El año más duro de Gila: "Pedí ayuda psicológica, sentirte realizado es más importante que el dinero"
El canterano del Real Madrid, ahora en la Lazio, habla con Relevo en la concentración de España en el Europeo Sub-21.
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Bucarest (Rumanía). Mario Gila (22 años) fue una de las sorpresas en la lista de Santi Denia. No por su nivel, que lo ha demostrado durante muchos años en la cantera del Real Madrid, sino por el poco protagonismo que ha tenido en su primera temporada en la Lazio, equipo por el que fichó el verano pasado.
Su primer curso en Italia ha sido complicado (765 minutos), aunque no se arrepiente del paso que ha dado y confía en revertir la situación. La vida siempre le fue de cara en Valdebebas y salir de esa burbuja le ha hecho crecer como jugador y, sobre todo, como persona. En esta charla con Relevo, el defensa se abre a hablar de un tema que sigue siendo tabú para algunos futbolistas a pesar de que está muy normalizado en otros deportes: recurrir a la ayuda psicológica. "Los jugadores tenemos derecho a sentirnos mal", confiesa. Antes, repasamos con él el papel de España en este Europeo sub-21, en el que han conseguido el billete a cuartos tras ganar a Rumanía y Croacia.
¿Se ha pasado el susto ya de los últimos minutos ante Croacia?
Estoy contento por poder ayudar al equipo en los últimos cinco minutos. Salir al final es algo que no es fácil, es un trabajo que llevo haciendo bastante tiempo porque en la Lazio, esta temporada, no he tenido un papel muy importante en el sentido de tener muchos minutos. Debía estar preparado para lo que me necesitasen, es un trabajo que debes hacer mentalmente. No debes estar preparado sólo los diez minutos previos, en el calentamiento, es una preparación que debes hacer durante todo el partido.
Para esa mentalidad quizá ayuda el enterarse del once poco antes del partido, porque Santi probó contigo de titular antes del debut. ¿Esperabas jugar en el estreno frente a Rumanía?
Sí, me esperaba ser titular. Pero son decisiones que toma el entrenador, que no puedes intervenir en ellas como jugador de fútbol. Tienes que adaptarte al rol que tengas, seguir adelante y ayudar al equipo. Es lo más importante.
¿Es bueno ese método para que todos estén enchufados?
Sí, así es. Igual que te pasa de manera negativa, que piensas que vas a salir y no sales, también te sirve de forma positiva cuando piensas que no vas a jugar y al final juegas. Pienso que debes estar preparado para las dos situaciones, es lo más importante y lo que define a los jugadores.
¿Por qué dais un paso atrás en la segunda parte ante Croacia? ¿Fue fallo vuestro o empuje del rival?
Fue más un fallo nuestro. No sé si fue relajación, pero dimos un paso atrás que nos impidió mantener el ritmo de la primera parte. En la segunda mitad tuvimos algunas complicaciones, sentimos la presión del rival. Somos España, nos sentimos más cómodos con el balón y lo perdimos un poco. Perdimos esa tranquilidad de que el partido fuera nuestro, dimos un pasito atrás que por suerte no influyó en el resultado y que nos sirve para afrontar el próximo.
Este martes jugáis contra Ucrania, un país que está en guerra. ¿Imaginas cómo debe ser eso?
No lo había pensado y la verdad que debe ser muy difícil. Somos chavales jóvenes, que con las redes sociales estás un poco pensando en otras cosas. Eso es muy distinto a un jugador de fútbol que tenga que venir aquí a la concentración con su familia luchando en una guerra. Eso también les da una motivación extra a ellos, porque luchar por tu familia, por tu país cuando está en una guerra debe ser un incentivo muy grande.
Dejemos a un lado la Selección, que ya la hemos analizado, y pasemos a lo personal. ¿Esperabas jugar tan poco en la Lazio?
Sabía que iba a ser difícil, ese fue uno de los motivos por el que me fui a la Lazio. Irme a otro país, donde defensivamente es muy distinto a España, donde iba a crecer mucho… Me esperaba una temporada dura pero en la que creía que iba a jugar un poquito más. La situación se ha dado así y con ayuda externa he sobrellevado bien la situación. Es complicado porque llevas un recorrido donde juegas siempre, llegas a un equipo fuera de tu ciudad y sabes que cuesta adaptarte pero piensas en tener más minutos. Es algo que he metido en mi cabeza, es mi primer año y tengo otra temporada por delante. No tengo que pensar en el curso anterior, porque he aprendido muchísimas cosas y estoy súper contento en lo personal, de lo que he crecido. No tengo por qué lamentarme por no haber jugado, son cosas que suceden y lo importante es afrontarlas bien.
¿Cómo es ese trabajo externo al que te refieres? Parece que había un tabú en los futbolistas al hablar del plano psicológico…
Tuve una muy mala época a principios de año, porque venía de jugar siempre y de que todo me fuese de cara. Llegar allí, a otro país… Fue difícil el hecho de no tener los minutos o la posición en el equipo que esperaba. Decidí pedir ayuda psicológica, contacté con un chico a través de un conocido. Para los atletas, sea en lo bueno o en lo malo, es importante tener a alguien que te ayude. Te hace tener los pies en la tierra y manejar situaciones desde otro punto de vista. Son situaciones muy difíciles, somos chicos de 21 o 22 años que la cabeza no es todo lo madura que debería para las situaciones que vivimos y pedir ayuda psicológica y tenerla pienso que es muy necesario.
Además, parece que por tener mucho dinero un jugador de fútbol no puede quejarse… ¿Cómo se gestionan esas dos realidades?
Es un poco ambas cosas. Debes saber que eres un afortunado pero dentro de la persona afortunada que eres, vives una realidad muy diferente a las demás. No te puedes comparar con una persona que vive en una realidad diferente, no puedes compararte con un trabajador normal. Él tendrá sus cosas, positivas y negativas, y nosotros las nuestras, positivas y negativas. Pero que tú tengas más o menos ceros en la cuenta corriente no tiene nada que ver con sentirte feliz o con sentirte bien contigo mismo profesionalmente. La felicidad no va relacionada con el dinero, sí que ayuda pero no es algo que vaya relacionado. Sentirte bien profesionalmente y sentirte realizado es mucho más importante.
¿Sentirte con derecho a estar mal es uno de los trabajos que haces con el psicólogo?
Es una situación que cuando eres joven es difícil de llevar. A mí me pasó, no me dejaba sentirme mal. Tienes derecho a sentirte mal, tienes derecho a estar triste y a sentirte con rabia. El afrontarlo de una manera positiva, el coger lo negativo y lo positivo y llevarlo a un punto intermedio donde para ti sea de ayuda es lo más importante. Es difícil cuando eres joven querer siempre estar bien, no demostrar estar mal y tener una coraza. Siempre quieres mostrar felicidad y bienestar, pero todas las personas, tú o yo, no estamos bien todos los días. Está bien mostrar tus sentimientos, aceptarlos, sentirte mal y pedir ayuda.
Cuando te metes en la competición, ¿cómo es el trabajo psicológico?
Puedo hablar de mi ejemplo. Hablo con mi psicólogo semana a semana, ya sea para lo bueno o para lo malo. Para lo negativo o para lo positivo es una persona que te hace estar con los pies en la tierra, te ayuda sea lo que sea. Antes de los partidos tengo una pequeña charla con él, para estar mentalmente preparado lo mejor posible para el encuentro, sea como titular o como suplente.
Salgamos del tema psicológico y vayamos a lo deportivo. ¿Qué diferencias hay entre lo que se le pide a un defensa en España y en Italia?
La línea defensiva se trabaja muchísimo en Italia. Los clubes son más tácticos. Es un estilo que me gusta, en el sentido de que soy español y tengo una fase de querer tener el balón, pero si a eso le sumas lo que te da el plano táctico italiano es un punto a favor muy bueno. Se trabaja mucho la línea, las ayudas… Es muy positivo lo que he aprendido.
Para terminar, hay otro tema que me inquieta: los insultos en redes sociales y en los estadios. Parece que todo vale. ¿Cómo ves tú esto?
Desde mi punto de vista diría que son situaciones que comprendo, porque estamos expuestos a las redes sociales, a que nos critiquen. Es comprensible que no te guste, pero tienes que aceptarlo. Por ejemplo, a mí no me gusta leer comentarios en Twitter: pues no leo Twitter. No me gustan los comentarios en Instagram, así que no los leo. Algo que sé que me va a hacer daño, no lo leo. Sé que está y que existe, no va a dejar de existir, pero es la realidad con la que convivimos. Estamos expuestos a críticas, igual que a que nos digan que somos los mejores del mundo... Ojalá acabaran los insultos, pero no lo creo. Tampoco creo que lo mejor es que te digan que eres el mejor del mundo. Por eso en este caso lo mejor es evitar las redes sociales. Si no quieres cabrearte, no es necesario. Es algo que va a existir siempre porque estamos expuestos a muchísima gente y opiniones. No podemos hacer nada, no puedes pedir a millones de personas que no te critiquen. ¿Qué vas a hacer? Son cosas que suceden y lo más importante es sobrellevarlo. El bienestar tuyo es más importante que leer cuatro chorradas que si eres realista son cosas que no te definen como persona.