Francia repite errores que no se veían desde 2008 y su sequía ya alarma: "Estoy decepcionado"

Eficacia. Dícese de la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera. Frente a Países Bajos, a la selección francesa volvió a faltarle esa palabra que nadie imaginaría que iría ligada a los hombres de Didier Deschamps en este inicio de la Eurocopa. Con el empate a cero ante la Oranje, Francia sólo suma un gol en esta Euro... y llegó en propia puerta.

Con tres remates a portería y siete fuera, Les Bleus fueron incapaces de batir a Verbruggen. Sin Kylian Mbappé, que siguió junto a su máscara todo el encuentro desde el banquillo para no correr ningún riesgo después de la fractura de nariz que sufrió en el duelo de la primera jornada ante Austria, Antoine Griezmann fue quien protagonizó las ocasiones más claras de los suyos.

"Tengo dos oportunidades en las que se me queda en el pie, es una verdadera lástima. Eso es lo que nos falta en los dos partidos, tenemos que trabajar en ello. Tácticamente, estuvimos bien. Nos falta ese pequeño gol y eso va a suceder", señalaba, tras el partido, el futbolista del Atlético de Madrid.

Con el único tanto en su casillero que firmó el defensa austríaco Maximilian Wöber en propia puerta, es el peor comienzo goleador de la selección francesa en una Eurocopa desde 2008. En aquella edición, el combinado entrenado por Raymond Domenech terminó con un gol a favor y cayó eliminada en la fase de grupos en un cuadro integrado por Países Bajos, Italia y Rumanía.

"Fallamos en el último gesto, ya sea en el último pase o en el último tiro. Tendremos que hacerlo mejor para ganar los partidos. Hemos creado muchas ocasiones, tendríamos que habernos llevado la victoria. Hay cosas que rectificar. El objetivo número 1 es clasificarnos y ser primeros de grupo", apuntaba un Aurélien Tchouaméni que volvía a disputar un partido desde su lesión ante el Bayern de Múnich en la vuelta de semifinales de la Champions.

"Lamentablemente, no pudimos marcar. Fue un partido de alta intensidad y estaba contento con lo que mis jugadores consiguieron, aunque estoy decepcionado por nuestra falta de eficacia de cara al gol", expresaba un Didier Deschamps que, pese a la mala racha, confía en que los suyos celebrarán goles muy pronto.

Sin poder alinear a Mbappé, el seleccionador francés optó por una línea de ataque formada por Adrien Rabiot, Ousmane Dembelé, Antoine Griezmann y Marcus Thuram. El futbolista del Inter ha anotado 15 goles esta temporada frente a los seis del jugador del PSG y los cinco del de la Juventus.

El futbolista del Atlético de Madrid sí que presenta unos buenos registros goleadores. 'Grizzie' acabó el curso con 24 tantos. No obstante, su papel con la camiseta de la selección contrasta con su rol en el Atleti. Aquí juega más de interior escenificando aún más su papel de elaborador y su compromiso defensivo.

Aun así, Deschamps tiene más alternativas en el banquillo y no son precisamente de perfil bajo. Además de los que entraron como revulsivos, Coman y Giroud, se quedaron sin oportunidad Kolo Muani o Barcola, más lo que aportan en el plano ofensivo Camavinga o Zaire-Emery.

La situación clasificatoria no invita al seleccionador galo a hacer experimentos, aunque, incluso, podría lograr el billete a octavos de final con una derrota ante Polonia el próximo martes. Tendría opciones de ser segunda de grupo y, si no, puede avanzar como una de las mejores terceras. El partido, eso sí, deja una conclusión clara: sin Mbappé, esta Francia es menos Francia. No hay más que ver que el único tanto logrado hasta ahora en el torneo fue gracias a una acción aislada del nuevo jugador del Real Madrid. Sin él y con los errores de Griezmann, el casillero se quedó a cero. Una clara advertencia antes de que llegue la hora de la verdad...