La encerrona de Alemania a España en Stuttgart: un jugador de más, 15 minutos de alto riesgo... y peligro en el caos
"Veo al equipo con mucho carácter", deslizó Nagelsmann, que ha llevado a su selección a cuartos con un juego "estable".
Dortmund (Alemania).- La Eurocopa se tomó una tregua en la noche del domingo y no deparó más sorpresas por mucho que Eslovaquia llevara a Inglaterra a la prórroga con un tanto de Bellinghan en el 94' y Georgia se adelantara ante España como hizo con Portugal en la última jornada de la fase de grupos. Pero las favoritas pasaron de ronda y la Selección se medirá a Alemania el próximo viernes en los cuartos de final (21:00). Un rival que contará, como ocurrió ante Dinamarca, con un número entre ocho y nueve veces mayor de aficionados en las gradas, por lo que creará una atmósfera única que les ayudará en momentos de dudas, que en estos partidos hay muchas, por cierto. Las tuvo Alemania y condenaron a una Dinamarca aseada que fue de menos a más y que acabó marcando el 0-1... que no subió al marcador por centímetros.
Alemania es un hueso duro de roer y el partido es una encerrona para España. El equipo de Nagelsmann también tiene sus fisuras, como se vio sobre el césped del BVB Stadion de Dortmund, en medio de una tormenta eléctrica que influyó en el devenir del encuentro. Como resumen antes del desarrollo, Alemania te avasalla en los primeros 15 minutos para luego ser más peligrosa en el caos, especialmente en esa segunda parte de idas y venidas en las que sabe detectar los espacios y tiene jugadores rápidos para ser verticales; pero, por otro lado, también contempla distracciones en defensa y no es impenetrable. Con poco, Dinamarca le hizo mucho. Pero si Georgia con dos jugadores descolgados le creó problemas a España, Alemania va con tanques.
La primera Alemania, la de los 15 minutos iniciales, no tiene medida. "Los primeros 20 minutos fueron los mejores del torneo, pero no conseguimos marcar", explicó Naglesmann. En ese tramo, la Manchstaff quiere marcar primero. "Tomamos muchos riesgos, con los centrales en campo contrario", dijo el técnico. Juega a pecho descubierto, con una presión asfixiante en campo contrario que le permite ahogar al rival. Ante Dinamarca, en apenas diez minutos, crearon cinco córners, marcaron un tanto que fue anulado por falta y Schmeichel llegó a hacer hasta cuatro paradas de mérito. Dinamarca, que demostró durante el partido una buena disposición con el balón, no fue capaz de desprenderse de esta tormenta metafórica.
El «carácter» de una Alemania que encuentra el orden en el desorden
El equipo de Naglesmann es capaz, por el perfil de sus jugadores, de mantener ese ritmo y de adaptarse a cualquier tipo de partido, ya sea dominando con posesiones pausadas o saliendo al contraataque, donde se mostró más peligroso. Con jugadores con buen pase como Kroos o Gündogan, Havertz, Musiala o Wirtz corren a la espaldas y aprovechan los descuidos, como ocurrió en el segundo tiempo cuando el partido se desordenó y se volvió caótico. Hasta cinco situaciones de gol crearon para poder ampliar todavía más la diferencia. "En la segunda parte estuvimos más estables", comentó Nagelsmann, curiosamente cuando más abierto estuvo el encuentro. "Noté que el equipo tiene buen carácter. En las adversidades, nos unimos", advirtió.
Y, en parte, fue gracias a ese jugador número 12 que se nota aunque el Stuttgart Arena no sea idéntico al BVB Stadion Dortmund, donde todo resuena más y la atmósfera es magnética. Desde antes del encuentro, con el recibimiento al autocar, con el calentamiento del saxofonista o con la presión a los colegiados como se pudo comprobar en decisiones de VAR en un encuentro con hasta tres acciones revisables y determinantes. "La gente empezó a gritar y a empujar en la acción de la mano, fue impresionante también", dijo el entrenador. En Dortmund, había alrededor de 8.000 daneses por más de 50.000 alemanes, y ya desde el momento del himno se hizo notar la diferencia.
Stuttgart es un estadio emblemático para Alemania. No tiene la magia de Dortmund ni el simbolismo de Berlín, tampoco está en la cuna actual del mejor fútbol que es Munich, pero allí se disputaron momentos únicos en la historia como el primer encuentro después de la II Guerra Mundial o tras la caída del Muro de Berlín.
Alemania fue inteligente ante el planteo de bloque medio-alto de Dinamarca: considerando que Schmeichel no salía del área a cortar, buscaron un juego casi directo a espalda de la última línea defensiva. De allí los dos goles y algunas chances más. pic.twitter.com/DqTa7gh3Pt
— rob aboian (@robaboian_) June 29, 2024
La oportunidad de España de hurgar en las debilidades de la anfitriona
Pero la encerrona alemana también tiene fisuras, no es infalible, como dio buena cuenta de ello Suiza (1-1 en la fase de grupos) o la propia Dinamarca, que achacó su derrota al gol que anotó Andersen pero que por, apenas unos centímetros, fue anulado tras la intervención del VAR. "Nos faltó control, hay que limitar los espacios", explicó Nagelsmann, quien tildó a Rüdiger de "monstruo" y habló de su importancia al ganar todos los duelos. Pese a ello, Dinamarca contó con oportunidades especialmente en acciones en las que encontró a Eriksen, y activó a sus puntos; incluso a balón parado.
En ese aspecto le llegan las mejores noticias a una España que ha visto en esta Eurocopa como ha marcado de distintas formas, ya sea desde fuera del área como de centros laterales, al contraataque con la velocidad de Nico Williams y con los centros cirujanos de Lamine Yamal. Nagelsmann no se quiso mojar. Y ha metido presión a su manera, quizás con honestidad, pero elogiando en dos ocasiones a Georgia, con su "cada partido juega mejor" y "Georgia lo tendrá muy difícil... también España". El viernes, en Stuttgart, todo será diferente. España quiere escapar de la encerrona alemana... y tiene muchos argumentos.