Las claves y los secretos de la NASA en la recuperación que obsesiona a la Selección
España trabaja con cámaras hiperbáricas y expone a sus futbolistas a temperaturas de -160 grados: "Aquí lo tenemos todo".

Donaueschingen (Alemania).- La Selección cuenta las horas para afrontar el gran partido de esta Eurocopa: la semifinal contra Francia (martes, 21:00) que puede sellar el pasaporte a la gloria. A esta hora los técnicos se desgañitan en desmenuzar de forma obsesiva los partidos de les Bleus, en estudiar la manera de parar a un Mbappé terrenal y en analizar cómo meterle mano a Maignan, pero a De la Fuente hay algo que le preocupa bastante más: cómo recuperar a su equipo.
España acabó con una paliza encima los cuartos ante Alemania. Se jugaron 120 minutos de una exigencia altísima y el parte de guerra, sin contar la lesión de Pedri, pareció un pergamino: Nacho acabó tocado por un golpe, Olmo "reventado" y con calambres, Fabián 'cojo'... Fue, no en vano, el choque con más faltas en una Eurocopa desde 2016 (39). Los 17 internacionales que participaron recorrieron una distancia de 146 kilómetros, 32 más que en los octavos frente a Georgia y 30 por encima de lo que se corrió contra Italia en la segunda jornada. Y todos, en mayor o menor medida, arrastran los efectos de una temporada eterna que tiene a Rodrigo con 5.411 minutos encima o a Le Normand con 4.650. Carvajal lo criticó en la previa: "Es inviable mantener el nivel si juegas cada tres días". Para que no sea así en esta Eurocopa, De la Fuente se ha traído a la NASA a la concentración.
La Roja ha montado un espacio con tintes espaciales en el lujoso hotel Der Öschberghof, en Donaueschingen. Allí, después de casi un mes, los futbolistas ya se sienten como en casa. "Lo tenemos todo", cuentan, en una frase que engloba pasatiempos (consolas, golf, bicicleta y naturaleza) y métodos estratégicos y de restablecimiento que consiguen que nadie eche de menos los medios de los que dispone en su club. La sala de reparaciones gana clientes a medida que se pasan rondas y aumenta el cansancio. Muchos ni siquiera pudieron esperar al día siguiente después de ganar a la Mannschaft y aprovecharon la madrugada.
En el proceso galáctico de recuperación hay varias paradas estrella. Uno de los instrumentos preferidos de los jugadores es la cámara hiperbárica (hay tres, cada una a razón de 25.000 euros), un instrumento que en su día popularizó Raúl (dormía en una) y pusieron de moda estrellas como Cristiano, Hamilton o LeBron James. Introducirte en este tubo no apto para claustrofóbicos favorece la resistencia y la regeneración: permite respirar oxígeno puro a una presión superior a la atmosférica, enriquecer la sangre y disminuir la fatiga, similar a entrenarte en altura. "Ese aumento de oxígeno a nivel tisular favorece la recuperación del cansancio y de la inflamación muscular que se produce tras los ejercicios del día a día o de un partido. Siempre lo utilizamos", desgranó Claudio Vázquez, jefe de los servicios médicos de la RFEF, en un recomendable reportaje del periodista José Carlos Carabias en 'ABC' sobre las terapias premium de la Selección.
El aparato más llamativo es seguramente la cámara de crioterapia, una nevera humana de cuerpo completo en la que los futbolistas se enfrentan durante breves períodos de tiempo -cinco minutos como máximo- a temperaturas extremas por lo bajo que alcanzan los -160 grados. A la RFEF le ha costado 90.000 euros. Según especialistas en la materia, exponerte a esas condiciones calma el dolor, mejora la circulación, fortalece y estrecha los vasos sanguíneos y colabora en la recuperación al oxigenar las células. Usain Bolt se llevó una criosauna móvil a los Juegos del 2012 en los que batió el récord olímpico de 100 metros y franquicias NBA llevan años utilizando ese tratamiento en sus rutinas.
Y también está la máquina de fototerapia, un complemento que se utiliza para curar y prevenir lesiones y que suele utilizarse después de pasar por la cámara hiperbárica. La luz roja actúa como antiinflamatorio (eficaz para percances musculares), por un lado; y mitiga el dolor y las agujetas, por otro, además de acelerar la cicatrización de heridas y la regeneración de tejidos.

Una prioridad para el seleccionador
Todas estas innovaciones colaboran en el objetivo fundamental de De la Fuente, que marcó la recuperación entre partido y partido como una prioridad desde meses antes de volar a Alemania. Por eso, entre otros factores, decidió que el equipo durmiese siempre en la ciudad en la que jugase y volase al día siguiente (salvo en los cuartos en Stuttgart, a una hora en bus de la Selva Negra). Y, por eso, según reconocen los propios internacionales, muchas de las sesiones van más enfocadas al mantenimiento y al refuerzo de conceptos tácticos que a trabajos que carguen todavía más las piernas de los futbolistas.
"Debe ser así; la carga es tan alta que, con encuentros cada cuatro días, los dos primeros deben ir enfocados a la recuperación y los dos siguientes a la preparación del partido", detalla a Relevo un experto en preparación física como Marcos Torres, con pasado en clubes como Real Valladolid o Lugo y que conoce lo que significa trabajar en esa dinámica que exige la alta competición. "Lo más importante es tener muy controlado el wellness del jugador, que haya una comunicación fluida entre futbolista y staff día a día y a partir de ahí tomar decisiones rápidas, porque no hay tiempo", cuenta. Y parece que esa sintonía entre preparadores físicos (Carlos Cruz y Antonio Gómez), vestuario y cuerpo técnico es total.
Ahora, a 72 horas de jugar contra Francia, lo primordial es "recuperar" y "gestionar la plantilla a nivel individual". "Si un jugador tiene un golpe o molestias, no saldrá al campo o se le pondrá un rol de comodín. Lo más importante en estas condiciones es estar disponible". No hay vuelta de hoja y De la Fuente los necesita a todos. "En el penúltimo entrenamiento (el de este domingo) suele hacerse más hincapié en recordar conceptos tácticos y hacer contenidos de cohesión de grupo. En el último (el del lunes) lo común es que exista una rutina bastante marcada: trabajos de velocidad, finalización para coger buenas sensaciones…".
España sigue los mismos procesos desde que puso un pie en Aasen y no alterará el camino en este punto. Desde el principio se buscó la tranquilidad de la Selva, lejos del bullicio de Berlín y de núcleos cercanos a grandes urbes, y el tiempo ha dado la razón a De la Fuente y Albert Luque. Las comodidades de su hogar le han dado la posibilidad de contar con todos los medios… y las piernas de Navas y Cucurella, cuando corran contra Mbappé y Dembélé, agradecerán haber pasado por el Polo Norte.