La estrategia a la desesperada de Rocha contra su inhabilitación: perder tiempo hasta el 15 de julio y que caduque su expediente
El proceso contra él dura tres meses, pidió ampliar su plazo para defenderse, se lo negaron y ahora intenta recusar al TAD.
![Pedro Rocha, cuando acudió al Juzgado número 4 de Majadahonda a declarar./LaLiga](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/04/media/cortadas/PedroRochaGuardias-R61ALQCWOwncm8UyGx8lYBN-1200x648@Relevo.jpg)
El equipo que rodea a Pedro Rocha está utilizando todas las armas que le ofrecen los procedimientos administrativos para luchar contra la inhabilitación que ha propuesto contra él la instructora del máximo tribunal del deporte en España. Tras la propuesta de la instructora, que conlleva esta inhabilitación, el todavía presidente de la RFEF contaba con diez días hábiles para contestar, pero pidió que le ampliasen ese plazo. No le ha funcionado.
Ahora el siguiente capítulo es pedir la recusación del propio TAD, en principio por su supuesta amistad con miembros del Consejo Superior de Deportes (Fernando Molinero, su director general), o con el antiguo cerebro del Rubialismo, Tomás González Cueto. Es una maniobra extraña, porque ninguno de los dos es el denunciante (Miguel Galán), y tampoco hay muchos precedentes de que algo así vaya a salir adelante: es el propio TAD el que decidirá, sobre la marcha, si se recusan, o no.
En cuanto a Cueto, la realidad es que él mismo estuvo intentando evitar la inhabilitación que ahora se discute, con el propio Fernando Molinero, tal y como evidenciaron las escuchas de la Operación Brodie. Es decir: recusar al TAD porque son presuntamente amigos de una persona que pedía lo mismo que piden los que recusan, que no inhabiliten a Rocha. Muy loco todo.
¿Pero por qué hacen esto? Pues es un problema de tiempos. Los procesos administrativos caducan a los tres meses desde que se inician. El de la inhabilitación de Rocha, concretamente, tienen que concluir antes del 15 de julio (ya finalizada la Eurocopa) o si no tendría que volver a empezar, con nuevas oportunidades de conseguir que no salga adelante.
Así que, a partir de ahora, no será raro que no consigan notificar a Pedro Rocha nada, que los plazos se estiren al máximo, que se discuta y recurra todo... con el fin de que caduque el procedimiento. De hecho, en la propia RFEF ha habido algunas tensiones porque su directora de gabinete, Elvira Andrés, acusó recibo de la propuesta de la instructora del expediente del TAD, poniendo así "en marcha el contador", en vez de haber dilatado estos plazos y ganado tiempo.
Sin embargo, el propio TAD podría, si así lo considera necesario, ampliar el plazo, aunque parece tenerlo claro del todo. En cuanto a la recusación, la secuencia de los actos ha sido un "clásico" de este tipo de procedimientos: un medio de comunicación publica un artículo, sin firmar, detallando la composición del TAD y sus presuntas ramificaciones para, sin solución de continuidad, que la RFEF lo aproveche y recuse a sus miembros, teóricamente habiéndose dado cuenta gracias a ese artículo de dichas conexiones.
Estamos, por lo tanto, a 11 días (máximo) de conocer el final de este asunto. Mientras la maquinaria de la RFEF (por primera vez mano a mano con LaLiga) intentan revertir la inhabilitación y buscar, con mucho menos éxito que antes, el apoyo de UEFA y FIFA, el TAD mantiene los plazos y sigue adelante, por ahora, con el expediente muy grave de Pedro Rocha.
Las relaciones entre las dos máximas instituciones del fútbol español, LaLiga y la RFEF, se han normalizado y ahora por primera vez en muchos años funcionan bien y con un entendimiento total, como se reflejó en la última reunión entre las ligas y la Federación. La foto que lo inmortalizó, sin embargo, encuadra todavía a varios imputados por la operación Soule y a uno (el propio Rocha) investigado por Brodie. Es una situación anecdótica: investigado y acusación particular (RFEF y LaLiga) en la misma foto.