EUROCOPA | GEORGIA - PORTUGAL

Las cuatro horas sin gol de Cristiano Ronaldo meten a Portugal en un profundo debate

Sustituido en el minuto 65, el capitán no mejoró en lo colectivo, vio una amarilla y no logró anotar por sexta Eurocopa seguida... aún.

Cristiano Ronaldo, con el balón, en uno de los momentos del encuentro ante Georgia. /GETTY
Cristiano Ronaldo, con el balón, en uno de los momentos del encuentro ante Georgia. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Gelserkirchen (Alemania).- Tres saltitos y al verde. Mano en el corazón, himno y un grito de ánimo. El ritual de Cristiano Ronaldo en cada partido no le está trayendo suerte en su sexta Eurocopa, a lomos como capitán de una Portugal que pasa líder a los octavos de final, pero que no carbura como todos imaginan. Ganó Georgia en un partido eléctrico, histórico, mientras que el astro portugués fue el reflejo de la desesperación de los de Roberto Martínez, que empezaron el partido con el pie izquierdo y su máxima estrella apenas pudo ser diferencial.

Se le sigue resistiendo a Cristiano el récord de goleador en su sexta Eurocopa, en su undécimo gran campeonato consecutivo, algo histórico. Ante Georgia, Cristiano jugó como referencia sin la asistencia de Bernardo Silva o Bruno Fernandes, y con Joâo Félix que le ocupó una parte de la zona, que lució más que el de Madeira. Lo intentó primero con un lanzamiento de falta, a su estilo, con ese golpeo de empeine que cogió portería pero que desbarató Mamardashvili a córner.

Saliendo de su zona para recibir, el delantero se desgañitaba cuando no le llegaban los balones y vio un amarilla, que le amenaza con la suspensión si la ve en octavos, mientras que justo después dispuso de una oportunidad en un lanzamiento que armó unas décimas tarde y que desbarató Gvelesiani. Tampoco logró imponerse a los centrales en los centros laterales. Cristiano asistía imponente al 2-0, mientras protestaba cualquier decisión arbitral. A Portugal se le escapaba el encuentro ante la fiesta georgiana y el jugador fui sustituido a falta de 25 minutos.

A sus 39 años y pese a jugar toda la temporada en una competición con menor competitividad como la árabe, Roberto Martínez le ha dado al portugués todos los minutos salvo estos últimos ante Goergia. Cristiano Ronaldo ha buscado el gol con ahínco en los tres encuentros, pero ni Portugal ha carburado ni el futbolista ha conseguido el objetivo, aunque ante Turquí asistió a Bruno y se convirtió, con siete, en el máximo de la historia en Eurocopas. Cuatro horas sin ver puerta en una plantilla con mucho talento, como demostró Joao Félix, el futbolista más incisivo de la primera parte. Un tiempo para abrir debates profundos en Portugal.

Una cláusula, un pacto y una fase de grupos con sombras

No tanto por la presencia del capitán, algo que se antoja intocable por sus galones, pero sí por el funcionamiento del equipo, el debate se abre. Ante la República Checa (1-2), Francisco Conceiçao rescató en el minuto 93 a los de Roberto Martínez mientras que ante Turquía, sin sus dos mejores jugadores al decidir Montella situarlos en el banquillo, el contragolpe le dio la goleada a la selección turca (3-0). Georgia, la llamada a ser la cenicienta del grupo, le ganó a una Portugal llena de suplentes por 2-0 y con opciones al contraataque de anotar alguno más.

El técnico, que necesita llegar a semifinales para que no se aplique una cláusula de su contrato en la que la federación podría prescindir de él, ha creado una atmósfera de trabajo que llevó a Portugal a no perder ningún encuentro desde su aterrizaje antes de este ante Georgia, con decisiones como la que Cristiano Ronaldo no llevara a las concentraciones a alguno de su círculo próximo. El delantero quiere seguir y llegar al Mundial de 2026, pero antes busca hacer historia en esta Eurocopa. Sus cuatro horas sin marcar y las sensaciones, no son de momento las mejores.