Fue más fácil convencer a Lamine que a su padre: "Tranquilos, quiero ganar esta Eurocopa y eso sólo puedo hacerlo con España"
Luque fue clave para que la estrella de la Selección jugara con España ante la presión de Marruecos a la familia. Le persuadieron en Barcelona en agosto de 2023 tras un pacto con la madre.

Donaueschingen (Alemania).- Justo antes de arrancar esta Eurocopa se habló mucho -y se criticó a la Federación por ello- de la decisión de Brahim Díaz de no jugar con España y alistarse con Marruecos. Hoy, sólo unos meses después, de lo que realmente se habla en el planeta fútbol es del fenómeno Lamine Yamal. Una estrella de 16 años que pudo recorrer el mismo camino que el madridista, o el de aprovechar incluso su otra nacionalidad ecuatoguineana, y que ahora asombra al mundo entero con la camiseta de la Roja.
Dicen que en el fútbol los partidos se juegan mucho antes de que el balón empiece a rodar. Y en el caso de Lamine no puede ser más acertada esa sentencia. Para que anoche pudiera tumbar a Georgia en octavos y amenazar ya a Alemania en cuartos hubo que picar mucha piedra antes. Hace menos de un año la joya del Barça tenía una propuesta irrechazable de Marruecos para jugar con su selección, pero en la RFEF actuaron a tiempo para reconducir una situación que se estaba complicando demasiado debido a las presiones.
La federación marroquí anduvo lista y rápida y se reunió con el futbolista y su padre, Mounir Nasroui, en diversas ocasiones para cerrar el trato. Los dirigentes de la RFEF tenían muy buena sintonía con Lamine. Lo habían convocado varias veces en 2021 y 2022 para defender a la Sub-15 y a la Sub-16, y sabían por su propia boca que el chaval estaba encantado. Fue su familia, y en concreto su padre, los que más dudas tenían porque las propuestas marroquíes le daban tratamiento de crack. Mientras el extremo no daba ni una muestra de dudas, seguro de que la dirección deportiva le prometió que "lo cuidarían", el patriarca daba largas.

En ese impás en el que debían tomar una decisión, el seleccionador de Marruecos, Walid Regragui, intentó adelantar a la Federación por la derecha y un buen día, a inicios de 2023, se presentó en Barcelona para entrevistarse con Lamine y su padre. Sin embargo, Albert Luque, director de la Selección que sustituyó a Molina en esas mismas fechas y que el pasado mes de mayo fue despedido, ya había hablado con ellos para acordar una quedada. Lamine escuchó con educación y atención los planes de Marruecos para él, pero contestó a la RFEF con un mensaje muy rotundo como reconocen varias fuentes conocedoras de aquellas negociaciones: "Albert, estad tranquilos, quiero ganar la próxima Eurocopa y eso sólo puedo hacerlo con España". La aclaración tranquilizó a todos.
Más dudas
Sin embargo, fueron apareciendo por el camino más detalles que había que tener muy en cuenta para no meter la pata. La madre de Lamine, Sheila Ebana, andaba preocupada por las prisas que tenía todo el mundo alrededor de su pequeño así que pidió, mejor dicho exigió, que lo cuidaran por encima de todas cosas o no iría a ninguna parte. Es más, según ha podido saber Relevo, llegó a plantear que se cerrara el acuerdo para que Yamal jugara con España pero que a medio plazo, que todavía era demasiado joven para ir con la Absoluta y que igual no era bueno quemar etapas tan rápido. Desde la RFEF le tranquilizaron y le aseguraron que le mimarían (como han hecho ahora sacándole de la lista de los Juegos para no quemarle), pero también le hicieron saber que el chico estaba ya para la élite, que era una debilidad del seleccionador y que iba a ser muy importante en el equipo. Que su inminente convocatoria no sería algo protocolario y evitar fuga de talento.

Y así fue. La última semana de agosto de 2023, Albert Luque se presentó en Barcelona para atar todos los flecos. Sellaron el trato con un buen abrazo. La gran noticia llegó justo la semana antes de su debut a las órdenes de Luis de la Fuente. Si el 1 de septiembre su nombre resonó con fuerza en el anuncio de la convocatoria, más estruendo causó su aparición en Tiflis el 8 de septiembre de 2023 precisamente ante Georgia. En aquel famoso 1-7, con sólo 16 años, un mes y 26 días, disputó el segundo tiempo completo (sustituyó a Dani Olmo) y, además, fue el encargado de cerrar la goleada.
Para que llegara ese momento también hubo otros personajes en la historia importante. Xavi, entre ellos. El exentrenador del Barcelona le explicó a Lamine, cuando las dudas sobrevolaban en su casa, lo que era la Selección, la importancia que iba a tener en su carrera y la de oportunidades que le iba a portar jugar a ese nivel para revalorizarse y poder ganar títulos en el futuro a nivel colectivo e individual. Francis Hernández, responsable de las categorías inferiores de la Selección, también estuvo siempre al quite, muy pendiente de su evolución desde que estaba en Las Rozas a las órdenes de David Gordo primero y más tarde de Julen Guerrero y Santi Denia. Lamine le está muy agradecido.
El trabajo realizado en los despachos no siempre se ve. Y esta Selección le debe mucho a esa lucha. Hasta cuatro de los pilares de su once de gala se cincelaron en la sombra. En pocos años, la RFEF ha logrado, entre otras, la nacionalización de Laporte y la de Le Normand para la Absoluta, persuadió a Lamine e hizo lo propio con otra estrella a la que estos días le llueven los elogios: Nico Williams. El extremo del Athletic también podría haberse decantado por defender estos colores por la ascendencia de su familia -como hizo finalmente su hermano Iñaki, que jugó con Ghana. y que, con mucho trabajo detrás, le dieron cariño en Las Rozas hasta verlo reinar en Alemania.