EUROCOPA | ESPAÑA 3 - CROACIA 0

Fabián lidera a una España imponente y decreta el estado nacional de euforia

Su liderazgo, una asistencia al renacido Morata y un golazo de bandera disparan a la Selección en su debut ante Croacia.

Fabián celebra el 2-0 de España y le acompañan por detrás Morata y Rodrigo. /GETTY
Fabián celebra el 2-0 de España y le acompañan por detrás Morata y Rodrigo. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Berlín (Alemania).- Pues así, de golpe y porrazo, en mitad del atardecer y con alevosía, se acabó la incertidumbre y se despejaron todas las incógnitas en torno a la Selección en esta Eurocopa. La España de los críos, con Lamine y Nico como abanderados, demostró estar en un perfecto estado de madurez, con Morata y Carvajal dando toques de corneta. A lomos de Fabián y con Unai Simón como sustento cuando más falta hacía, la Selección pasó por encima de Croacia y, pese a la llamada a la prudencia que ahora toca por protocolo, nadie podrá frenar que se desate el optimismo. Las ilusiones son para el verano.

De la Fuente tuvo bastante culpa en este inicio atronador. Cuando la prudencia llamaba a la calma y la pizarra aconsejaba contención para empezar, el seleccionador se entregó a lo que estaban viendo todos desde que se inició la concentración. No hizo más que poner a los que han derribado la puerta en este final de temporada y a aquellos que han llegado con la chispa necesaria en las piernas: el atrevimiento, el nervio y el rock and roll es lo que trae de serie este equipo y conviene no echarle el freno de mano. Laporte puede curar su contractura en el aductor con calma y el banquillo esperar a que llegue Albania. Este once pide paso.

Cucurella, con esa mezcla de violinista de postín y heavy descarado fue la gran novedad porque es de los que ha venido para dar la nota y no se conforma con haber esperado a que Jordi Alba se fuera, Balde y Gayà cayeran y Fran García y Grimaldo le hicieran un hueco. La salida de España al Olympiastadion, con él incrustado en el lateral, fue la de un bloque con mucha personalidad. Porque la tiene, debido a que el técnico riojano la ha venido cocinando desde 2013 cuando llegó a la Federación. Muchos de los titulares que ahora acaparan las portadas los moldeó en su taller. Fabián, de hecho, es una apuesta que patentó él por recomendación de Pepe Mel (Betis) y Pablo Blanco (Sevilla). La UEFA le dio el MVP y que vaya encargando otros cuantos.

Ante Modric y unos escuderos que mostraron más respeto que arrojo, la Selección no hizo más que celebrar una confirmación. Apuntaló sus bases durante los primeros 25 minutos a base de presión y orden táctico, y hasta el descanso no hizo más que dar picotazos hasta encontrar el partido resuelto. Morata, Fabián y Carvajal fueron los goleadores, pero habría que incluir en el reparto de elogios a los pasadores Pedri y Lamine Yamal. Ellos hicieron inútil la puesta en escena croata. Modric (un año mayor que Nico y Lamine juntos) no es suficiente para pilotar todo el centro del campo. Nadie sabe dónde andan aún Kovacic y Kramaric.

Los goles llegaron antes que el fútbol. Porque a Rodrigo le costó deshacerse de tanta lapa. Y porque Pedri, en su nuevo rol más cercano a la portería juega demasiado lejos de la zona donde se soba el balón y se maceran los ataques. Hasta que llegó el primero, Croacia aprovechó esa posición tan adelantada del canario para filtrar pases entre líneas que trajeron alguna complicación. Hasta que Fabián soltó un pase como si hubiera ido a clases con De la Peña y habilitó a Morata para sonrojar a los centrales y batir a Livakovic. Su definición fue exquisita. Su celebración, medida. Otro se hubiera cobrado alguna factura con riesgo de ver amarilla o de tener que pedir asilo político en la Andorra de los streamers.

Ojos a las desconexiones

La alegría llevó a España a la desconcentración. Sólo un minuto después, Kovacic pudo empatar por una descoordinación defensiva. Algo que pasaría con Brozovic justo un minuto después del segundo gol de Fabián. Y más tarde con el penalti a Petkovic por un error garrafal previo de Unai. El 1-0 fue tan majestuoso que el equipo se quedó embobado mirando los marcadores en busca de una repetición. Pedri entretuvo al mundo en el balcón del área como sólo sabe hacer él y le entregó un pase a Fabián para que el centrocampista del PSG hiciera el resto: se lo acomodó, se lo cambió de pierna con un tacón, volvió a cambiar de idea sobre la marcha y soltó un zurdazo que hizo diana. España estaba desatada, así que con el tercero, que no el de la sentencia, el fondo cañí empezó a moverse como sólo es capaz de agitar las notas de nuestro especial reaggeton Paquito el Chocolatero.

Croacia, pese al resultado en contra, regresó del descanso con fe en equilibrar el partido y ajustar cuentas. No fue una de esas salidas de vestuarios para justificarse ante su gente. Saltaron enfadados de verdad. Y dieron más de un susto a Unai, que a esas horas ya no se sabía si era un portero o un pulpo. España captó el mensaje pronto, así que entendió que tenía que seguir a lo suyo, aunque ello supusiera silenciar a un estadio entero tomado por el adversario. Lo bueno de estar en manos de tanto joven es que a la mayoría les sobran las fuerzas, las piernas y las ganas de continuar de fiesta.

Pero como todo padre responsable, llegó el toque de queda. La victoria, ya incuestionable, y el futuro, con Italia a la vuelta de la esquina con el cuchillo entre los dientes, obligó a De la Fuente a activar la bañera de masaje para los titulares y a acudir a la despensa de los suplentes. Pedri fue el primero en recibir una ovación que ratifica su resurrección. Morata, que parece haber hecho las paces con el mundo, fue hasta coreado. Y Nico se despidió con una mirada desafiante como diciendo, lo que habéis visto no es nada comparado con lo que viene. España se marchó a la ducha, al rato de parar un penalti, dejando una sola duda en el aire entre tanta certeza: no se sabe si a partir de ahora hay que llamarle meritoria, aspirante o favorita.

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- FICHA TÉCNICA

España (3): Unai Simón; Carvajal, Le Normand, Nacho, Cucurella; Pedri (Olmo, 59'), Rodri (Zubimendi, 86'), Fabián; Lamine (Ferran, 86'), Morata (Oyarzabal, 67') y Nico Williams (Mikel Merino, 67').

Croacia (0): Livakovic; Stanisic, Sutalo, Pongracic, Gvardiol; Modric (Sucic, 64'), Brozovic, Kovacic (Pasalic, 64'); Majer, Budimir (Perisic, 55') y Kramaric (Petkovic, 71').

Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra). Tarjeta amarilla a Rodrigo (81').

Goles: 1-0 Morata (28'). 2-0 Fabián (32'). 3-0 (45') Carvajal.

Estadio: Olympiastadion (Berlín). Lleno: 75.000 espectadores.