SELECCIÓN

A Vivian la lista le pilló en una pastelería: "Estaba comprándole una tarta a mi ama..."

El central del Athletic, una de las novedades de De la Fuente, atiende a Relevo: "La Euro está ahí, pero sólo pienso en el ahora".

Dani Vivian posa para Relevo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. /RELEVO / SALVADOR FENOLL
Dani Vivian posa para Relevo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. RELEVO / SALVADOR FENOLL
Alfredo Matilla
Manuel Amor
Salvador Fenoll

Alfredo Matilla, Manuel Amor y Salvador Fenoll

Dani Vivian (Vitoria-Gasteiz, 24 años) es uno de los grandes nombres propios en la concentración de la Selección, en la que se estrena sin nervios y con el propósito de mantener el mismo nivel que le ha convertido en una de las sensaciones de LaLiga. En Las Rozas le respalda parte de su cuadrilla de Lezama (Unai Simón, Sancet y Nico Williams), algún viejo conocido (Laporte) y especialmente el entrenador Luis de la Fuente, un enamorado de sus virtudes, que le ha seguido en numerosas ocasiones en directo en San Mamés. Su calidad futbolística queda patente en cada jornada con el Athletic; 20 minutos con él bastan para detectar que la humana está al mismo nivel.

Atento y espontáneo, el zaguero recibe a Relevo en la Ciudad del Fútbol después de completar su primer entrenamiento con La Roja. Es, aunque no le guste presumir de ello, un futbolista diferente: lee a Kafka (aunque La metamorfosis le aburriese soberanamente), prepara la final de Copa por las mañanas y estudia un grado en Contabilidad y Finanzas por las tardes, y no olvida los tiempos en los que no estaba de moda. Hace tres años jugaba en el Mirandés, en Segunda, y ahora debuta en una convocatoria con la Absoluta para los amistosos ante Colombia (este viernes, Londres) y Brasil (próximo martes, Bernabéu). Ha cambiado su caché, pero mantiene la naturalidad y sencillez de antaño. Sin querer poner la vista en La Cartuja ni en la pelea por los puestos Champions, Vivian habla sin tapujos y con la ilusión en los ojos del chaval que cumple un sueño. En su caso ya van unos cuantos… y los que quedan.

Ya sabemos, porque lo has explicado alguna vez, que en el vestuario del Athletic te apodan 'El teniente'. Ahora que has llegado a la Absoluta, ¿te podemos llamar ya capitán o coronel?

No, no, todavía no [risas]. La entrada en la Selección ha sido estupenda. Llevo un día aquí y ya siento que estoy aquí superintegrado. Así es este grupo; te acoge muy bien. Si desde fuera crees que puede haber distinciones, de eso nada. Todos buscamos lo mejor para todos y eso se refleja en cada comida, en cada reunión y en cada cosa que hacemos.

¿Pese a que tienes tu bagaje, uno se pone nervioso cuando salta al campo y se ve rodeado de la élite del fútbol español?

No soy de ponerme muy nervioso. Hay una concentración y un deseo de querer hacerlo bien, como todos, pero el míster ya ha hablado conmigo. Todos estamos aquí por lo que venimos haciendo, todos sabemos qué se quiere de nosotros. Hay confianza y convicción en poder ser uno mismo, y eso es lo más importante.

¿Qué es lo primero que te ha transmitido De la Fuente?

Que tenga total confianza, que haga lo que se le pide a un central de la Selección y que sea yo mismo.

¿Quién fue el primero que te habló de las opciones de venir a la Absoluta, cómo te enteraste de la oficialidad y a quién se lo comunicaste en primer lugar?

No hay una persona como tal que me lo empezase a decir. Es algo que se va comentando y los propios compañeros de equipo son los primeros que te lo dicen. Lo de cómo me enteré es una anécdota bonita.

Cuenta, cuenta...

Era el cumpleaños de mi madre y mi padre y yo estábamos yendo a cogerle una tarta para que soplara las velas. Pensé que la convocatoria iba a salir a las 12:30, porque así lo anunciaron, pero se publicó una hora antes. Me empezaron a llegar un montón de mensajes al móvil, ya habíamos parado y le dije a mi padre: 'A ver, que no paran de mandarme WhatsApps'. Ahí ya lo vi: '¡Enhorabuena, Dani!', '¡Enhorabuena, Vivi!'. Buah… Sentí una emoción tremenda y nos abrazamos los dos. La primera a la que se lo comuniqué fue a mi ama. Ya me dijo: 'Hijo, no podías haberme dado un mejor regalo'.

Vivian, sobre el momento en el que se enteró de la llamada de la Selección. RELEVO / SALVADOR FENOLL

Hace sólo tres años estabas jugando en el Mirandés, en Segunda, después de superar varios problemas de espalda que te habían lastrado. ¿Qué hubieras pensado en ese momento si te dicen que vas a llegar a la Selección?

Aquel año en Miranda fue de muchísimo crecimiento. Chema Aragón [director deportivo esa temporada, ahora en paro] me tiene un cariño de la leche. Él ya me veía en la Sub-21, en la Absoluta… Esa cesión me hizo mejor para volver al Athletic de la manera en que lo hice. Siempre me he preparado para llegar en las mejores condiciones a los siguientes retos.

¿Quiénes han sido las personas que más han marcado tu crecimiento?

Mi padre y mi familia siempre han estado muy cerca de mí, apoyándome en todo, tanto para corregirme como para darme confianza. Los entrenadores que he tenido en el Athletic, antes Marcelino y ahora Ernesto Valverde, también han influido mucho. No he podido tener dos técnicos mejores que ellos, tanto para mi desarrollo como para el sentimiento que tengo dentro y fuera del campo. Los que más me han marcado, quizá, son todos los compañeros que he tenido. El Athletic es un club especial. Igual lo decimos mucho, pero por mucho que se diga no deja de serlo. Me han hecho ver mis virtudes, analizar mis errores y corregirlos.

¿Ahora mismo te ves como uno de los convocados que están en el alambre para ir a la Eurocopa o confías plenamente en que si estás aquí tienes las mismas opciones que el resto?

Sé que la Eurocopa está ahí, pero yo estoy centrado en esta convocatoria: en el entrenamiento que hicimos el martes, en los que tenemos por delante, en los partidos contra Colombia y Brasil… No miro nada más.

Sabes que la polivalencia es importante dentro de una selección y que te hace ganar puntos. ¿No crees que pones poco en valor, y que deberías decirlo más, que tú has sido mediocentro además de central?

Quizá sí… Ahora Ernesto también confía en mí para poder jugar de lateral. Un futbolista tiene que entender el juego y cada puesto, aunque no sea el que más practique. Yo soy central, pero debes saber actuar en distintas posiciones.

"He sido mediocentro y Valverde confía en mí de lateral; un futbolista tiene que entender cada puesto"

Dani Vivian Jugador del Athletic y la Selección

Si te pusieran de mediocentro por una urgencia… no se te ha olvidado el oficio, supongo.

Imagino que no… Pero de central me siento mucho más cómodo [risas].

Vayámonos a la temporada con el Athletic. Estáis en puestos Champions, en la final de Copa… ¿Qué ha tocado Valverde respecto al año pasado para construir este superequipo?

En temporadas anteriores nos había faltado ese punto. En las dos últimas nos quedamos en semifinales de Copa, que no en primera ronda. Ya estuvimos a un paso de estar donde estamos ahora. ¿Qué ha tocado Ernesto? Creo que somos un equipo muy reconocible. Nuestra presión en campo rival, tomamos riesgos pero los asumimos porque sabemos el potencial que tenemos si robamos arriba, defendemos muy bien el área cuando hay que replegar, somos muy solidarios… Tenemos esa chispa, ese nivel físico y mental para poder conseguir lo que estamos consiguiendo. Y de ahí no queremos bajar ni un punto.

Genera curiosidad el ambiente que tenéis en el vestuario. ¿Nos podrías dibujar qué te encuentras un día normal cuando abres la puerta de Lezama?

Hay muy buen rollo, pero dentro de una disciplina. Esa es la virtud. No hay ningún pasota, nadie que entorpezca hacia donde quiere ir el grupo. Se respeta el trabajo y se quieren conseguir los objetivos.

¿Cómo se vive el hecho de que te hayan convocado a ti y que no lo hayan hecho por ejemplo con Paredes, que está a un nivel similar que tú en el Athletic? ¿Qué te ha dicho él?

Con naturalidad. No lo hemos hablado. Él me ha felicitado en cuanto lo supo y yo hubiese hecho lo mismo. Somos ambiciosos individualmente, creo que hay que serlo en beneficio del grupo, pero dentro de ese aspecto tenemos el deseo de que al otro le vaya bien. Pensamos en que si a mí me va bien, a él le va bien, y viceversa. Lo vivimos con alegría y con ganas de que el que estuviese, lo disfrutase.

Vivian, sobre la temporada del Athletic y su relación con Paredes. RELEVO / SALVADOR FENOLL

Supongo que esta llamada de De la Fuente hará que por unos días no pienses en la final de Copa... ¿Cuántas entradas has pedido ya para la final de Sevilla?

Lo dije hace tiempo: lo mejor para llegar a los partidos es pensar en el día a día. Lo estamos haciendo, el club está consiguiendo los resultados que queremos. Ahora estoy totalmente centrado en esta convocatoria y no miro más allá. Las entradas están repartidas [sonríe]. Quiere ir toda mi cuadrilla. Yo ya les he dicho: 'Mira, organizaros vosotros con mis padres y a mí no me digáis nada'. Que lo hagan y que no me líen a otras cosas.

¿Lo haces así para concentrarte?

Claro. Irán mis padres, y muchos familiares y amigos. Ojalá puedan acudir cuantos más mejor.

Por si no lo sabes, la Federación se queda un buen paquete de entradas para vender. Te lo digo por si estos días arañas alguna más...

[Carcajada]. Bueno es saberlo...

Y cuidado si no te las dan... Nos han dicho que fuiste un judoca de mucho nivel en su momento. ¿Tuviste que elegir entre las artes marciales y el fútbol?

El judo es un deporte individual, pero te ayuda también en lo colectivo, aunque pueda parecer que no. A los 16 me fui a Bilbao y ahí ya no me daba el tiempo. Tuve que escoger, pero siempre he tenido el fútbol como la prioridad.

Has hecho muchos sobreesfuerzos para seguir estudiando. En Bachillerato, por ejemplo, salías de casa a las 07:30 y volvías a las 22:00. ¿Cómo compatibilizas ahora la carrera en Contabilidad y Finanzas con el fútbol? ¿Cuánto te queda para terminarla?

Estoy haciendo un grado con la Universidad de Deusto, todavía me falta un añito. Lo curso a distancia y tengo muchas facilidades con el horario. Estos últimos meses en los que hemos jugado cada tres días… ya no es tanto el tiempo como las ganas de ponerse. No hay exámenes, sino ciclos teóricos.

"No estudio Contabilidad por vocación, sino por seguir formándome. La carrera me ayuda a concentrarme mejor"

Dani Vivian Jugador del Athletic y la Selección

¿Siempre te llamó esa rama?

No [risas], pero terminé el Bachillerato y empecé un grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE). Lo tuve que dejar porque empecé a entrenarme por las mañanas. Miré y encontré esto de tarde. Lo hago por seguir formándome y por ampliar mi formación, no por ninguna vocación.

¿Notas a veces que eres un 'rara avis' en el vestuario?

No, no. Igual se tiene otro concepto, pero hay mucha gente de Primera que se sigue formando. No tiene por qué ser una carrera. Creo que cada vez hay más cultura de continuar estudiando.

Vivian, sus estudios y su pasión por la lectura. RELEVO / SALVADOR FENOLL

Dicen que lees hasta a Kafka. ¿Eso es postureo o es que de verdad eres un intelectual?

Leí La metamorfosis, pero no me gustó. ¡Es un agobio de libro, un agobio! Lo pasé mal. Pero me gusta leer, sí. La carrera me ayuda a concentrarme mejor. Tengo ventajas: mi hermano es filólogo y dentro del Athletic tenemos la Fundación del club, con el escritor Galder Reguera como Responsable de Proyecto. Me ayuda mucho con qué leer y qué no. Me lo ponen fácil para hacer una lectura tranquila y disfrutarla.

Recomiéndanos uno de los últimos libros que hayas leído últimamente y dinos cuáles te llevarías a la Eurocopa.

Ahora estoy leyendo 1984, de George Orwell.

Aseguran los que te conocen bien que tu carácter, y tu afabilidad, no son propios de un jugador profesional. ¿Puedes prometer que no vas a cambiar?

Eso lo puedes tener por seguro.

Nosotros encantados. Te vigilaremos. Suerte y nos vemos en Alemania.

Ojalá sea así. Gracias a vosotros.