OPINIÓN

Cuando Casillas hizo estas fotos hace más de 10 años no sabía (o quizás sí) el valor que iban a tener

Morata, Carvajal y Nacho, campeones de Europa sub-21 en Israel (primera imagen); Morata y Nacho, canteranos del Real Madrid./Instagram de Iker Casillas
Morata, Carvajal y Nacho, campeones de Europa sub-21 en Israel (primera imagen); Morata y Nacho, canteranos del Real Madrid. Instagram de Iker Casillas

Llevan tanto tiempo juntos que el material fotográfico es abundante. Lo que es curioso es que el muro de Casillas en Instagram sirva de recorrido por sus trayectorias, sobre todo de sus inicios, cuando compartían camiseta nacional pero también de club, la blanca del Madrid. El feed de Iker es para verlo. Nunca se escondió el portero, con fotos personales, sociales, culturales y deportivas. De lo más entretenido.

Entre ellas emergen hace una década, año arriba, año abajo, un puñado de instantáneas de Nacho Fernández, Álvaro Morata y Dani Carvajal. "Parecen buenos estos mirlos", comentaba el capitán en una foto de mayo de 2013 con Nacho y Morata. Carva también se cuela en otras. Las caras de niños les delatan. Rondaban la veintena y tenían todo por conseguir.

Incluso en una aparecen los tres, vestidos con la camiseta de España y con un título en la mano. Acababan de ganar el Europeo sub 21 de Israel en 2013 con Lopetegui. Tal era la relación de Iker con ellos que la subió tal cual, como homenaje. Aquel verano fue un punto de inflexión para este trío. Saltaron los tres al primer equipo de manera definitiva con Ancelotti. Álvaro y Nacho desde el Castilla, Carva recuperado de su 'moutierro' en Leverkusen. Y acabaron la temporada siendo campeones de Europa en Lisboa.

Han pasado 11 años. Y los tres han sido, son o serán capitanes. Como si aquella 'apuesta' de Casillas fuera premonitoria, como si ellos se inspiraran en el portero para acabar siendo sus herederos. Nacho ha levantado Liga y Champions del Madrid con el brazalete blanco, como Iker. Carvajal lo acabará haciendo tarde o temprano, a la espera de que Modric se retire. Y Morata está a una noche de lograrlo. Ese club de jugadores que tienen la foto aupando al aire una Eurocopa con España es tan escaso que solo tiene dos miembros: Ferrán Olivella en el 64 y Casillas. Esa instantánea colocaría a Morata en un nivel único, una respuesta incontestable para quienes le disparan sin piedad. Un mural para pintarlo en su casa, sea en Madrid o en Milán. En definitiva, el Santo les dejó bendecidos.

En Berlín pueden cuadrar el círculo. Volver a los orígenes que les unen. El recorrido fue largo y tortuoso, pero están cerca de ese punto inicial, como Elcano, una vuelta al mundo para estar tan cerca de abrocharla con esa copa tan bonita. Carva y Morata ya fueron campeones de Europa sub 19 (con Álex, el hermano de Nacho). Con el mayor de los Fernández (y Joselu) ascendieron a Segunda con el Castilla. Les unen unas mismas raíces, las de ser madrileños, canteranos blancos y futbolistas de éxito y leyenda, de blanco Dani y Nacho, más complicada la etiqueta para Morata, un nómada que al final no tiene sentido de pertenencia en ningún sitio.

Quizás se sientan juntos en estas horas tan largas y especiales a recordar de dónde vienen. Cuando Morata se lesionó antes de la final de la Copa de Campeones corriendo en el metro porque le querían robar y se perdió aquella semana inolvidable en Benidorm con aquella generación de Toril, los del 91 y 92, donde sí estaba Carva o Sarabia, entre otros. Lo que les apretó y/o fastidió Mourinho. Las giras por Estados Unidos con Mou que Carva se perdió por cortarse el pie en una piscina natural. O el día que en un entreno del Castilla la cosa se les fue de las manos a Nacho y Álex. Memorias que dan sentido como punto de partida a tres carreras para la historia, en cierto modo paralelas, aunque se hayan alejado y cruzado, para acabar repitiendo aquella foto de Jerusalén en Berlín. Toda una paradoja. Toda una vida.