FEDERACIÓN

Dura respuesta a la nueva purga de Rocha: del "maleducado sin escrúpulos" al "cobarde e injustificable burofax"

Alfredo Olivares, Luque, Gómez-Reino, Rubén Rivera y otros cargos salientes se despiden de la RFEF con llamadas y cartas.

Pedro Rocha, presidente de la RFEF. /GETTY
Pedro Rocha, presidente de la RFEF. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

"Pedro Rocha es, ante todo, un buen hombre". Esa es la frase más repetida acerca del nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) cuando se pregunta por el perfil del dirigente extremeño. Como casi nunca se pronuncia o aparece en actos públicos, es la única manera de ir conociéndole. Sin embargo, en las últimas horas hay un enfado más que notable con él, en su propia casa, debido a los recientes acontecimientos que se han producido. La reciente limpia que ha realizado en los despachos de la Ciudad del Fútbol tiene buena parte de la culpa. Su buena reputación se ha visto salpicada hasta el hecho de que su supuesta bondad permanece ahora mismo en suspenso, ya que para una mayoría "le han perdido las formas". Achacan esta frase a que activó la guillotina coincidiendo con su viaje al Congreso de la FIFA en Bangkok (Tailandia) "para no afrontar los hechos y dar la cara".

El mandamás de la RFEF ejecutó la semana pasada un plan que llevaba rumiando desde hace varios meses y que en estos días sigue desarrollándose sin freno: una vez que ha entrado en el despacho presidencial para sustituir a Luis Rubiales para finalizar el mandato 2020-2024 y postularse, Gobierno mediante, para las próximas elecciones de septiembre, ha tomado decisiones como si no hubiera mañana. "Y, por mucho que le diga Uribes y mucha Comisión de Supervisión, Normalización y Representación que haya aunque nadie la vea, no hay problema en que lo haga porque es un presidente electo a todos los efectos. Lo malo es hacerlo así, con tan mala educación, cobardía y sin escrúpulos", señala uno de los afectados en conversación telefónica.

Tal y como fue desvelando Relevo, Rocha despidió de manera fulminante, entre otros, a todos los líderes de área que estaban siendo investigados por los tribunales. Ya fuera en la Audiencia Nacional (Albert Luque, director de la Selección, y Rubén Rivera, responsable de Marketing), con peticiones de cárcel incluidas debido a las supuestas coacciones a Jenni Hermoso, o por el juzgado de instrucción número 4 de Majadahonda a raíz del Caso Brodie (José Javier Jiménez, Jota, director de RRHH, y Pedro González Segura, servicios jurídicos). Y los que quedan... Esta semana se anuncia una nueva marejadilla en el departamento de Internacional y para algunos fieles que estaban estrechamente ligados a la presidencia o a algún colaborador que dejó de serlo.

Las despedidas de los purgados están siendo en algunos casos contundentes por estas formas de solucionar la crisis. Rubén Rivera, por ejemplo, envió una carta hace días a la que ha tenido acceso este medio titulada Un sueño cumplido, una historia de amor y un hasta pronto. Y algún pasaje del extenso texto no es tan cariñoso como parece anunciarse en el título: "Hace unos minutos (aunque desde ayer ya pude leer la noticia en multitud de medios de comunicación) he recibido en mi domicilio un cobarde e injustificable burofax comunicándome mi despido". Y por si alguno de sus destinatarios tenía dudas sobre su integridad, aclara lo siguiente tras recibir la carta de despido con la máxima frialdad, como también le sucedió a Albert Luque en su cara a cara con el cartero el pasado miércoles: "Siempre he actuado con absoluta profesionalidad, rigor y valores. Toda mi vida lo he demostrado y lo podré seguir demostrando", recuerda Rivera.

«Buenos días, estás despedido»

El caso de Antonio Gómez-Reino fue algo más cruel aún según algunos testigos presenciales. El lunes de la semana pasada la RFEF le envió un burofax a su casa pero, como cambió de domicilio hace tres años, no le llegó. Por eso acudió el jueves por la mañana a su puesto de trabajo y un empleado se acercó a su despacho para darle la carta de la discordia en la mano. Aunque se lo olía, porque el staff que rodea a Rocha llevaba varias semanas sin dirigirle la palabra, le dolió. Así que lo que hizo a continuación fue ir llamando uno a uno a los presidentes de las Territoriales para comunicarles lo que había sucedido. Alguno le intentó consolar, recordándole -para destensar- que al menos quedará en el recuerdo que llegó a entregarle la copa de la Liga al Real Madrid en 2020 en Valdebebas, en pleno COVID y ante la ausencia de Rubiales por estar inmerso en pleno proceso electoral para su reelección.

Otros, ya pasada la conversación, se preguntan cómo él se va y Chema Timón, que también formó parte de ese gabinete de presidencia de Rubiales con más poder, continúa. Su caso, según ha podido saber Relevo, tiene otros matices. Timón puso su cargo a disposición de la presidencia cuando salió Rubiales y Rocha (extremeño como él) lo reubicó en el equipo de trabajo que está preparando el Big Book del Mundial 2030 para presentárselo a FIFA antes del 31 de julio. Y de momento ahí continúan juntos Fernando Sanz, María Tato y compañía con esas gestiones sobre las sedes, los estadios, los campos de entrenamiento y los hoteles de concentración sin que nadie le haya dicho que está en el alambre.

Alfredo Olivares, que hizo las funciones de secretario general dentro de un triunvirato con Elvira Andrés y Emilio Herrero tras la salida de Andreu Camps, fue más conciliador en su adiós de la Federación. A fin de cuentas él llegó un acuerdo con la dirección tras haber pedido ya en la época del anterior presidente salir de la Federación (le frenaron dejándole sólo en Competiciones y quitándole la carga de RRHH) y conseguirlo ahora después de haber echado una mano en estos nueve meses de entreguerras por expresa petición de la dirección.

Aun así, en su misiva habla a las claras a los trabajadores del infierno que se ha debido vivir ahí dentro desde que Rubiales hizo lo que hizo y salió rumbo a Punta Cana: "(...) Podría haber terminado antes, pero en septiembre me pidieron que siguiera y entendí que era el momento de continuar ante esa complicada etapa de interinidad que se iniciaba. Lo extenso de este periodo de interinidad y los últimos acontecimientos que se han producido me han desgastado mucho y necesito dar un paso atrás y pensar en mi futuro. Casi 20 años en cargos de responsabilidad en federaciones deportivas son un honor y una experiencia increíble, pero deterioran y erosionan la esencia y el sentido que tiene desempeñar el que considero el trabajo más bonito del mundo. Llegar a la RFEF ha sido cumplir un sueño que tenía desde niño y un privilegio inmenso que he sentido todos los días al llegar a Las Rozas".

Mucho malestar

Las formas con las que han sido despedidos estos profesionales, más que los motivos, han dolido dentro de la RFEF y han puesto de uñas al Comité de Empresa. Entre otras cosas porque, entienden, las decisiones se podrían haber adoptado de otra manera a través del presidente o incluso del nuevo secretario general, Álvaro de Miguel. Más allá de estos casos de personajes más conocidos para la opinión pública en los últimos meses, hay otros como el de Javier Vich y demás 'curritos', como Ana "la penalista" y Carlos "el informático", a los que se les ha echado con una llamada de lo más fría tras años y años empujando o con la entrega de un simple folio.

A Vich, director de competición de la Primera Federación en cuya Comisión Rafael Louzán (hombre fuerte de Rocha) sustituirá a Joan Soteras, le ha podido penalizar sus vínculos y buena relación con el presidente de la federación de la Comunidad Valenciana Salvador Gomar. A fin de cuentas, éste sonó y sigue sonando como futuro candidato a la presidencia de la RFEF. Según varios de los compañeros de Vich, no sabe aún los motivos ni quién tomó la decisión de su despido. Él, como el resto, se personará próximamente en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) para establecer, entre otras cuestiones, las condiciones del finiquito.

Por todo esto, los barones que no están junto a Rocha (los nueves firmantes de la carta enviada al CSD para ponerse en sus manos) quieren añadir esta forma de operar que traerá consecuencias en su larga lista de quejas, preguntas, ruegos y peticiones para la Comisión de Presidentes que le van a exigir esta semana. De momento, y pese a que Rocha va a hacer casi un mes como presidente, no han recibido aún ni una sola convocatoria más allá de las rutinarias de otros órganos menores. Y ojo, que al presidente de la RFEF podrían crecerle pronto los enanos. Aunque pocos ya creen al Gobierno en esta materia, desde sus entrañas se desliza que esta semana sí que sí la Comisión Directiva del CSD va a abordar su posible suspensión...