EUROCOPA | TURQUÍA 0 - PORTUGAL 3

El acoso de 'selfies' a Cristiano Ronaldo llega al césped y pone en jaque a la seguridad de la Eurocopa: "Es el precio a pagar por tenerle"

Hasta cinco aficionados saltaron al césped en los últimos 25 minutos de partido para fotografiarse. La seguridad fue endureciendo las medidas.

Cristiano, molesto, cuando uno de los cuatro espontáneos le agarran para hacerse una foto. /EFE
Cristiano, molesto, cuando uno de los cuatro espontáneos le agarran para hacerse una foto. EFE
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Lo que comenzó siendo una anécdota incluso para Cristiano Ronaldo acabó convirtiéndose en una broma pesada que pone en jaque la seguridad en los estadios en esta Eurocopa de Alemania. Hasta cinco espontáneos saltaron al césped del Signal Iduna Park en los últimos 25 minutos de partido, todos ellos aparecieron desde la grada, burlaron al personal del chaleco amarillo que intenta que nadie se cuele y llegaron hasta la posición del delantero portugués con el propósito de hacerse un selfie.

Cristiano Ronaldo, en el último de los casos y pese a que esta persona joven tenía en sus manos una bandera de Portugal, se lo quitó de encima en señal de descontento, mientras que un voluntario y un miembro de seguridad acudió a estar con él hasta que abandonara el césped. A esta persona la tiraron al suelo porque se resistió y logró abandonar finalmente el verde. No era el primer caso. Todo comenzó con un niño que apenas superaba los diez años y quien logró su propósito.

En el minuto 70, con 3-0 y el encuentro decidido, un menor saltó desde la línea del centro del campo y fue corriendo a por Cristiano. Móvil en mano, llegó a su altura y el delantero posó para hacerse una fotografía con él. Salieron los miembros de seguridad y lo acompañaron a la salida. Después, a los pocos minutos, saltó otro joven, este de más edad pero también menor, quien ya no encontró tanta simpatía por parte del delantero portugués, que estaba jugando el encuentro y en la búsqueda del gol.

A falta de cinco minutos, llegaron un tercero y un cuarto. En estos casos eran personas adultas, vestidas de negro, uno de ellos aprovechó el lanzamiento de un córner de Turquía para llegar hasta la posición de un Cristiano que defendía el primer palo. Pero la seguridad se lo impidió. Habían aumentado las medidas y la dureza. Ya no acompañaban a los espontáneos, intentaban frenarlos con algo más de violencia. El quinto caso ocurrió con el encuentro ya acabado, justo cuando se produjo el pitido final.

Bernado Silva y Roberto Martínez sobre los espontaneos. UEFA

Los jugadores se pronunciaron sobre el tema tras la conclusión. Uno de ellos, Bernardo Silva: "Es molesto detener el juego cada vez que hay una invasión del campo, pero es el precio que se paga por tener un jugador como él jugando para nosotros". También Roberto Martínez: "Fue inquietante. Porque hoy tuvimos suerte de que las intenciones de la afición fueran buenas. Se puede entender que fue un momento difícil: si esas intenciones son equivocadas, los jugadores están en riesgo. Tenemos que enviar un mensaje a los aficionados: este no es el camino correcto. No se obtiene nada de ello y esto es lo que hace que las medidas de seguridad sean más estrictas".

Hasta más de 80 guardias de seguridad no profesionales estuvieron sobre el césped en lugares estratégicos para evitar que volviese a ver alguien que saltara pese a que los jugadores ya no estaban en el césped. A buen seguro que este capítulo dará que hablar. Una moda que pone en jaque la seguridad... y que es peligrosa.