ELECCIONES RFEF

El plan que todos pensaron para atar la presidencia por si caía Rocha y nadie remató, y por el que puede haber lamentos

La opción de una alternativa, por si el TAD o la jueza le complicaba, fue meditada en la propia RFEF y no sólo desde la oposición. El miércoles quedó desactivada con varias reuniones en Madrid.

De izquierda a derecha, Pedro Rocha y Javier Tebas, en un acto de hace meses. /GETTY
De izquierda a derecha, Pedro Rocha y Javier Tebas, en un acto de hace meses. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Como suele pasar en el mercado de fichajes, la resaca tras el último día el para presentar candidaturas de cara a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol son tan interesantes como los que suceden tras el final de los traspasos. Siempre hay intrahistorias que en su momento no se podían desvelar y que luego, habiendo prescrito por los acontecimientos, es entretenido compartir. Y más ahora con la investigación en marcha a Pedro Rocha dentro del Caso Brodie. En torno a los aspirantes a sustituir a Luis Rubiales en Las Rozas hubo más que ajetreo de miércoles a jueves. Hasta el punto que, habiendo dado ya oficialmente el paso Pedro Rocha junto a dos personajes sin avales, se produjeron movimientos dentro de la institución y fuera que, pese a no materializarse, no dejan de ser importantes.

La estrategia surgida dentro de la propia Federación pasaba por dejar una buena remesa de avales de los 90 que el miércoles había recopilado Pedro Rocha con el objetivo de presentar a otro barón territorial a estas elecciones presidenciales. La ocurrencia tenía su sentido y hoy ha cobrado mucho más. Con Rocha amenazado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y el juzgado de instrucción número 4 de Majadahonda, más de uno creyó conveniente trazar este plan para asegurar que, en caso de que el extremeño sea sancionado, inhabilitado o apartado por la RFEF o FIFA, no hubiera que repetir todo el proceso electoral al no haber candidatos y, sobre todo, asegurar que el vencedor de los comicios siguiera siendo de la casa. Hay quien deslizó alguno de estos movimientos como una triquiñuela más y poco deportiva, pero a ojos de los expertos era una idea con bastante sentido como mecanismo de defensa para que otros outsiders (que diría Javier Tebas, presidente de LaLiga) lo pensaran, como realmente sucedió, y lo ejecutaran, como nadie pudo concretar.

La propuesta se llegó a debatir ese día en un encuentro celebrado en Madrid entre Pedro Rocha, Rafael Louzán (presidente de la federación de Galicia) y algunos otros compañeros de la Comisión de Presidentes. Varios de ellos (y él mismo) propuso incluso a Salvador Gomar (Valencia) como ese candidato en la sombra que, aun no peleando el triunfo final, quedaría en la retaguardia por si acaso. A fin de cuentas, y aunque había otras opciones como Manu Díaz (Guipúzcoa), José Juan Arencibia (Las Palmas), Javier Landeta (federación Vasca) o Marcelino Maté (Castilla y León), era el único que había mostrado su interés en concurrir a las elecciones, que tenía apoyos dentro de la institución, que se mantiene fuera de cualquier investigación pasada o presente y que, además, contaba con unos 14 o 16 avales fundamentales en su territorio que aún no habían sido entregados y que podrían ayudarle a presentar los 21 necesarios para postularse. Tal fue así, que estos avales de la Comunidad Valenciana llegaron a la capital de España rellenos casi al completo, como marca el protocolo, pero con un espacio en blanco donde se indicaba el candidato al que se apoyaba. Por si en vez del nombre de Rocha al final hubiera que poner otro en ese puñado de votos.

Sin embargo, Rocha y sus ayudantes de máxima confianza (entre los que también están Sergio Merchán, Monje Carrillo, Diego Martínez, Joan Soteras y compañía) agradecieron que todo el mundo haga propuestas por el bien de la Federación, pero desecharon de inmediato la oferta. Todos estaban seguros, como si manejaran información privilegiada, de que el TAD iba a desestimar todas las denuncias en marcha contra Rocha, ya fuera pidiendo su inhabilitación y la de la Comisión Gestora o la impugnación del proceso electoral. Con lo que no contaban es que entraría hoy al juzgado como testigo (obligado a decir la verdad y sin abogado) y que saldría imputado. Así, con este consenso, se llegó al final de la jornada mientras el Barça y el Atlético dominaban en la Champions. Es más, se llegó incluso a rematar finalmente a mano los avales valencianos (y alguno más) con el nombre de Pedro Rocha y certificando así el apoyo total y unánime de todas las territoriales alrededor de su compañero hasta disparar el número de avales a 107. Aunque alguno lo hiciera a regañadientes, otros avisaran de que serán inflexibles si no cumple de inmediato con lo prometido e incluso otros juraran no votarle si se abrían las urnas.

Tanta convicción como temor

La postura federativa, cargada de fe y seguridad, dejó en el aire una posibilidad para el jueves que a más de uno mantuvo nervioso hasta la medianoche. Sobre todo a esos que dicen que, sin tener ya cerca a Tomás González Cueto, "el TAD es impredecible". Esa misma idea que había brotado desde las mismas tripas de la RFEF también había sido sopesada por pre-candidatos externos que hacían de oposición. Y no sólo por Eva Parera, Gerardo González, Javier Lozano o Carlos Herrera, para el que llegaron a movilizarse incluso políticos y presidentes de Comunidades Autónomas. Hubo otros actores que aparecieron al principio de esta crisis desatada desde septiembre que pensaron por momentos "por qué no". Todos eran conocedores de que sus opciones en estas presidenciales eran mínimas, pero si lograban los avales, se mantenían en segundo plano y el TAD y la justicia cambiaba el tablero por completo… Ahora más de uno, ante la posibilidad de que Rocha sea fulminado, se está tirando de los pelos.

Javier González Calvo, ex del Córdoba que había presentado por la mañana una candidatura de futuro sin demasiado fuste ni refuerzo, hizo sus últimas llamadas tanteando a clubes por si había alguna opción de dar la sorpresa juntando los apoyos de los clubes profesionales (20) más alguno díscolo que andaba por ahí como el Talavera. Y Carlos Suárez, el que fuera dueño y presidente del Real Valladolid, también hizo sus movimientos. Primero para informarse de por qué los clubes que apoyaban a Herrera (Rayo, Getafe, Villarreal, Betis, Levante y Ponferradina) no estaban haciendo y, ya de paso, dejando caer si no tenía más sentido hacer ese movimiento de respaldo con alguien como él que conoce LaLiga y la Federación al detalle, pues ha tenido responsabilidades en ambas instituciones. Justo esta era la vía con la que alguno soñaba hasta el final con apoyo de LaLiga para relanzar a Mateu Alemany o David Aganzo, hasta que Javier Tebas dejó claro ayer que, por ahora, apoya a Rocha mientras no se salga del carril. Este viernes mismo ya podría cambiar su opinión.

Alguno le dio la razón a Suárez en esas conversaciones informales y otros miraron para otro lado, zanjando que las elecciones ya estaban decididas y que, una vez más, no habría necesidad de votar para proclamar a alguien por aclamación. Ahí, el madrileño volvió a su postura fría de hace meses. Colgó frustrado con la realidad de que cuesta demasiado cambiar las cosas y, como el resto, aplazó las pocas ganas que le quedan de replantearse las cosas para octubre. Igual que ahora podría agitarse de nuevo el avispero sin descartar una intervención gubernamental de la mano de FIFA, en otoño está garantizado novedades importantes. Más que nada si la Federación sigue dando muestras de inestabilidad, si los tribunales continúan abriendo investigaciones a diario y si, para colmo, la Selección no tiene una Eurocopa y unos Juegos esperados. Hay mucha gente que sigue atenta y esperando. Hoy ya han vuelto a saltar.