Una cuenta de Gmail y varias reservas en Booking explican la sorpresa de Georgia: "La gente está dispuesta a vaciar sus bolsillos"
Aficionados y periodistas suspiran por hoteles, cambian vuelos y buscan entradas para presenciar un partido que no esperaban.
Düsseldorf (Alemania). - Los periodistas georgianos están pegados a los teléfonos en la zona mixta tras el partido contra Portugal. Alternan la atención de coger a un protagonista con las llamadas y los vistazos a la pantalla. Pese al triunfo y la clara felicidad, había preocupación. ¿El motivo? Ni ellos mismos se esperaban que Georgia llegase a los octavos de final de la Eurocopa. Estos planes tan improvisados fueron el fiel reflejo de su humildad y de lo maravilloso que puede ser una sorpresa así.
Muchos aficionados se pusieron manos a la obra cuando Georgia marcaba el segundo contra Portugal. Quien no corre, vuela. "Decidieron deshacer las maletas, comprar entradas y apoyar al equipo en octavos de final. No es fácil, pero la gente se está preparando para hacer todo lo posible o imposible para apoyar al equipo en un partido tan importante. La gente está dispuesta a vaciar sus bolsillos para apoyar a su querido equipo", nos explica Salomé, una periodista georgiana a la que le gustaría estar en Colonia el próximo domingo. Su deber le lleva a Berlín.
No era la única. Otro compañero nos contaba que "estaba analizando la logística" de dónde quedarse. Velbert es la pequeña ciudad en la que se encuentra concentrada Georgia, muy cercana a Düsseldorf. El próximo partido contra España se disputa en Colonia y hay que hacer los cálculos. "De momento no tengo nada", nos dice Sebarion. Con suerte, encuentra un lugar donde tendrá lugar el partido. No sólo los periodistas, también los aficionados se hallan en esa tesitura de llamar a la puerta, buscar en Booking y pagar a cualquier precio. Como ejemplo, una familia enfundada con los colores georgianos pregunta en nuestro mismo hotel por dos habitaciones. Ha tenido suerte. Ha pagado mucho.
Al día siguiente, también hubo prisa por parte de los periodistas españoles a la hora de contactar con Georgia. Repasamos la lista de contactos de los jefes de prensa para ir allanando el camino. Y nos topamos con una cuenta de gmail. Los correos federativos suelen llevar unas siglas propias de la institución. Con Georgia todo es más fácil que eso. Incluso para acceder a sus instalaciones en un humilde complejo cuya habitación de hotel costaba 144 euros la noche.
Era su día de descanso y eso daba igual. Los fans georgianos, sobre todo niños, se plantaban delante de la puerta a gritarle a sus ídolos. Banderas, bufandas, gorros… parecía una previa. Y a nosotros nos impresionaba que hubiera gente. ¿Nos estábamos perdiendo algo? Un aficionado termina de aparcar y le abordamos. "No, solo venimos con la esperanza de que salgan", nos dice. Solo Willy Sagnol hizo medio acto de presencia, provocando los gritos de los más pequeños. Con nuestro nuevo amigo comenzamos a hablar del partido y de lo que supuso para él… en lo económico. "Aposté en el partido (frente a Portugal) como cinco o seis euros y con eso pude pagar la entrada", nos confiesa
Este es un resumen de cómo la previsión es distinta para un país que se estrena en la Eurocopa y espera marcharse a la primera de cambio. Pero se equivocaban. Y ahora, la agonía de la búsqueda por encontrar hoteles, cambiar vuelos y conseguir entradas forma parte de la experiencia. Y Georgia la está exprimiendo como nadie.