Los días en los que De la Fuente se paseaba por Mallorca junto a Clemente, Unzué y Zamorano
El seleccionador regresa con La Roja a una isla donde brilló como jugador con el Athletic y el Sevilla. Disputó cuatro partidos en Palma, todos en el Luis Sitjar, y ganó uno y empató tres.

Palma.- Luis de la Fuente (Haro, La Rioja, 1961) ha regresado a Mallorca con una sonrisa en la boca. Y no sólo porque esté radiante al frente de la Selección, sino porque vuelve a rendir visita a una isla de la que guarda un grato recuerdo como futbolista. En ella disfrutó del fútbol en las filas del Athletic y el Sevilla sin perder ni un solo partido en sus cuatro visitas en Primera. Hoy, mientras digiere el engorro de tener que descartar a Cubarsí, Aleix y Llorente y materializa el objetivo prioritario de engrasar la máquina de La Roja antes de enfilar la Eurocopa de Alemania, recordará que esta tierra no sólo es dulce por las ensaimadas.
Los más jóvenes saben del seleccionador, sobre todo, por la década triunfal que lleva trabajando en la Real Federación Española de Fútbol, con una Nations League (2023) en su vitrina, además del campeonato de Europa con la Sub-21 (2019), el logrado con la Sub-19 (2015), la plata olímpica en Tokio 2020 y el oro en los Juegos del Mediterráneo de 2018. Sin embargo, pocos se acuerdan de que disputó 240 encuentros en la máxima categoría (seis goles) y que ganó dos Ligas, una Copa y una Supercopa de España. Para eso están los mayores, para recordar que el riojano, lateral izquierdo de buen pie, hizo carrera en el Athletic, brilló en su paso por el Sevilla y acabó retirándose en el Alavés en 1994.
La primera vez que De la Fuente jugó en Mallorca en la élite, en el campo antiguo, fue con el Athletic en la temporada 1983-84, con empate a cero. Ese día, en el que compartió alineación con hombres como Zubizarreta, Patxi Salinas -con el que hizo pareja en centro de la defensa esa tarde-, Argote o Endika, disputó los 90 minutos. Era un jugador muy importante en el esquema de Javier Clemente, con el que acabó liderando la clasificación en un hito mayúsculo para el club y con el que empezó a animarse a querer ser entrenador.
Después, el ahora seleccionador, no regresó a Palma hasta la temporada 1986-87. En las campañas anteriores se había ausentado al dar la casualidad de que estaba lesionado o porque el Mallorca estaba momentáneamente en Segunda en esa vida más propia de un ascensor. Aquella jornada del reencuentro el Athletic empató (1-1) y disputó 67 minutos. Compartió zaga con Andrinua en un Athletic donde brillaba con luz propia Sarabia (que fue el goleador) y que era dirigido por una leyenda: el Txopo Iribar. A De la Fuente le tocó bailar con la más fea en ese encuentro: el mítico Paquete Higuera.
De blanco y rojiblanco
De la Fuente se marchó cedido al Sevilla en 1987 y tardó varias temporadas en volver a enfrentarse al Mallorca a domicilio. Fue en la campaña 1990-91, y rascó otro empate en un encuentro en el que disputó otra vez los 90 minutos a las órdenes de Vicente Cantatore y con un equipo de lujo liderado en defensa por Diego y con un tridente que hacía estragos: Carvajal, Polster y Zamorano. Esa noche logró frenar nada más y nada menos que a Claudio Barragán y a Álvaro Cervera, y vio cómo Juan Carlos Unzué volvía a hacer de las suyas en la portería sevillista.
🗣️ Juan Carlos Unzué nos ha regalado un momento que JAMÁS OLVIDAREMOS.
— Selección Española Masculina de Fútbol (@SEFutbol) June 2, 2024
Cada palabra de estos 222 segundos es... es que tenéis que verlo.
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Con Unzué fraguó una amistad que perdura en nuestros días. Por eso, la semana pasada el exguardameta dio una charla emocionante a la Selección en las entrañas de la Ciudad del Fútbol. Y en esos años en el sur es donde comenzó a forjar su verdadero estilo y ojo con la cantera. Tras dirigir al Portugalete (1997-2000) y Aurrera (2000), le llegó la oportunidad de entrenar en la cantera hispalense. Y lo bordó. Dirigió, además, a su juvenil División de Honor (Sub-18 en aquellos momentos) durante otros cuatro años en los que dio salida a una de las mejores camadas, desde Sergio Ramos a su admirado Antonio Puerta. Ama tanto Sevilla que, cada vez que se lo permiten sus obligaciones, hace una visita a la ciudad, donde, además de numerosos amigos, tiene una vivienda en propiedad en la zona de Viapol.
Sin embargo, no fue hasta en su última aparición en Mallorca con la camiseta del Athletic cuando De la Fuente salió del Luis Sitjar con los tres puntos. Es de los pocos equipos con el que nunca ha perdido en su carrera deportiva, pero no es lo mismo empatar que vencer. Pese a ser suplente aquel 3 de noviembre de 1991, hizo una gran actuación sustituyendo a Mendiguren para conservar la renta que habían conseguido antes del descanso sus compañeros y amigos Larrazabal y el Cuco Ziganda. En ese equipo mágico De la Fuente compartió vestuario con Ernesto Valverde y estaba a las órdenes de otro entrenador que acabó siendo seleccionador como él, Iñaki Sáez. Normal que se dedique ahora a lo que se dedica.