El ejemplo de esta Eurocopa rompe con los inventos y enorgullece a UEFA: "Ha sido el regreso"
Ceferin ha reconocido su especial encanto con el torneo, tras recuperar una única sede y facilitar el desplazamiento de las aficiones.
![La afición española, en el estadio de la semifinal./EP](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/12/media/cortadas/spain-ep-Rh3Ipol4bV22weaq7FXmx0I-1200x648@Relevo.jpg)
Esta Eurocopa ha roto con los prejuicios de los últimos tiempos y se ha comportado como un edificante ejemplo para los amantes del deporte. Cómo aficiones de decenas de países, salvo lamentables ejemplos, se han hermanado en las plazas de las ciudades como si fueran una sola, entre los instrumentos, la cerveza y la ilusión por tocar la cima del continente en este próximo 14 de julio. Solo Inglaterra y España optan al triunfo, aunque realmente todos hemos triunfado.
Echar la vista atrás es la mejor forma de comprobarlo. En la edición de 2021, el COVID certificó once sedes diferentes, entre las que estaba La Cartuja, Wembley, el Allianz Arena o el Olímpico de Roma. Fue una solución improvisada para preservar la seguridad de todos, si bien dejó una marca imborrable de la Eurocopa que la gente realmente no pudo disfrutar.
En Francia, en 2016, sí se disfrutó de la otra cara del fútbol, más allá del balón, pero de eso ya han pasado ocho años. En la Copa del Mundo también se cobraron facturas. Catar dificultó el desplazamiento de las aficiones y los precios y las estrictas normativas del país evidenciaron que el deporte de la gente era otra cosa. En 2026 también resultará complejo por la multisede: Canadá, Estados Unidos y México albergarán a las selecciones.
Queda por ver si el futuro se acerca peligrosamente al baile de sedes y el esfuerzo titánico de aquellos que quieran viajar para alentar a su país o un torneo de esta magnitud se consolida en el tiempo. Hasta entonces, Aleksander Ceferin, presidente de UEFA, no puede evitar sentirse orgulloso de lo que ha ocurrido en Alemania. Un ejemplo que demuestra que lo clásico funciona cuando el público tiene prioridad sobre la ambición económica.
"No quiero gafarlo, pero ha sido un torneo increíble con grandes aficionados y grandes sedes", reflexiona Ceferin en una entrevista en 'The Times' en la previa de la final entre Inglaterra y España. "El fútbol es una de las pocas cosas que pueden inspirar a la gente y hacernos sentir patrióticos de nuevo. Se me puso la piel de gallina cuando sonaron otros himnos nacionales, no solo el de Eslovenia", continúa.
Y cierra, sin evitar comparar lo ocurrido con la pasada Eurocopa, la de las once sedes, la que la gente apenas pudo disfrutar: "Fue el regreso a un torneo después del COVID con aficionados viajando por todo el país, disfrutando del fútbol y casi siempre siendo muy amigables entre sí".
Su ferviente defensa a Southgate
Resulta hasta sorprendente que un presidente de UEFA se haya pronunciado de una forma tan tajante sobre un protagonista con la final a la vuelta de la esquina. Pero sí. Aleksander Ceferin ha sacado las garras en defensa del seleccionador inglés, al que considera que no han tratado justamente. "Para mí es casi vergonzoso que el entrenador más exitoso que ha tenido Inglaterra haya tenido que soportar un trato así después de partidos que, aunque no fueron perfectos, no perdieron", considera.
Incluso se va encendiendo, en su entrevista en 'The Times', como si fuera un asunto personal: "Lo ridiculizaron y lo insultaron. Espero que algunos medios de comunicación se disculpen, aunque no lo espero. Este es un trabajo en el que te ridiculizan y tu capacidad profesional se cuestiona más allá de lo creíble, y tampoco creo que sea normal que te arrojen cerveza".
Puede parecer que Ceferin portará la bufanda inglesa en la gran final, aunque también se deshizo en elogios con el papel de España: "Debería ser una gran final. En mi opinión, la Selección española ha jugado el mejor fútbol del torneo, y no solo los jugadores jóvenes. Rodri y Fabián Ruiz han estado increíbles". Desde luego, lo será. Un partido para la posteridad, como una Eurocopa en la que, dejando inventos a un lado, se ha regresado a ese fútbol de bufanda y más cercano a la esencia que nunca.