Detrás del desembarco masivo de croatas hay un último baile de Modric y el patriotismo: "Significa más que la política"
Decenas de miles de croatas se suman a los cerca de 500.000 que residen en el país.
Berlín.- "Juega mi Croacia. Cuando te veo, mi corazón se enciende". Este himno resonó en BundeStrasse, calle en la que se afincaron los primeros croatas que llegaron a Berlin para el primer partido de Croacia contra España en el Olímpico. Al principio eran una pequeña representación ajedrezada y, poco después, el centro de la ciudad se convirtió en un tablero de cuadrados rojos y blancos.
Todo se concentró en esta alargada calle hasta que la Fan Zone en Berlín (situada en la Puerta de Brandenburgo) abriera para afrontar la masiva presencia de aficionados, principalmente alemanes, que verían el partido inaugural entre Alemania y Escocia en Múnich. Alguna camiseta de la 'Die Mannschaft', otra de la escocesa… pero sobre todo croata y de Luka Modric.
Ni siquiera la lluvia, que llegó a intimidar a alguno que otro, impidió que se vieran las elásticas con el dorsal '10' como claro representante. "Modric es el ídolo nacional. Es una persona humilde, muy buena persona. Le adoramos", cuenta Anna, una joven croata de Rijeka que se emociona al hablar de su ídolo. Con un halo de tristeza, asiente ante la frase 'last dance'. "Va a ser difícil despedirle", reconoce.
El trayecto de Modric con Croacia empezó en 2006 y, desde entonces, ya acumula 175 partidos con la camiseta ajedrezada, el que más. Un dato que resume la trascendencia y la importancia del que, varios aficionados, catalogan como "leyenda". Y su adiós pesa pero deja un poso. "Nunca será su final porque su recuerdo durará para siempre para nosotros", matiza Nick, un aficionado croata afincado en Mánchester.
Otros veteranos como Ivan Perisic o experimentados como Mateo Kovacic se cuelan entre los favoritos. Sin duda, un tributo a los pocos que formaron parte de una etapa estelar. Y entre esas frases de adiós a Luka y a sus 'escuderos', sobresale la esperanza con la nueva hornada. "Modric es una leyenda para nosotros. Y lo será siempre. Pero también hay que pensar en los jóvenes como Gvardiol, que seguro liderará a la próxima generación", asegura Nick.
Alemania, la mejor ubicación para «ser local»
Bern Neuendorf, presidente de la Federación alemana de fútbol, aseguró en enero que habían recibido 2,3 millones de peticiones de entradas. Y en el ránking de países que más solicitaron, Croacia, Albania y Turquía lideraban la estadística. Muchos de ellos se quedarán sin entrada para el duelo contra España, no cabe duda. Al igual que no cabe duda de que muchos de ellos ya están en la capital y les importa muy poco si tienen entrada o no. Porque en el Olympiastadion, donde caben alrededor de 75.000, no entrarán todos. Tienen el resto de la ciudad para ellos.
Varios medios croatas estiman que más de 50.000 aficionados viajarán a Berlín. Pero no hay que caer en el error de que todos provienen de Croacia. Alemania, como nos cuentan varios aficionados, es un punto adecuado para aquellos que tuvieron que emigrar. La localización, como cuenta Anna, invita a una "invasión por todo el país" con tal de ver a su selección. Y tampoco hay que caer en el error de que todos vendrán. Según el último informe de Destatis, la Oficina Federal de Estadística alemana, alrededor de 450.000 croatas viven en el país teutón. Por lo tanto, aunque sea un España-Croacia en el Olímpico, está claro quién es el local.
Rumbo hacia el dorado
En los rostros y en las confesiones de los croatas, resalta el sentimiento de la esperanza. No importa que hayan quedado encuadradas con dos campeonas del mundo y de Europa. Desde que declararon su independencia en 1991, su fútbol ha crecido, ha perdurado y ha rozado la gloria. No se aprecia miedo ni desconfianza. Suelen garantizar su presencia en los grandes torneos. La Eurocopa del 2000 y el Mundial de 2010 son sus dos únicas ausencias desde que a Croacia la conocemos como tal.
Pero el éxito no sólo es subirse a la tarima y alzar el trofeo. "No todos los países ganan medallas. Nosotros tenemos dos de plata (Nations League 2023 y Mundial 2018) y dos de bronce con la Copa del Mundo de 1998 y de 2022. Solo estamos esperando. Y esperamos que llegue esta vez", destaca Nick. No es baladí que un país tan joven haya logrado tanto en tan poco. Y sus 'casis' no les desaniman. Les alientan.
El fútbol croata y su sentido de pertenencia
Algún aficionado español se dejaba ver entre croatas. Se apuntaban a la fiesta, bebían con ellos y se animaban con los cánticos del vecino. Pero seguían siendo eso, una mínima representación. "En España ya no veo esa conexión como en 2008 o en 2010. He viajado a Mundiales y a Eurocopas y cada vez veo menos gente que venga a ver a la Selección", dice Luis, un fan que muestra una clara sonrisa cuando ve el ambiente croata.
Una contraposición a lo que exponen los croatas en apariencia, mensajes y, sobre todo, sentimiento. "Sí, hay un sentimiento patriótico. Es un país joven, de 30 años de historia. Tuvimos que luchar duro por la independencia del país y los jugadores lo representan ahora sobre el terreno de juego", expresa Ivan, que viaja con un grupo de amigos.
Ese sentimiento de pertenencia es un discurso que se palpa. En 1998, cuando quedaron terceros en el Mundial de Francia, el "orgulloso de ser croata" fue un lema para aquella generación. Y continúa así. "El fútbol es todo lo que tiene mucha gente de aquí. Nunca he oído hablar de Croacia sobre otro tema más que por este deporte. Significa más que la política y que cualquier otra cosa. Podríamos decir que el fútbol es vida para Croacia", remarca Nick.
Ciro Blazevic, mítico seleccionador que lideró a los Suker, Boban Bilic… llegó a decir que Croacia se refugiaba en este deporte porque, en su día, no tenía nada. Ahora es un país instalado y reconocible. Un paraíso para muchos. Aunque no nos engañemos, el fútbol fue, es y será su escaparate. Y Modric, la mejor camiseta para representarles.