Cuando los escoceses se bebieron 265.000 pintas en tres días: "Podemos rescatar la economía de países tercermundistas"

Corre la leyenda en Escocia de que en 1998, durante el Mundial de Francia, los aficionados de este país se bebieron en Burdeos, durante un par o tres de días, tanta cerveza como la que se consumía en la ciudad francesa en un año. Simplemente es una leyenda. Nadie la confirma, pero tampoco nadie se atreve a negarla porque los escoceses son capaces de eso y más. Mucho más.

Lo que sí está confirmado es que en marzo de 2007, los hinchas escoceses, conocidos como el Tartan Army, arrasaron con la cerveza en los bares de Bari, una ciudad italiana de la región de la Apulia, en su visita con motivo del partido internacional entre Italia y Escocia clasificatorio para la Eurocopa de 2008. Según las autoridades municipales, cada aficionado visitante se bebió, de media, cinco galones de cerveza en una estancia de tres días.

La asociación de comerciantes de Bari cifró en 7.000 los aficionados escoceses que viajaron hasta la ciudad y en 265.000 las pintas de cerveza que se bebieron entre todos ellos. Haciendo cuentas, sale a casi 40 pintas por barba en tres días; unos seis o siete litros de birra por persona y jornada. Casi nada. El dato todavía es más sorprendente si tenemos en cuenta que, durante el día del partido, la ciudad impuso la prohibición de beber alcohol a partir de las 14:00 de la tarde por el temor de que hubiera incidentes violentos como los sucedidos unos días antes en Sicília en un encuentro de Serie A que provocaron la muerte de un policía.

El impacto económico fue brutal en Bari: los escoceses gastaron unos dos millones de libras esterlinas, más de lo que normalmente recaudaba la ciudad en turismo durante todo el invierno. "Los hoteles, restaurantes y bares están encantados. En solo tres días han ganado el equivalente a varios meses y, a pesar del consumo de alcohol, no ha habido ningún problema de orden público", aseguró Benny Cambobasso, presidente de la asociación de comerciantes de Bari en declaraciones al The Herald escocés, el periódico nacional más antiguo del mundo.

"La cultura escocesa es beber para socializar. Es una forma de relacionarse, que no habitual en nuestra cultura. La gente de Bari vivió la invasión escocesa con curiosidad y no hubo ningún episodio de violencia", dijo también el propio Cambobasso.

Y es que la afición escocesa se ha ganado la fama de ser la más amigable, colorida y divertida del mundo. "Esperamos que nuestra selección gane, pero el objetivo es divertirnos. Es un arte para nosotros, sentimos que somos los mejores en eso", aseguraba Hamish Husband, portavoz del Tartan Army, a The Herald. "Los aficionados de otros países nos preguntan cómo lo hacemos. Creemos que podemos rescatar la economía de países tercermundistas. Estamos abiertos a amistosos en África y Asia", también comentó Husband, medio en broma, en su día. Por cierto, en Bari, los escoceses perdieron 2-0 ante Italia, pero para ellos el resultado fue lo menos importante.

A estas alturas, seguramente los habitantes de Múnich ya sepan como se las gasta el Tartan Army, que desde hace días ha llegado en masa a Alemania para ver a su Selección de fútbol de Escocia. El Daily Mail cifra en 100.000 los escoceses que han viajado hasta el país germano, aunque solo 10.000 tienen entrada. Y es que por primera vez desde el Mundial de Francia en 1998 que esta hinchada puede salir de su país para disputar un encuentro de Eurocopa o Mundial. Este viernes, Escocia debuta contra la anfitriona en el que será el primer partido de la competición.