El entrenador despedido por mantener una relación con una jugadora se confiesa: "Llegábamos en la oscuridad, nos íbamos en la oscuridad..."
Willie Kirk, el extécnico del Leicester, concede una entrevista al Daily Mail.

"... respetando las obligaciones del club con respecto a la privacidad individual, se determinó que Willie había violado el código de conducta del equipo hasta un punto que hace que su posición sea insostenible", rezaba el comunicado del Leicester City, el pasado 28 de marzo. El anuncio sacudía los cimientos del fútbol femenino inglés y, por ende, del mundial. Su entrenador, Willie Kirk, era despedido tras desvelarse que mantenía una relación amorosa con una de sus jugadoras.
Unas semanas antes de la decisión final, The Guardian había descubierto el pastel: el técnico del Leicester estaba bajo investigación por una supuesta relación sentimental con una futbolista y no dirigiría al equipo en los próximos partidos. Jennifer Foster se sentaría en el banquillo en su lugar. La noticia originó un debate con opiniones cruzadas alrededor de las relaciones sentimentales en el fútbol femenino, ya fuese entre el entrenador y sus jugadoras o entre las propias futbolistas de un mismo vestuario.
Ahora, el suceso vuelve a estar de actualidad tras la entrevista que Willie Kirk -uno de los técnicos más brillantes del fútbol inglés- ha concedido al Daily Mail. En la misma, el exentrenador del Leicester detalla -de forma minuciosa- los hechos. Desde su casa en Nottinghamshire, Willie habla por primera vez de su relación con una futbolista del Leicester, de la que también ofrece detalles. Unas señas de identidad que facilitarían su identificación y que la dejarían al descubierto.
El preparador inglés asume su culpa. Sin embargo, en más de una ocasión, su relato de los hechos señala a la futbolista como la principal responsable del origen de la relación. Además, asegura que su futuro seguirá ligado al fútbol femenino hasta que el mismo le cierre sus puertas "Simplemente, siento que necesito intentar permanecer en el fútbol femenino porque he puesto mucho empeño en ello. No quiero alejarme de eso [...] Espero que alguien esté dispuesto a ver lo bueno que hay en mí".
«Sabíamos que la relación no era ética...»
"Necesito desahogarme. En primer lugar, mi esposa y yo llevamos separados más de uno año. La gente dice: 'Es un mal entrenador, es un mal marido, es un mal ser humano'", comienza.
Tras las primeras confesiones, Willie, que llevaba 14 años en el fútbol femenino, recuerda el origen de la relación. "Una de las jugadoras se puso en contacto conmigo fuera del trabajo para expresarme lo que sentía por mí. Le dije que eso era 'ridículo' y lo cerré", relata. A pesar de las negativas de Willie -según su versión-, el exentrenador del Leicester City vio una oportunidad cuando la futbolista se lesionó: "Creo que eso es lo que nos justifica". "Obviamente, estaba tratando de justificarme a mí mismo, pero nunca lo solucioné", sigue.
La relación fue a más y los encuentros se sucedían en el tiempo: "Sabíamos que la relación no era ética. Llegábamos en la oscuridad, nos íbamos en la oscuridad, claramente, porque sabíamos que estaba mal". El pasado febrero, aprovechando el parón internacional, ambos se fueron a Milán. "Ella me dijo que por qué no nos íbamos juntos y le dije que eso era ir demasiado lejos. Pero, finalmente, acordamos tomar unos días. Nos convencimos mutuamente de que podíamos hacerlo. Volamos en días diferentes y pasamos dos noches en Italia y luego tomamos vuelos de regreso separados".
«¿Tienes una relación con una jugadora? Lo sabemos todo»
Fue ese viaje el que les condenó y dio la voz de alarma. Un trabajador de otro club de la WSL -la máxima división femenina del fútbol inglés- les descubrió y lo denunció al Leicester. "Me llevaron a una reunión diciendo que habían presentado una denuncia contra mí y que el abogado del club se pondrían en contacto conmigo y los externos organizarían una investigación. Pasaron 10 días...". El Leicester se estaba preparando para el partido ante el Liverpool de la FA Cup y 15 minutos antes del último entrenamiento, la máxima responsable de la sección femenina del club le llevó a la oficina, donde se encontraba el abogado interno. "Dijeron que necesitaban que fuese honesto con ellos. '¿Tienes una relación con una jugadora? Lo sabemos todo, sabemos que has estado en Italia, sabemos que empezó justo antes de Navidad'", recuerda. Kirk admitió la relación y acabó siendo despedido: "Al admitirlo, me trataron y me sentí como un criminal".
"Es culpa mía, es mi culpa, nunca debí haber hecho nada. Hay un código de conducta, yo participé en su implementación. Ciertamente, estuve involucrado en vivirlo día a día y tratar de impulsar nuestros estándares, por lo que es absolutamente ridículo que sea yo quien ha roto eso", continúa. "Ha sido frustrante. Equivocadamente, creo que gran parte de esa frustración se ha convertido en odio. Me odié a mí mismo. Odiaba el club. He tenido momentos en los que he resentido la relación a pesar de que la relación todavía continúa [...] Este no fue un entrenador ejerciendo su poder que dijo: 'Métete en la cama conmigo y te pondré en el once'", acaba.