Carlos Marañón y el "acojono" del comentarista accidental en TVE: "Me tiré a la piscina y luego dije 'en qué lío me he metido...'"
El director de 'Cinemanía' ha acompañado las narraciones en RTVE de Paco Grande, con un perfil diferente al de exfutbolistas y técnicos: "La propuesta debió sonar rara y yo igual me he sobrepreparado".

De forma algo preventiva, antes de comenzar la entrevista Carlos Marañón se califica a sí mismo como "comentarista accidental", en referencia a sus apariciones en la primera fase de la Eurocopa en RTVE, junto a Paco Grande. Carletto duda de la conveniencia de esta cita: como si nos acabáramos de conocer en alguna aplicación de vidas sociales fronterizas y al encender la cámara descubriésemos que… ay, no. Director de Cinemanía, colaborador en la Cadena SER (Carrusel Deportivo o La Ventana de Carles Francino), comentarista de los Oscars en Canal+, columnista en AS, Carlos Marañón ha escrito en muchas y variadas cabeceras, además de publicar varios libros donde rastrea el siempre elusivo hilo de relación entre sus dos pasiones, el fútbol y el cine. Pero además es hijo de Rafa Marañón, santo y seña del Espanyol; y él mismo militó en las categorías inferiores del club perico antes de estudiar Derecho, Periodismo y dedicarse a jugar el fútbol esencial de los equipos modestos. Mientras nos situamos para arrancar, Carlos compone una escenografía de fondo con un cartelón promocional del último número de la revista: el rostro de porcelana de Emma Stone en tamaño catástrofe. Esos ojos como un atisbo de mar y la boca anaranjada entreabierta. Intento concentrarme en el señor que tengo delante… y hablar de fútbol.
La promoción del Espanyol te inspiró un artículo en el que mencionabas 'La niña de luto', la película de Manuel Summers. ¿Toda la vida es cine? ¿Incluso el fútbol?
Estos últimos días ha empezado a llover. Pero veía esos partidos de los primeros días de la Eurocopa, con el sol, la alegría de la gente, mientras el Espanyol se jugaba la vida y yo me sentía angustiado con la eliminatoria de ascenso… Y me acordé de Alfredo Landa en esa película. Está ambientada en Andalucía, hay mucho sol pero los protagonistas están de luto y el luto no se acaba nunca, no se pueden casar, etc. No lo hago a posta, no creas, porque me parece muy cursi. En mi caso esas referencias al cine son sinceras, pero a veces igual me paso.
Es una tentación periodística muy habitual.
Había un comentarista de Estudio Estadio en Coruña que era un poco relamido y una vez hizo un resumen entero del Deportivo con títulos de películas. Que por un lado mola y por el otro da un poco de cosica, ¿no? Es como facilón. Y ojo a qué películas usas, porque depende también del nivel de las referencias… Todo se puede hacer con gracia, pero algunas menciones ya quedan en tópico. A mí me da mucha vergüenza usar la frase aquella de Albert Camus sobre lo que aprendió del fútbol y la moral. Por favor, no la usemos más, es más famosa que el "Ser o no ser"… José Luis Garci dice que el fútbol y el cine son vidas de repuesto y es verdad. A quienes nos gusta el cine, muchas cosas las vivimos en las películas. Y eso no es impostura, lo digo en serio.
¿Le pondrías el título de alguna película a esta Eurocopa?
Esta Eurocopa me ha parecido un retorno necesario a lo básico. Después de un Mundial en Catar en invierno que a los futboleros viejos, sinceramente, nos costó un poco; y de una Eurocopa que se jugaba lo mismo en La Cartuja que en San Petersburgo, y luego la final en Wembley; o los Mundiales de ahora en varias sedes… Pues esta Eurocopa en Alemania, jugada en campos con historia, de clubes y aficiones reconocibles, todo eso me ha producido una buena impresión, de retorno a lo que necesitábamos. Y creo que se ha reflejado en las audiencias, por ejemplo, aunque el rendimiento de España también haya ayudado. O sea que no, no te digo un título, pero me ha parecido un back to basics.
Lo clásico funciona. ¿Anda el fútbol un poco como el cine de hoy, que todo el mundo hace lo mismo o muy parecido?
El juego es de los entrenadores ya, y como tal lo hemos asumido. Los jugadores tienen papeles cada vez más específicos y más anecdóticos, en el sentido de que todo es más coral. No hay un protagonismo tan potente de las individualidades. Esa sensación de que los entrenadores quieren controlarlo todo… algo que a veces es posible y a veces no. Pero cuando es imposible, el recurso siempre es el mismo: nos metemos todos atrás y alguna pillaremos. Y llega un momento en que casi nos gusta más eso, que se parece más a lo de antes, que el intento de dominio permanente…
¿No te faltan personajes en el fútbol? Esa tragicomedia permanente de los italianos, escenas de película como aquella de Zidane: el futbolista más fino del mundo despidiéndose con un cabezazo a un villano de telenovela… ¿No está todo muy uniformizado y liofilizado ahora?
Liofilizado es un buen adjetivo. Es cierto, buscamos al diferente y en cuanto encontramos a alguno nos agarramos mucho a él. Incluso nos basta el físico. Vemos a Mamardashvili y nos imaginamos historias, una cosa muy barrial, restos de un país del este… y en realidad nada de eso existe, porque el chaval lleva muchos años en España, etc. Pero a ver: si el mejor jugador del mundo es Messi y en su perfil, más allá de las inyecciones para el crecimiento y la servilleta del contrato que ya está muy gastada, no hay nada de lo que agarrarse… es raro. ¿Dónde rasco yo? ¿Cuál es el rasgo de su carácter? Nada, eso: que es el mejor del mundo.
Hablemos de su némesis: el Cristiano que pide perdón por sus penaltis. ¿De dónde ha salido ese resabio judeo-cristiano de que los futbolistas pidan perdón por todo?
El mundo es raro. Cada vez más gente pide perdón, pero las peticiones de perdón son cada vez más mentirosas. "Pido perdón a quien se pueda haber sentido ofendido", se dice ahora. No, no: si pides perdón, pides perdón… nada de a quien se haya sentido ofendido. Si la has cagado pides perdón y punto. Pero al mismo tiempo hay que pedir perdón por todo. Es todo un poco falso.
"Cristiano consigue que no me apetezca ver el partido, porque me traslada su angustia: se siente culpable, pero a la vez si no se la pasan le echa la culpa a todo el mundo... ufff"
PeriodistaVi el partido de Portugal con Eslovenia sin sonido y Cristiano parecía Mary Pickford haciendo visajes en una película muda…
Lo que consigue Cristiano es que no me apetezca ver el partido, porque me traslada su angustia. Me da igual Cristiano, o sea, he disfrutado con él y disfruto con él. Y me parece que se ha puesto de moda decir que para Portugal Cristiano es un problema, como si el entrenador de Portugal fuera gilipollas. A lo mejor es que no hay un nueve mejor que Cristiano, que tampoco es manco. ¿Que todos juegan para él? Vale, tendrá que corregir eso. Pero si juega es porque el entrenador lo pone y el entrenador no es tonto: habrá visto que todavía puede hacer cosas. No lo sé. Pero sí es verdad que me traslada su angustia. Él, que es un jugador también liofilizado de alguna manera, ahí saca una parte que es como... hostia, a este tío le pasan unas cosas por la cabeza que ufff... Una mezcla de cosas: se siente culpable, se echa el equipo encima, pero a la vez si no se la pasan le echa la culpa a todo el mundo. Casi prefiero no ver a Portugal, porque no lo veo a gusto.
Dejemos de marear la perdiz. ¿Cómo ha sido la experiencia de comentar en TVE?
Televisión Española es otro nivel, en general, porque la diferencia en las audiencias es abismal. Comencé a comentar partidos en Segunda División gracias a Maldini, que un día nos conocimos y me lo dijo; después empecé en Carrusel con el Espanyol… y todo eso es muy diferente: la radio es más coral, hablas siete u ocho veces y ya está. Pero en la tele tienes esa sensación de que hay que llenar el vacío. Muchas veces Paco Grande dice: "Vamos a callarnos y escuchar un poco a las gradas", esos elementos que son del fútbol y que a mí me parece que están muy bien.
Has sido el comentarista diferente a los habituales entrenadores o exfutbolistas. ¿Cómo surgió?
Gracias a Paco Grande. Tengo muy buena relación con él, jugamos juntos al fútbol, hizo un Conexión Vintage maravilloso sobre mi padre… Y hace unos meses me llamó y me contó: "Como tenemos los derechos de la Euro, vamos a emitir también las finales antiguas; me han pedido que haga las seis primeras, pero no quiero hacerlas solo". Me propuso acompañarle y le dije que adelante, porque era una cosa muy bonita y una posibilidad que no surge a menudo. Además en Saber y empatar (el podcast que hace junto a Antonio Pacheco y Miguel Gutiérrez) habíamos repasado las Eurocopas y lo tenía fresco. Salió bien, estuvimos muy a gusto y, cuando lo designaron para narrar partidos en Alemania, él propuso mi nombre. Creo que en TVE debió sorprender, porque esperaban más el estilo exjugadores, exjugadoras, entrenadores... y yo no cumplo exactamente eso. Pero me tiré a la piscina y ellos dijeron también que sí.
¿Había agua en la piscina?
Después de decir que sí te das cuenta del lío en que te has metido. Porque yo no soy periodista de fútbol internacional. La repercusión que tiene un partido en La 1 es tremenda, increíble. Eso sí que me acojonaba un poco y por eso creo que me he sobrepreparado. No porque no fuera necesario todo lo que he intentado estudiar, sino porque luego no usas ni la mitad de la mitad de las cosas y al final echas horas por un tubo. Yo sigo la Primera y la Segunda División, el fútbol europeo más o menos. Pero de la selección húngara o la de Eslovaquia conoces a dos o tres, y para narrar un partido tienes que conocerlos. Aparte creo que hay que aportar algo de ese fútbol, de ese país… Yo soy periodista y me parece que todo puede ser interesante en un momento determinado y es lo que hemos intentado hacer. Paco también tiene un estilo muy concreto, es hijo de una época y de unos maestros; yo también tengo preferencias, pero la realidad es que me gustan casi todos y prefiero que haya opciones y estilos diferentes.
¿Suena a que lo has pasado muy bien pero al mismo tiempo muy mal?
Ha sido agobiante y estresante: un regalo, pero sufrido. Cinco partidos en nueve días son un montón de horas por equipo. ¡Por lo menos los responsables de TVE nos han dado la enhorabuena!
¿Cómo se defiende uno ahí sin usar el lenguaje tan marcadamente técnico que manda ahora en los comentarios de fútbol?
Estoy a favor del análisis técnico y me parece muy interesante. Pero hay veces que eso no deja de ser lo que uno ya está viendo. A veces hay que explicar cosas: por qué un equipo se pone ganando de casualidad y se echa atrás; o por qué otro tiene un 80% de posesión pero no es capaz de generar ocasiones. Yo creo que eso se puede explicar de muchas maneras, con los términos que hoy se enseñan en las escuelas de entrenadores, me parece bien, y se puede contar de manera diferente. Yo hago este símil: seguramente esos exjugadores o entrenadores son un 10 en conocimiento técnico-táctico, sobre todo si luego han sido entrenadores; en la experiencia de haber jugado competiciones como esas… pero a lo mejor son un 3 en expresión oral y un 5 en otra cosa. Y yo a lo mejor puedo ser un 6 en todo: me expreso de determinada manera, tengo un conocimiento del fútbol por haber jugado aunque no he sido profesional, un conocimiento de otras cosas que rodean al fútbol, que son periodísticas e interesantes. Y creo que tanto ellos como yo compensamos unas cosas con otras.
¿Llega una explicación como esta a la audiencia joven?
Es que nosotros somos mayores, nos hemos criado escuchando los comentarios de algunos artistas del verbo florido en Estudio Estadio y a Quique Guasch diciendo aquello de… "Vea usted la jugada desde otra perspectiva…". "Juzgue usted mismo". Ni siquiera te decía si había sido penalti o no. Hoy es imposible, tienes que mojarte. Hemos crecido con eso, con José Ángel de la Casa, con el Mundial mítico de Garci y Míchel o el de Italia con Michael Robinson. Mientras que los chavales de ahora han crecido con el FIFA. ¿Está mal eso? Pues no. Tiene que haber cosas diferentes. Cada cosa tiene su aquél y entiendo que haya gustos.
¿Te ha llegado el ruido de las redes sociales?
Yo sobre todo estoy en X y tengo que decirte que ya no sé si es que el algoritmo lo tamiza todo o qué, pero sólo he leído una gran mayoría de cosas buenas. Es verdad que he visto muchas otras peores sobre Paco, que es lógicamente quien lleva el peso. Él se metía en charcos, yo le decía que igual no hacía falta... Pero para que veas cómo me siento con estas cosas. Saqué un post con una foto de cómo preparaba un partido, con mi letra de loco psicópata asesino, el asesino de Seven podría escribir así. Y lo puse en un grupo de amigos. Y fue Miguel Gutiérrez, La libreta de Van Gaal, quien me dijo que debería subirlo. Lo hice y casi todo el mundo bien, qué chulo… pero hubo uno que me dijo: "Eso lo hacen todos y no lo enseñan para chulearse de cómo han trabajado". Y me quedé con eso. Y me dije: no tenía que haberlo sacado. Yo no soy así.
Un Eslovenia-Serbia pic.twitter.com/ChWFJtD6Yq
— Carlos Marañón (@futbolycine) June 20, 2024
¿Y en medio de todo eso, cómo viviste la promoción del Espanyol?
Fue mucha casualidad. El partido del Espanyol era a las seis y media y yo tenía un Escocia-Hungría a las nueve. Paco y yo quedábamos una hora y media antes para empezar a prepararlo, una hora antes salen las alineaciones, etc. Y yo pensé: a esa hora voy a estar que me subiré por las paredes, no voy a ser persona. Sufro mucho. Decidí no ver el partido, vi los prolegómenos en casa con mis hijos y a las seis y media, cuando empezó, me fui para la tele. Estuve casi una hora en el coche metido, hasta que llegó Paco. Le había mandado un mensaje pidiéndole que no me dijera nada porque la cagamos. Prefiero estar in albis. Por lo menos para poder concentrarme en McTominay y en John Wark cuando jugaba en Evasión o victoria y en la selección escocesa. Si no, sé que se me va a ir la cabeza. Y cuando llega él a Torrespaña, nos vemos en el parking, baja la ventanilla y suena "¡Gooooooool!" desde la radio de su coche. ¡Me cago en la leche!
Cuanto menos quieres enterarte más difícil es…
Siete y media de la tarde. Claro, metió los dos goles seguidos el Espanyol. Y yo le decía que no quería saber nada, él me hacía así (gesto de OK), "que es bueno, que es bueno…". Total que nos metimos allí, él todo el rato con media sonrisilla, yo intentando escabullirme la cabeza del Espanyol. Hasta que íbamos a entrar ya, a las 20:35 más o menos miré resultado: vi que había ganado 2-0 y me pegué una carrera por ahí por las catacumbas, por los estudios vacíos, era domingo por la noche y no había nadie… Me llamaron de la SER los compañeros de Carrusel en directo para darme la enhorabuena. Y ya me liberé.
¿Por qué llegó el Espanyol, considerado generalmente como máximo favorito, a ese límite?
Ha sido un año muy jodido, muy feo. En ningún momento el equipo se ha sentido en su piel, ni como equipo grande, ni como equipo defensivo con Ramis. Manolo González ha puesto orden, ha defendido bien, ha encontrado tres pilares que son apuestas suyas: el portero que es un porterazo, Gragera, Braithwaite y Puado. El lateral derecho, Omar, también es bueno. Ha descubierto a Calero. Keidi Bare, que habíamos rajado de él... En fin, ha habido cositas. Creo que este ascenso ha demostrado lo importante que es a veces olvidarse de lo extradeportivo, la propiedad etc. y centrarnos en el apoyo al equipo. Llevamos dos descensos en tres o cuatro años y el anterior ascenso fue sin público, en La Romareda. Pienso hasta qué punto nos ha hecho bien la presión del público, sobre todo en casa. Porque el campo del Espanyol, aunque vayan 25.000 personas, parece que está medio vacío. Está bien lo que bien acaba, pero… uffff.
¿Ha recuperado el españolismo la identidad que tenía en Sarriá o ha forjado una nueva identidad después de los años en Montjuïc?
Sí, sí. Cornellá El Prat es nuestra casa. Es verdad que no está en el centro como Sarriá, claro, que estaba en el mejor barrio de Barcelona. Pero es una casa estupenda. Montjuïc -donde por cierto estuvimos siempre en Primera, ganamos dos Copas, jugamos una final de la UEFA- era una casa muy elegante, pero muy fría. Ahora sí, pese a todos los problemas de un campo moderno, el centro comercial al lado, que los accesos no son buenos… Y pese a la tontería esa de algunos culés de que no está en Barcelona. Estamos muy orgullosos de ser de Cornellá. Es como si decimos que el femenino del Barça no es de la ciudad porque juega en la ciudad deportiva en Sant Just: ¿Campeonas de Europa y no juegan en Barcelona? Es una tontería.
¿Las cosas de ser el otro equipo del país?
Somos un milagro que nos hace sentir muy orgullosos. No me gusta eso que se usa mucho por ejemplo entre la gente del Atlético de Madrid: "No entenderíais nunca lo que es sentirse del Atleti". No, yo quiero que entiendan perfectamente lo que es sentirse del Espanyol. Es muy bonito ser de un equipo que tiene otras peleas distintas a ser campeón. Tiene su encanto. Lo que sí estamos es estigmatizados. Pero si tú analizas la realidad social del club ves que hay españolistas, hay independentistas… gente de todo tipo. Bastante parecido a lo que es el hábitat social real de esa zona de Cataluña.
¿Y don Rafael Marañón qué dice de todo esto?
Lo ha pasado muy mal. Hay mucha contestación a la propiedad, porque la verdad es que se han hecho muchas cosas mal, el dueño está en China, muy lejos de la sensibilidad y de los que lo viven el día a día. Mi padre es una especie de consejero honorífico, pero no porque esté con la propiedad sino porque es el máximo goleador de la historia del club y va a representar siempre al Espanyol. Está jubilado, no cobra un duro del club, pero aparece en las fotos y hay gente cabreada con razón que dice: "Marañón, ¿qué coño hace ahí?". Pues pasarlo mal, ya ves qué tontería. Tiene que haber gente representativa que acompañe al club. Después del partido con el Oviedo me decía: "Demasiado exultantes los jugadores al final, tenían que haberse tapado un poquito después de la temporada que han hecho…".
El ascenso hay que celebrarlo pero poco.
Sí, es como celebrar un penalti, aquello que decía Di Stéfano: "Hay que ir a pedirle disculpas al portero". Mi padre lo decía un poco de broma: con lo mal que nos lo han hecho pasado, joder…