Cuando una charla de Deschamps encendió la mecha del Real Madrid de los Galácticos: "Reprendió a Cissé y removió conciencias"
Exjugadores del técnico de la selección francesa recuerdan cómo era, especialmente su paso por aquel Mónaco histórico.

Düsseldorf (Alemania).- El 18 de mayo de 2001, Didier Deschamps se despedía en Mestalla del fútbol en activo. El mediocentro campeón del mundo con Francia en 1998, entre otros logros a nivel de club, ponía fin a su etapa como jugador después de 21 años manteniendo el equilibrio en sus equipos. Mediocentro posicional, inteligente, de corte defensivo, indispensable en Nantes, Marsella, Juventus o Chelsea, menos en el Valencia. Apenas 21 días después, fue anunciado como nuevo entrenador del Mónaco... y han pasado ya 23 años desde aquello.
Deschamps no tenía ni el título de entrenador, pero ya como jugador era capaz de dirigir en el campo y fuera de él, porque en cada milímetro cuadrado de su cerebro tenía el terreno de juego. En la Ligue 1 tuvo que ser designado como director técnico, aunque haría las veces de entrenador de un Mónaco que necesitaba una revolución. Al actual seleccionador francés le tocó lidiar con un primer vestuario de alto voltaje, por su multiculturalidad y por las viejas (y no tan viejas) glorias que se reunían en aquella plantilla, y en la noche monegasca. Qué tiene peligro. Hablamos de los Rafa Márquez, Cristian Panucci, Jugovic, Marco Simone, Marcelo Gallardo, Raducioiu, Bierhoff o Prso. El primer Deschamps dio boleto a los que pudo, a otros los trató como uno más, y los menos fueron parte de su columna vertebral.
"Nos reunimos y me dijo que el club quería hacer una profunda renovación. Que no contaban conmigo, pero que podía decidir quedarme y ganarme una oportunidad. Ya se le veía claridad y liderazgo, hablaba de frente", recuerda Raducioiu, que permaneció una temporada en la que apenas jugó 12 partidos. "No puedo hablar mal, yo tuve mi experiencia, y después el currículum de Deschamps es impresionante. Uno de los mejores", recuerda el delantero rumano.
Era "agradable" en lo individual pero con "carácter" en lo colectivo
Uno de los que mejor conoció al actual seleccionador francés fue otro delantero, este español, ex del Real Madrid, Fernando Morientes. El atacante tenía "mucha confianza y relación" con él y fichó por el club francés en la campaña 2003-04. Después lo tendría también en el Olympique de Marsella en 2009-10. Morientes es el que mejor puede hablar, con conocimiento de causa, de cómo era Monsieur Deschamps. "Acababa de terminar su carrera y se le veía claramente su lado de jugador. En los entrenamientos utilizaba el sentido común, la gestión y las charlas individuales. Era agradable. Pero en el manejo del grupo era didáctico, que era lo que quería, no se salía del ABC, pero se enfadaba. Tenía mucho carácter en lo colectivo, pero era muy cercano en el trato personal", dijo.
Morientes recuerda una charla. Justamente ante el Real Madrid en el partido de vuelta de los cuartos de final de aquella Champions, cuya final sería finalmente la que enfrentó al Oporto de Mourinho, que eliminó al Deportivo en semifinales, y el Mónaco. En la ida, el Real Madrid le ganó 4-2 y Cissé ("juraría que era él", dijo Morientes) comentó en prensa que si el rival marcaban un gol se había terminado el partido. "Deschamps empezó con eso: nos dijo que pese a perder 4-2 si ellos hacían un gol podíamos hacer tres. Llevamos todo el año haciendo muchos goles. Queríamos eliminar a los Galácticos. Yo tenía la mente en el vestuario del Madrid, y quería saber qué es lo que dicen los rivales. Incidió en la mente. Marcó Raúl y nosotros metimos tres. Fue una charla directa a Cissé y a la mente de todos", argumentó el exinternacional.
Después de aquella derrota, y de haber perdido la Copa del Rey ante el Zaragoza en Montjuïc en la prórroga, el Real Madrid entrenado por Carlos Queiroz implosionó. Tampoco fue un éxito la campaña 2004-05 y en febrero de 2006 Florentino Pérez decidió dimitir. Así se ponía fin a aquel Madrid exitoso de los Ronaldo, Zidane, Figo y el último en sumarse al barco, Beckham. Obviamente también de Raúl y Casillas.
"Habla con médicos, cuidaba la alimentación... todo estaba controlado"
Más allá de la evolución de Deschamps como entrenador, quien domina el escenario mucho mejor, es capaz de bromear, ironizar e incluso retar en una sala de prensa ("si no te gusta cómo jugamos, mira otra cosa"), sus ideas primarias son inalterables. El fútbol ha evolucionado pero al seleccionador le vale el mismo diagrama que cuando jugaba, como recuerda primero otro de sus pupilos, Gerard López, que solo estuvo tres meses con él por el despido en 2005 del técnico francés, quien "me llamó varias veces para ir, y me decidí por la insistencia".
"Era muy trabajador. Los entrenamientos eran muy duros, pero tenía todo controlado. Él hablaba con los médicos, cuidaba la alimentación... Era un líder muy completo. Priorizaba la defensa, quería que estuviera todo muy armado y tener la portería a cero, pero les daba libertad a los de arriba", explica el mediocentro azulgrana. Esa idea de los entrenamientos duros se le quedó a Morientes. Además, grabada a fuego, y en sus piernas. "Desde que llegué, tenías que ser un portento físico, y si no lo eras debías hacerte. Estaba Antonio Pintus como preparador físico. Nunca había vivido algo tan extremo. Él tiene entre ceja y ceja el fútbol italiano de los 80 o 90. También el orden era prioritario. Dejaba que los de arriba inventasen, pero llegando a tres cuartos. Todo lo que jugabas atrás estaba muy pautado", confiesa.
🚧¿Se puede jugar al 'catenaccio' con un alto porcentaje de posesión? ¿Cómo se definiría el juego de Francia?
— Alberto Martínez (@super_martinez) July 8, 2024
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Los tres idiomas de Deschamps y su personalidad inalterable
Gerard, incluso, vio un año después a un Deschamps que había evolucionado en otros aspectos más modernos: "Recuerdo sus charlas personales, en las que te ponía vídeos individuales para mejorar. Y su facilidad para los idiomas. Hablaba en francés en general, pero luego lo hacía en inglés con los extranjeros y en español con nosotros... Tenía faena, éramos una plantilla muy internacional", rememora.
Del Deschamps de Francia, el que desde 2016 lleva a la mayoría de finales a su selección, poco trasciende. Los exjugadores contactados por Relevo prefieren no valorarlo ahora. Pero poco ha cambiado según lo que comentan, especialmente Morientes y Gerard: físico, orden y un liderazgo inaudito para controlar a jugadores como Mbappé, Griezmann, Dembélé y todo lo que rodea a un equipo que gana pero no enamora. Que es práctico. Como su seleccionador, el reloj suizo del mediocampo, el entrenador inalterable que pone la victoria por encima de todo. Voient ton triomphe et notre gloire! (Mira nuestro triunfo o nuestra gloria). Ya lo dice La Marsellesa.