Francia se venga de Éder, elimina a Portugal en los penaltis tras un palo de Joao Felix y se cita con España
El futbolista del Atlético de Madrid fue el único que marró su lanzamiento en la tanda.

A sus 39 años, Cristiano se despide de la Eurocopa, el único gran título que ha ganado a nivel de selecciones. Francia se ha vengado de aquella final de 2016, la que encumbró al futbolista de Madeira, también con su país. Devorador de galardones individuales y colectivos con el Madrid, Ronaldo también es el máximo goleador internacional de la historia y el jugador que más partidos ha disputado a nivel de selecciones; merecía levantar un trofeo importante con Portugal y lo logró hace ocho años de la mano de Fernando Santos.
Pero en Hamburgo ni Éder ni Diogo Costa, héroe en octavos, pudieron evitar que Deschamps y sus chicos, más vulnerables que nunca, pero invencibles como siempre, se citen con España en semifinales tras una tanda de penaltis decidida por el disparo al palo de João Félix, el antihéroe de la noche.
No lo tuvo nada fácil la Francia de Deschamps, un equipo tan efectivo como poco vistoso; con capacidad para jugar y divertir, pero que cuando es más peligrosa es cuando se defiende, a la espera de lanzar con espacio a sus galgos, Mbappé y Kolo Muani; sino que le pregunten a Bélgica. Como era de prever, arrancó el duelo con mucho respeto entre ambos, más pendientes de no equivocarse que de proponer. Solo un brillante taconazo de Rafa Leao para Nuno Mendes, que realizó un centro-chut envenenado que se fue por poco, rompió la imperante cautela inicial.
Se creció el atacante del Milan, un retador nato que le amargó la noche a Jules Koundé, sobrepasado una y otra vez por el diablo portugués. Nada que ver la actuación del lateral del FC Barcelona con la que tuvo en el choque de octavos, donde secó al citizen Jérémy Doku, otro demonio, lo cual le valió el MVP del partido. Lo detectó Deschamps, que le pidió a Camavinga, probablemente el mejor corrector del mundo, que echara un cable al futbolista azulgrana.
Exceso de respeto
Repuestos del susto ante Eslovenia, de a poco los futbolistas de Roberto Martínez comenzaron a desperezarse y a creérselo, sin volverse locos tampoco. Avisó Bruno Fernandes con un par de disparos lejanos desde la frontal; el segundo, ya al filo del descanso, de falta directa. Su chut se fue ligeramente arriba, pero lo raro es que Cristiano se la cediese. Poco más de los lusos.
Si no fuese por el tiro lejano de Theo Hernández que escupió, con algún que otro problema, Diogo Costa, más de uno ni se habría enterado de que Francia estaba jugando. Con todo, y como ya es habitual, Mike Maignan, que solo ha recibido un tanto en toda la competición, enfiló los vestuarios sin haber encajado.
En apenas cinco minutos de la segunda, Francia mostró más valentía que durante el primer acto entero. El que se rebeló fue Mbappé con una de sus acciones relámpagos que arrancan en el costado y terminan en el centro. El atacante del Madrid se asoció con N'Golo Kante, pero su disparo, más bien blando, acabó en las manos del meta luso. El propio Mbappé fue protagonista unos instantes después al llevarse un pelotazo de Bernardo Silva en la máscara que lo tuvo un par de minutos aturdido. Pudo reincorporarse sin problemas.
Dembélé lidera la revolución francesa
Respondió Portugal a través de Cancelo, tan imprevisible en la selección como en el Barça. El lateral filtró con el exterior un gran balón para Bruno Fernandes, el más activo en ataque, cuyo disparo lo sacó Maignan con una mano prodigiosa. Y es que Francia no solo defiende bien, también tiene un porterazo; pues en la acción inmediatamente posterior, el guardameta del Milan sacó con el pecho un remate a bocajarro de Vitinha y, a continuación, un taconazo de Cristiano casi sobre la línea de gol.
Tras una hora de partido, enloqueció la cosa. Y casi lo aprovecha Kolo Muani, en un contragolpe a la velocidad de la luz, el que llevaba esperando Deschamps desde que comenzó el encuentro. La acción del delantero del PSG hubiera terminado en gol de no ser por el cruce salvador de Ruben Dias. Redobló la apuesta el seleccionador francés dando carrete a Dembélé en lugar de un sombrío Antoine Griezmann. Agitador por naturaleza, en la primera que tuvo el díscolo extremo de Vernon, provocó un espacio para que Camavinga disparase muy cerca del palo. Y en la segunda, desbordó como en sus mejores días y trazó una diagonal, acabando con un chut con rosca que lamió la escuadra de Diogo Costa. Sí, por fin Francia divirtió.
Pero esos 15 minutos de enajenamiento galo fueron tan solo un miraje; un oasis en el desierto futbolístico que suele ser la Francia de Deschamps, una roca prácticamente invencible que brilla cuando transita, pero que entretiene más bien poco pese a sus nombres. Ni el cambio de Marcos Thuram por Kolo Muani cambió la tónica predominante.
Se volvieron a respetar unos y otros durante el tramo final, convertido en una tregua que solo Kante, Mbappé y Bernardo Silva se atrevieron a desafiar sin éxito, y la prórroga se hizo inevitable. Una más para Portugal, que no padeció cansancio y que vio como, poco después que arrancara el tiempo extra, Cristiano desaprovechaba su mejor ocasión. El escurridizo Francisco Conceição le hizo el lío a Theo Hernández y se la cedió al de Madeira para que la empujara a la red; en un movimiento prodigioso, Ronaldo se despegó de su marcador, pero erró tremendamente en la finalización, mandando el balón a las nubes. Esta Francia, más vulnerable que otros días, tiene más vidas que un gato.
Deschamps sustituye a Mbappé
La noticia saltó al descanso de la prórroga, cuando Deschamps decidió sustituir a Mbappé. Sí, sí, a Mbappé. En su sitio entró el joven Bradley Barcola. Roberto Martínez sustituyó a Rafa Leao y, 105 minutos después, Koundé pudo respirar tranquilo. Saltó al césped João Félix, que en su primera intervención casi obra el milagro con un cabezazo que se estrelló en el lateral de la red. Quién sabe si el gol le hubiera ayudado a aclarar su futuro.
No se achicó su rival, entregado al estado de forma de Dembélé que, tras su enésima diagonal, golpeó por encima del larguero. Se sumó a la fiesta Barcola, que se fue de tres y erró en la definición. Dudaban unos y otros entre ir a tumba abierta hacia la victoria o guardar la ropa, fiándolo todo a los penaltis. A la postre, se impuso la segunda opción, pero con suspense, pues Mendes tuvo la última en el 120', pero fue excesivamente blando en el disparo.
No tuvo el mismo acierto que ante Eslovenia un Diogo Costa que no pudo detener ningún penalti. Tampoco su homónimo francés, Mike Maignan. Pero fue el poste de su portería el que decantó la eliminatoria al escupir el disparo de João Félix, que quiso ajustar demasiado y falló. El resto de lanzadores, nueve, marcaron todos. La rúbrica la puso Theo Hernández con un disparo a la escuadra que acabó con el sueño de un Cristiano Ronaldo que, 21 años después de su debut como internacional, dice adiós a la Euro. Solo a la Euro; nadie se atreve a descartarlo para el próximo Mundial, el reto que se ha puesto entre ceja y ceja el exjugador del Real Madrid.
También se despide Pepe, el jugador con más edad en disputar una fase final de la competición continental. Sus lágrimas, mientras abrazaba a Cristiano tras la derrota, estremecen. Ambos son los estandartes de una selección que tocó el cielo en la final de Saint-Denis ante una Francia, entonces anfitriona, que parece invencible y que ocho años después se ha cobrado venganza. España ya espera en las semifinales.
Ficha técnica
Portugal: Diogo Costa; Cancelo (Semedo, min. 74), Rúben Dias, Pepe, Nuno Mendes; Bruno Fernandes (Conceiçao, min. 74), Palhinha (Rúben Neves, min. 91), Vitinha (Matheus Nunes, min. 119); Bernardo Silva, Cristiano Ronaldo y Rafael Leao (Joao Félix, min. 105).
Francia: Maignan; Koundé, Upamecano, Saliba, Hernández; Kanté, Tchouaméni, Camavinga (Fofana, m in. 91); Kolo Muani (Thuram, min. 86), Griezmann (Dembélé, min. 67) y Mbappé (Barcola, min. 105).
Penaltis: 0-1: Dembélé; 1-1: Cristiano; 1-2: Fofana; 2-2: Bernardo Silva; 2-3: Koundé; 2-3: Joao Félix, al poste; 2-4: Barcola; 3-4: Nuno Mendes; 3-5: Theo Hernández.
Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra). Mostró cartulina amarilla a Palhinha (min. 79) por parte de Portugal y a Saliba (min. 84) por parte de Francia.
Incidencias: partido correspondiente a los cuartos de final de la Eurocopa de Alemania disputado en el Volksparkstadion de Hamburgo ante cerca de 57.000 espectadores.