EUROCOPA | CROACIA

Por qué los aficionados de Croacia llevan un gorro de waterpolo

Los seguidores croatas llevan desde 2016 esta prenda por un incidente que tuvo Corluka en un partido de la Eurocopa.

Los aficionados de Croacia con un gorro de waterpolo./EFE
Los aficionados de Croacia con un gorro de waterpolo. EFE
Guillermo González
Jonás Pérez

Guillermo González y Jonás Pérez

Un verano más, aun lejos de las piscinas, aficionados de Croacia han vuelto a las gradas con un gorro de waterpolo. Una curiosa tradición que inunda los aledaños de los estadios y que de paso alimenta ese sentimiento patriota que siempre acompaña a Luka Modric y los suyos allá donde van. Son casi 50.000 los croatas desplazados a Berlín para disfrutar de sus jugadores y miles de ellos portarán esta prenda que invita a la suspicacia: ¿de dónde viene?

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En primer lugar, Croacia es una gran potencia de waterpolo, aunque este, claro, no es el motivo. Las Barracudas (así se conoce a la selección del deporte acuático) son los actuales campeones del mundo y también sumaron una medalla de plata en el último Europeo. Posiblemente, los máximos favoritos también para los Juegos Olímpicos. Por tanto, es natural que el gorro del equipo nacional sea un producto consumido en el país. Hay historia más allá.

Ya antes del suceso que se va a narrar a continuación, algunos seguidores portaban el gorro. Una parte de la simbología croata, de ese patriotismo y defensa de los éxitos nacionales que siempre, siempre les acompañan. En 2016, algo comenzó a cambiar. Vedran Corluka, ahora ya retirado, sí formaba parte para entonces de aquel equipo. Y un golpe en la cabeza otorgó a la grada una nueva forma de expresar su amor por el equipo.

El lateral sufrió un fuerte golpe en la cabeza en el primer partido de la Eurocopa de 2016. En el segundo partido, se le abrió la herida en mitad del combate y los médicos le vistieron con vendas y vendas. No había manera de cortar la hemorragia, imposible. Por más que le ponían, seguía brotando la sangre, esta era visible y ya saben que la norma marca que un jugador debe abandonar el campo hasta que esta deje de emanar. Un problema serio que encontró una curiosa solución al llegar al descanso.

La solución que se encontró para entonces fue colocarle un gorro de waterpolo en la cabeza, para así, evitar que brotara la sangre, cumpliendo sin problema el reglamento. Una de las imágenes del campeonato que se contagió a una grada que comenzó a vestir con la seña de identidad de Corluka con asiduidad. Y ya en Rusia directamente lo llevaban como un complemento más a su 'outfit', como un amuleto. El paso de los años ha convertido a unos pocos locos en un grupo masivo de aficionados.

Claro que aún falta una pregunta trascendental por responder: ¿cómo es que había un gorro de waterpolo en el vestuario croata? Lo normal hubiera sido cambiar a Corluka, momificarle, una cinta... Para que pudiera llevar un gorro de waterpolo primero tenía que haber un gorro de waterpolo. El que portó el lateral era propiedad de Paulo Obradovic, campeón olímpico en Londres 2012.

Este se lo regaló a Boris Nemec, médico de la selección, que lo llevaba consigo como una señal de afecto y como amuleto para ver si se contagiaba el espíritu de campeón del combinado de waterpolo en el equipo de fútbol. ¡Y acabó resultando icónico! Tanto que acompaña en cada partido a Croacia. En cada partido y en cada plaza. En cada estadio. En cada aledaño.

El desembarco de Croacia

Cerca de medio millón de croatas viven en Alemania y más de 50.000 se han desplazado hasta Berlín para ver el primer partido o, más bien, acompañar a los suyos, ya que la mayoría no tienen entrada. Relevo, allí presente, ha podido comprobar in situ cómo la tradición de los gorros de waterpolo no es una leyenda urbana y tres planos televisivos.

Y, sorprendentemente, no tienen del todo claro el motivo. Sí el impacto del deporte acuático, pero poco más. Entre cerveza y cerveza, este medio ha abordado a algunos de los que se atrevieron a llevarlo desde primera hora. "Croacia es uno de los tres mejores equipos del mundo en waterpolo. Es atractivo traerlo aquí", cuenta uno de ellos.

"Somos tres veces campeones del mundo, dos veces en Juegos Olímpicos...", marca otro. En realidad, está equivocado, solo han conquistado en una ocasión la medalla de oro, aunque también forma parte del patriotismo croata ese discurso de ser los mejores en todo, sin maldad alguna y pese a que no haya ocurrido.

"¿Quieres ponértelo?", sentencia otro seguidor. Rechazamos su propuesta, esas gradas deben estar repletas de esta seña de identidad que acompañará al fútbol durante el próximo mes. Todo empezó con una potencia, con una caída de Corluka y con el delirio de aquellos que viven el fútbol como lo que es, lo más importante de lo menos importante.