EUROCOPA | ESPAÑA 4 - GEORGIA 1

España llega a cuartos alucinando con Kvaratskhelia y Lamine y con un buen susto en el cuerpo

La Selección sufre ante una gran Georgia y remonta con tantos de Rodrigo, Fabián, Nico Williams y Olmo un partido que comenzó perdiendo con un autogol de Le Normand.

La Selección celebra el primer gol de España ante Georgia en un partido que acabó remontando. /GETTY
La Selección celebra el primer gol de España ante Georgia en un partido que acabó remontando. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Colonia (Alemania).- España está en cuartos de final tras una flojera de piernas considerable. Si los expertos señalan que los campeones siempre pasan un mal trago en las fases finales para lograr su objetivo, la Selección ya se ha cobrado en sus carnes en este intento la experiencia para esta Eurocopa y hasta para el próximo Mundial. Georgia, ejemplar hasta el extremo, no sólo se puso por delante en el marcador, sino que fue una amenaza constante hasta el final. Kvaratskhelia aún sigue corriendo mientras las luces se van apagando. Dicen que una prima de 10 millones de euros ha motivado a los jugadores de Sagnol. Pero visto lo visto sobre el campo, su exhibición de amor propio y orgullo tiene más que ver con la posibilidad de hacer historia para los restos que por ingresar unos buenos petrodólares.

A España le costó un mundo imponerse en el marcador porque se dio una de esas casuísticas tan comunes cuando hay tanta diferencia entre los dos equipos. El favorito domina y ataca con la parsimonia de que ya abrirá la lata, mientras el rival, empoderado por tanta solidaridad defensiva, aprovecha su primera estampida para ejecutar y poner el mundo patas arriba. Después de una salida imponente de la Selección (ocasiones de Pedri en el 4' y Carvajal de cabeza en el 10'), a base de paciencia, toque y obsesión por los extremos, el 0-1 sacó a más de uno de sus casillas y examinó por primera vez la madurez de la Roja.

El autogol (minuto 18) pilló a toda España, en el campo y el sofá, buscando una rendija entre la muralla por la que colarse. Pero, eso sí, sin ninguna vigilancia en la retaguardia. La contra, iniciada por Kvaratskhelia con maestría y llevada de banda a banda como recomienda la receta, evidenció los primeros defectos españoles en defensa a la vez que elevó a una descarada Georgia. El envío desde la derecha de Kakabadze, buscando a quien originó el lío, pilló a Le Normand a la carrera y descoordinado, con tan mala suerte que el balón se le enredó en su mar de dudas, pegó en el bazo o en algún órgano incontrolable y se coló en la portería de Unai Simón ante la sorpresa general y los primeros temblores.

La Selección tardó en reaccionar. La juventud siempre es un divino tesoro hasta que llega un problema y sólo te queda mirar a tus padres. Lamine, Nico y hasta Pedri echaban un ojo al banquillo para hallar soluciones y consuelo, mientras buscaban las recomendaciones de los pesos pesados como Carvajal, que aparte de una vitrina de las grandes tiene un Máster honorífico en remontadas. Fabián (22'), Cucurella (35') y Nico (38') intentaron empatar antes del descanso para que la ansiedad no fuera a más. Pero en ese asedio por tierra, mar y aire sólo Rodrigo vio la luz al final del túnel. Nico paró el tiempo dentro del área, levantó la cabeza para encontrar la llegada del mediocentro desde atrás y el madrileño, amagando con la pierna excelente para acomodársela a la extraordinaria, soltó un zurdazo que entró pegado justo al palo. Este prodigio del juego posicional fue quien permitió que un país entero cenara en el descanso.

La hora de Lamine y Nico

El seleccionador, por primera vez en sus 19 partidos al frente de la Absoluta, no había tocado el once titular y dio continuidad a los verdugos de Italia. Pese a que probó algunas alternativas durante la semana, como Nacho al lado de Le Normand, De la Fuente pareció haber aprendido la lección de Escocia. Aquella noche de marzo de 2023, en su segundo encuentro al frente de la nave en la clasificación para esta Eurocopa, vio el toro demasiado cerca. Desde entonces hace muchas menos rotaciones. Por mucho que el rival le anime a cambiar para dosificar. Pero aquí las cosas se pusieron tan feas que no tuvo más que agitar a su banquillo desde el inicio. A la media hora ya estaba todo el mundo calentando. Con Georgia enfrente lo de las botas desabrochadas en el banco y las pipas no es aconsejable.

La salida de España en el segundo tiempo vino acompañada de otro aviso de Kvaratskhelia. El genio del Nápoles estaba tan lanzado con su manual de genialidades que dio un susto a Unai desde medio campo. El extremo no se conformó con ser el abanderado de un equipo tan digno sino que se empeñó en querer convertirse en un héroe. Pero su valentía no hizo más que dar envidia a Lamine Yamal. Despertó a la joya del Barça para empezar su recital. Primero, con una falta que le permite a sus 16 años mandar ya más que el resto. Y después con la rosca en la que nació el 2-1. Una suerte de centro que patentó Messi y que él se está esforzando en actualizar. Va desde el costado derecho hacia adentro, buscando una llegada de segunda línea que se cuela hasta las barbas del portero. Ante Italia fue Carvajal quien agradeció el regalo. Y esta vez le tocó a Fabián chafarle la noche a Mamardashvili.

Por fin, con el resultado ya a favor, España siguió jugando de rojo pero dejó de estar colorada. De la Fuente, nada más marcar el segundo, sentó a Fabián y metió a Olmo, que es su ojito derecho y no ha podido aún tirar del carro por unas molestias musculares al inicio de la concentración que le bajaron en marcha del once titular. Su entrada tenía un doble objetivo: meter más colmillo en ataque y controlar con más físico los contraataques. La estrategia, unida a otros retoques, le salió a la perfección. Tan pendiente estaba España de las contras, que una a favor mató el partido. Nico Williams recogió un balón al espacio casi en su casa, hizo un surco por su banda, encaró a su marcador, se deshizo de él sin esfuerzo y batió al guardameta georgiano con la maestría de los buenos. Nico y Lamine volvían a sonreír y a bailar como en el patio del colegio. Olmo, con un movimiento de artista, redondeó la goleada entre la lluvia para mandar un recado a Alemania: estos niños tienen hambre y España ya ha vivido el gran susto que todo campeón se tatúa en su alma.

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FICHA TÉCNICA

España (4): Unai Simón; Carvajal (Navas, 81'), Le Normand, Laporte, Cucurella (Grimaldo, 66'); Rodrigo, Fabián (Mikel Merino, 81') ; Lamine, Pedri (Olmo, 51'), Nico Williams; y Morata (Oyarzabal, 66').

Georgia (1): Mamardashvili; Kakabadze, Kashia, Dvali, Gvelesiani (Kvekveskiri, 79'), Lochoshvili (Tsitaishvili, 63'); Kiteishvili (Altunashvili, 41'), Kochorashvili; Chakvetadze (Davitashvili, 63'); Kvaratskhelia y Mikautadze (Zivzivadze, 79').

Árbitro: François Letexier (Francia). Amarillas para Morata (44')

Goles: 0-1 Le Normand en propia puerta (18') . 1-1 Rodrigo (38'). 2-1 (50) Fabián. 3-1 Nico (78'). 4-1 Olmo (84').

Estadio: RheinEnergieStadion (Colonia). Rozando el lleno (capacidad para 42.500 espectadores) y superioridad georgiana.