de Atenas, Eleftheriospor Venizolas, al regreso de su equipo, el Olympiacos, que, contra todo pronóstico, había eliminado al Maccabi de Tel Aviv en Backa Topola (Serbia), ciudad donde se jugó el partido por el conflicto bélico israelí-palestino. En El Pireo, los hebreos habían ganado la semana anterior (1-4) y habían demostrado cierta superioridad. Nada hacía presagiar el resultado (1-6) con dos goles en la prórroga, pero los de Mendilibar, según palabras del propio técnico, jugaron "el mejor partido desde que él llegara a Olympiacos".

Recibimiento en Grecia a Olympiacos

Eran las 5:30 de la mañana. Madrugada pura y dura. En el vuelo de vuelta, la expedición rojiblanca fue avisada de que cerca de un millar de aficionados se estaban agolpando en la sala de llegadas del aeropuerto. Cuando se abrieron las puertas, Mendilibar no se lo podía creer. "Había vivido ascensos, salvaciones, la Europa League del Sevilla hace unos meses, pero no me podía imaginar algo parecido. Era una locura. Nunca había vivido una situación igual, ni parecida. Esta gente muere por su club. Yo digo en plan bien que son un poco exagerados, tanto para lo bueno y para lo malo, pero hay que respetárselo. Es su forma de sentir su club y el deporte. Fue impresionante", confiesa Mendilibar a Relevo.

El técnico tuvo que decidirse y meterse entre la marabunta. Casi abría el camino. Con un trolley en su mano izquierda y un bolso de mano al hombro, apenas podía avanzar. Se llevó una auténtica paliza. Tuvo que pasar por una nube de humo provocado por las bengalas todavía encendidas. Reconoce que no veía nada. Que cuando no perdía la maletita de ruedas, se le caía el bolso de mano. Iba en chandal. El traje azul con el que había dirigido el partido estaba absolutamente empapado. En el vestuario, sus jugadores mientras intentaban darle un manteo que prácticamete lograron, le rociaron con varias botellas de agua. Champagne, evidentemente, no había en el ínfimo vestuario. Remontar el 1-4 de la ida era medio impensable.

"Antes del partido lo único que les dije a los jugadores es que teníamos que competir el partido, independientemente del resultado de la ida. Y si lo empatábamos, bien. Y si lo ganábamos, también. Mejor. No podía pensar en el 1-6. En la ida nos ganaron bien ganado. También es verdad que tuvieron suerte y marcaban cada vez que llegaban, pero no podíamos pensar a la ligera en una remontada". El técnico de Zaldivar narra los acontecimientos según se dirige al aeropuerto de Atenas a buscar a su esposa, Mari Carmen, que llega a la capital griega. Se trata de la primera visita familiar desde su llegada a tierras helenas. El jueves, además, fue su cumpleaños, 63. El equipo le cantó el 'feliz cumpleaños' en español y en el inglés sobre el mismo césped y después en la caseta.

Ya tiene ahora dos cosas que celebrar. "La verdad es que no he dormido nada. Llegamos a la Ciudad Deportiva sobre las seis de la mañana. Nos tumbamos sobre la cama. Supongo que habré dado alguna cabezada, pero después de todo lo vivido era difícil. Nos hemos levantado a las 11:00. Hemos trabajado un poco y ahora les ha dado a los jugadores cinco días de descanso. No jugamos hasta dentro de tres domingos. El seleccionador griego pidió una semana más para trabajar con la selección y la Federación se lo concedió. Nos vendrán bien a todos unos días de descanso".

Serán sus primeras jornadas libres desde que el 8 de febrero llegara a un acuerdo con Olympiacos. Desde entonces, reconoce, que todo ha transcurrido demasiado deprisa. Agotador. Vio desde la tribuna el 4-0 de su equipo al Ofi Creta. Debutó en la Conference League contra el Ferencvaros 1-0. Después, cuatro victorias ligueras consecutivas y nuevo triunfo en Budapest para pasar a octavos de la competición continental. Cuando todo parecía rodado llegaron dos palos consecutivos: la derrota en casa ante el Maccabi (1-4) y el derbi ante Panathinaikos (1-3), después de ponerse por delante en el marcador. "Fue un palo habíamos recortado puntos con los tres que teníamos por encima, que era nuestra objetivo inmediato y volvimos a perder parte del terreno recuperado. Nos dejó un poco tocados el partido contra los israelís".

Ahora ya nadie se acuerda de ello. "La verdad es que el jueves jugamos bien, muy bien. Tuvimos muchísimas ocasiones. Sobre todo en la primera parte. Ellos nos llegaron una vez. Pasó todo lo contrario que en la ida. Tenemos un buen equipo. Los chicos van cogiendo las ideas. A veces pensamos que somos superiores y nos cuesta cerrar los partidos, pero respondemos bien. El club llevaba mucho tiempo sin meterse en unos cuartos de final de una competición internacional y aunque sea la Conference a todos nos hace ilusión. A mí estas competiciones me motivan, como el año pasado en el Sevilla". Ese será el próximo paso. Es consciente de la rivalidad que hay con los clubes turcos y el día antes de que se enfrenten al Fenerbahce en el Karaiskakis, también se enfrentarán en la Euroliga de baloncesto en el pabellón de la dos mentiras: el de la Paz y la Amistad. Justo enfrente del estadio de fútbol.

El 1-6 del jueves iguala la mejor remontada fuera de casa en las competiciones europeas. En 2009, en la Europa League, el Dinamo de Bucarest había remontado en los penaltis un 0-3 ante el Slovan Liberec. A su vez, esta goleada, también iguala el mejor resultado de Olympiacos en su experiencia continental. La diferencia es que el primero, en la Europa League 2010-11, contra el Besa Kavaje albanés, se había producido en casa y ahora ha sido fuera. Entonces el partido foráneo había terminado 0-5. La algarabía montada con el resultado del jueves viene producida porque el club griego solo se había clasificado en dos ocasiones para los cuartos de final de las competiciones europeas.

La primera vez había sido en el curso 92-93, en la Recopa, y había sido eliminado por el Atlético de Madrid. En la 98-99, en la Champions, había caído contra la Juventus. El ahora club de Mendilibar presume de ser el equipo heleno de mayor tradición europea. Ha disputado en 68 oportunidades sus distintas competiciones: 35 de ellas en la Liga de Campeones; 27 en la Europa League; nueve en la Recopa y ahora se ha estrenado en la Conference League. También fue el primero en disputar un torneo internacional oficial: contra el Milan en la Copa de Europa 1959 y el primero en superar una ronda clasificatoria: en la Recopa 63-64 ante el Zaglebie Sosnowiec polaco.

Después de conocer todo ello, Mendilibar se va a dar sus primeros paseos por el centro de Atenas. Hasta ahora su recorrido siempre había sido el mismo: del apartamento a la ciudad deportiva y viceversa. Se lo ha ganado a pulso.