La España de los 'Star Brothers' atrae a la prensa de todo el mundo, a Alemania y a ¡los espías!
Se nota que llegan los cuartos de final: cada vez aparecen más periodistas en la concentración, el rival no deja de hablar del efecto Nico-Lamine y hay prismáticos en las sesiones a puerta cerrada...
Aasen (Alemania).- Al final, por muchas medidas de seguridad que se quieran implantar, es imposible ponerle puertas al campo... y a la Selva Negra. La concentración de la Selección ha sufrido un notable aumento de afluencia de periodistas estos días y hasta de espías. Si en las primeras jornadas de entrenamientos era habitual ver a algunos habitantes de Aasen y Donaueschingen subidos en los árboles para poder ver qué pasaba en los entrenamientos de la Selección, ayer Relevo pudo comprobar -de camino a la ciudad deportiva- cómo había más de un espía viendo la sesión con prismáticos incluidos para percibir todos los detalles.
El hecho de que la Federación sólo haya permitido una jornada íntegra de puertas abiertas y que reduzca al mínimo la exposición de los internacionales, hace que los curiosos se las ingenien para poder ver de cerca a sus ídolos. España deja todos los días que la prensa vea los primeros 15 minutos del entrenamiento, los que se suelen dedicar a los rondos de calentamiento y que también se pueden presenciar en los medios oficiales de la RFEF. Pero después, todo se desarrolla en la más absoluta intimidad. Y, además, una vez a la semana De la Fuente realiza la sesión íntegra a puerta cerrada, como ayer. Y eso activa el ingenio de los lugareños mientras los periodistas, más respetuosos, esperan en la sala de prensa.
Menos mal que Luis de la Fuente no es de los que dan pistas sobre sus estrategias a plasmar en los partidos, ni es de los técnicos que trabaja de manera íntegra con un once o destaca como uno de los profesionales que comparte con la plantilla sus planes durante la semana. Hasta la charla previa al encuentro nadie conoce el equipo titular. Aun así, alguno ayer, medio broma medio en serio, aseguraba que estos miembros de la picaresca alemana que estaban atrincherados en mitad del monte podrían ser enviados especiales del seleccionador alemán Nagelsmann para ver cómo anda Laporte, si los cuatro que descansaron el martes (el central, más Fabián, Nico y Lamine) estaban a tope y comprobar si juega Olmo o Pedri. En Alemania hay mucha preocupación con estos cuartos y dan ligeramente favorita a la Selección pese a que Stuttgart será una olla a presión a favor de la Mannschaft.
El juego de espías, a fin de cuentas, no es tan raro en el mundo del deporte. La vigilancia al rival ha existido siempre. Pero es la innovación la que se ha impuesto ahora con el cerrojo a unos entrenamientos que en el siglo pasado casi no existían. Ejemplos hay muchos. Y quizás el más gracioso y fino fue el que llevó a cabo, según varios testigos, Juan Carlos Garrido cuando dirigía al Villarreal. Él fue uno de los grandes defensores del trabajo sin cotillas, así que en la ciudad deportiva del Submarino comenzó a levantar muros, alejar a la prensa y reducir a cero el riesgo de que alguien tomase nota de sus planes. Algunas veces tenía la sensación de que se producían fugas. Hasta que en una eliminatoria de Champions el Nápoles pidió entrenarse en Castellón, en el estadio de Castalia, y aprovechó para devolverle la moneda a algunos pícaros. Garrido se enteró de que su rival iba a trabajar allí días antes de su enfrentamiento y obligó al club a pedir permiso (puede ser que previo pago) para que algún empleado grabase sus estrategias desde una vivienda cercana en lo alto.
También es conocida la historia protagonizada por Luca De Pra, entrenador de porteros del Génova, que decidió vestirse a lo comando militar y, bajo un árbol, para espiar a su gran rival, la Sampdoria. "Estaba escondido bajo un árbol a lo Rambo", así lo describió la Samp en un comunicado de prensa. El Génova tuvo que disculparse públicamente antes de sancionarle: "Ningún director o miembro del personal de entrenadores envió a Luca De Pra a observar una sesión en Bogliasco. Se trató de una iniciativa personal". Y tampoco se puede olvidar el caso de Edin Terzic, el ojeador que se disfrazó de agente de seguridad para espiar al Real Madrid cuando era ayudante de Klopp antes de triunfar como primer espada en el Dortmund. Quiso ver un entrenamiento para conocer los lanzamientos de penaltis en aquel famoso 4-1 en el que Lewandowski acribilló a Casillas. Las enseñanzas de los primeros espías Bilardo, Griguol y Bielsa han tenido varios fieles y herederos.
Una Selección de moda
Pero más allá de las anécdotas, queda la realidad. España se ha convertido en todo un fenómeno pop de esta Eurocopa. Basta con ver el ambiente especial que se respiraba ayer en el centro de prensa para comprobarlo. Ya no sólo estaban presentes en él los 70 periodistas españoles acreditados que siguen la actualidad de la Roja desde hace casi un mes. O los presentadores más conocidos de los programas radiofónicos de la noche. Se incorporaron al lugar de entrenamiento en mitad de la nada compañeros brasileños, italianos, ingleses y por supuesto alemanes, con el Bild a la cabeza, muy pendientes de todas las novedades alrededor de España. "Cómo juegan" y "qué futuro" eran las frases más repetidas aunque se pronunciaran en distintas lenguas.
El tema de conversación más común, cómo no, volvió a girar en torno a las figuras de Nico Williams y Lamine Yamal, que andaban por allí dando entrevistas individualizadas a varios periódicos y radios con una perenne sonrisa en la boca sin que, de momento, les importe nada, como le suele suceder a los grandes cracks mundiales. La mayoría de preguntas de la prensa a los protagonistas con los que se cruzan, ya sean los que comparecen en rueda de prensa (esta vez Joselu) o los que tienen frente a frente durante 12 minutos para hacer algo especial, tiene un nexo común: saber cómo están los "Star Brothers", como algunos plumillas ya bautizan a la pareja de extremos por su tremenda irrupción en la élite.
De hecho, el mismísimo Toni Kroos habló de ellos ayer al ser preguntado y hacerle ver que él debutó en 2007, justo cuando nació Lamine Yamal. "Lo dices y no me siento joven, gracias", bromeó el alemán. Y añadió: "Hace mucho tiempo desde 2007. Lamine ya lleva un año jugando para el Barcelona y es increíble la consistencia que ofrece. He jugado contra él varias veces y es impresionante, siempre una amenaza. Me quito el sombrero. España posee dos alas excelentes, Nico y Lamine. Todo el equipo tiene que ayudar a defenderles".
Dani Olmo, por su parte, fue tajante en conversación con Relevo sobre el hecho de que Nico y Lamine estén acaparando todos los focos en esta Eurocopa pese a que en la plantilla hay campeones de Europa o jugadores consagrados en sus posiciones: "¿Celos? Qué va, qué va. Mientras en el campo sigan haciendo lo que están haciendo... Sólo puedo aconsejarles que disfruten. La relación tan buena que hay fuera del campo acaba sumando dentro".
Hoy, última sesión de España (con sólo un cuarto de hora abierto) antes de jugarse los cuartos ante Alemania. Veremos si más espías infiltrados dan con la solución de la única duda que hay en estos momentos en la mediapunta. El resto, con los Star Brothers a la cabeza y los de siempre, ya los conoce toda Europa.