REAL MADRID

Eden Hazard confiesa su dilema con el Real Madrid: "Es un club un poco fanfarrón y yo no soy así"

El belga repasa su pasado en una entrevista en L`Equipe.

Eden Hazard, durante un partido con el Real Madrid./Reuters
Eden Hazard, durante un partido con el Real Madrid. Reuters
Isabel Pacheco

Isabel Pacheco

Eden Hazard es feliz alejado de los focos. Afincado en Madrid desde que en octubre de 2023 anunciara su retirada, el exjugador del Real Madrid pasa el tiempo entre pachangas de fútbol 7 y partidas de golf. Muy encima de la carrera de sus hijos, el mediano compite en la cantera del Real Madrid y el mayor, en los infantiles del Rayo Majadahonda, el belga ha repasado su carrera en una entrevista en L'Equipe. 

"El fútbol no era un trabajo. Era un juego y traté de llevarlo hasta el final. Cuando ya no lo era, paré. Sabía que era mi trabajo, me ganaba la vida con ello. Pero quería alejarme. Es mi juguete favorito. Y es por eso que hice esta carrera", señala.

El pasado 3 de junio, el Real Madrid anunciaba la salida de Eden Hazard. En un comunicado, la entidad informaba del adiós del belga un año antes de lo que marcaba su contrato y después de pagar 100 millones de euros al Chelsea en 2019. "¿Te convenía el Real Madrid?", le pregunta el periodista Thomas Simon de L´Equipe. "Ahora es fácil decirlo. Desde pequeño fui seguidor de Zidane. El Bernabéu, la camiseta blanca... tiene un encanto que los demás no tienen. El Madrid es especial. Más allá de eso, creo que no encajo. No es como yo. Es un club un poco 'fanfarrón' y yo no soy así. Incluso la forma en la que jugábamos no me gustaba si la comparas con la de otros clubes. Pero era mi sueño. No podía terminar mi carrera sin venir aquí".

Pero una grave lesión en su tobillo durante un partido de Champions ante el PSG hizo que Hazard nunca volviera a ser ese jugador que enamoró a todos con la camiseta del Chelsea. "Me habría gustado hacer las cosas a mi manera y triunfar. Esto demuestra que el Madrid es más grande que cualquier otra cosa. Es complicado jugar allí. Quizá necesitaba entrenar más. También tuve las peores lesiones en los peores momentos. La operación, la placa... Vuelvo, me duele, fuerzo. En la segunda temporada llega Ancelotti. Tuve buena preparación, juego bien, pero mi cuerpo, el dolor, las lesiones...".

Hazard el día de su grave lesión ante el PSG.  Reuters
Hazard el día de su grave lesión ante el PSG. Reuters

"Una mañana, cuando me desperté, tenía un bulto como esto (señala una pequeña taza) en el tobillo. Infección. Me van a operar otra vez, que es lo que quería y pedí. Me quedaban dos años más de contrato y me dije: "Adelante, intenta moverte". Pero perdí mi lugar, mi confianza y luego mis ganas. Pasé de ser duro frente a tipos que me estaban arrancando la rodilla, a levantarme con dolor de la cama... Me hubiera gustado entender por qué y no pude".

"¿Sufriste?", le repregunta el periodista. "No. Tengo suerte de haber estado en esta industria y haber ganado mucho dinero. La gente lucha todos los días, no tengo derecho a quejarme, ni siquiera cuando no estoy jugando, ni siquiera estando lesionado diciendo que la vida apesta. Imposible. Me dolía, pero por otro lado... Al final lo utilicé como excusa: 'Me duele, realmente no puedo hacerlo'. No estaba deprimido, pero ya no tenía ganas. Simplemente no tenía ni la energía ni la fuerza (…) No tenía ningún sentido, se había acabado".

«Si hubiera sido como Cristiano me habría quemado»

Llegar pesado de peso fue otra de las críticas que recibió nada más aterrizar en el Real Madrid. "Con el Chelsea acababa de terminar una de las mejores temporadas de mi carrera. Me dije: 'Ahora que estoy en el Real, estas son quizás las últimas vacaciones en las que podré...'. Y me dejé llevar como me dejo cada verano. Siete años en Inglaterra, sin descanso en Navidad, dándolo todo, para que cuando tenga tres o cuatro semanas de vacaciones "no me molestes": barbacoas, vino rosado... todo eso. Y es lo que me permitió reiniciar y empezar de nuevo. Después en el Madrid la cosa salió mal y ya está".

Pese a que el tema del peso es algo que le ha perseguido durante parte de su carrea, Hazard nunca ha llegado a pensar que esos excesos hayan podido pasarle factura. "Mi cuerpo me está haciendo pagar por todos estos años en los que comencé temprano, sin casi parar. No porque haya comido esto o aquello. Me digo a mí mismo, no puedo probarlo. Los que saben todo dirán: 'es porque no estaba prestando atención'. Acepto, cada uno tiene su propia opinión. En el Madrid tuve una serie de lesiones. A veces ni siquiera sabía cómo o por qué. Te despiertas, te levantas de la cama, te lastimas. Mi cuerpo necesitaba descansar, pero no puede. El cuerpo habla y el mío me habló bien. En los últimos años me ha dicho de todo: 'Oye, sabes qué, adelante, déjate de tonterías, ten cuidado, cuídate'.

Sobre si le habría gustado tener una mentalidad como la de Cristiano Ronaldo, Eden respondió con sinceridad. "No. No habría sido yo. Después de un entreno sumergirse durante una hora en el baño frío, no. Déjame en paz, con mis amigos, vamos a casa, jugamos a las cartas, tomamos una cerveza. Juego durante dos horas con mis hijos en el jardín. Fue mi recuperación. Si hubiera sido como Cristiano, me habría quemado".

"Algunas mañanas llegué sin dormir bien, sin ganas y cuando es así, lo demuestro"

Eden Hazard

"Dicen que era una persona vaga. Pero no pasé dieciséis años sin entrenar. Los jueguitos, los carrerillas, yo estuve ahí. Es verdad que algunas mañanas llegué sin dormir bien, sin ganas y, cuando es así, lo demuestro. "No me des la pelota. ¡No me moveré en un metro cuadrado!".

Orgulloso de la carrera que ha tenido, a Hazard le habría gustado despedirse de otra modo de los aficionados madridistas en el último partido de liga ante el Athletic de la pasada temporada. En el duelo, que terminó con empate a uno, el belga fue suplente y no disputó ningún minuto. "Me pone triste que haya terminado así. La historia perfecta habría sido hat-trick y ciao. En Lille terminó bien, en Chelsea aún mejor. Sabía que todo había terminado y ni siquiera quería entrar. Quizás la gente ya me iba a silbar. "Ouh, ouh". ¿Sabes qué? Déjame en el banquillo, lo disfrutaré".