SELECCIÓN

La frase que delata la rara preparación de España para la Eurocopa: "¿Pero esto qué es?"

Los jugadores se vieron sorprendidos por el temporal que les recibió en la Selva Negra. Se esperan frío y lluvias para empezar el torneo... y vienen de jugar con mucho calor en Badajoz y Palma.

Joselu se baja del autobús de la Selección en plena tormenta. /RELEVO / ALFREDO MATILLA
Joselu se baja del autobús de la Selección en plena tormenta. RELEVO / ALFREDO MATILLA
Manuel Amor
Alfredo Matilla

Manuel Amor y Alfredo Matilla

Donaueschingen (Alemania).- Cuando la Selección estaba a punto de llegar, empezaron los truenos. Le siguieron los rayos, el viento y una lluvia incesante, de esa que cae en los días centrales del invierno y amenaza durante unos minutos con quebrar el mundo. Así, en pleno temporal, se bajaron los jugadores de España del autobús que les transportó desde el aeropuerto de Stuttgart al hotel Der Öschberghof, el resort de lujo que hará las veces de cuartel general del equipo durante esta Eurocopa.

La Selección llega a su hotel de concentración. RELEVO / MANU AMOR

La tormenta cogió por sorpresa a los futbolistas, que dudaban entre si abandonar o no el bus para no entrar empapados en la cena. La gran mayoría venía en pantalón y manga corta. "Madre mía, ¿pero esto qué es?", exclamó Joselu mientras se chocaba con Nacho y Pablo Amo (segundo entrenador) en su intento a la desesperada de zafarse del agua en los 10 metros que separaban el vehículo de la entrada del complejo. Cómo tiene que ser una tempestad para que sorprenda a un gallego... Al capitán del Real Madrid se le escuchó algo parecido: "¡Increíble!".

El caso es que la borrasca no fue algo puntual y que afectase casualmente al aterrizaje de la expedición. Quizá sí con tanta intensidad, pero no como regla general: en Donaueschingen, donde duermen y se entrenan, se aguarda una máxima de 12 grados para mañana y aguacero el miércoles y el viernes. A España no le viene mal, porque el sábado en Berlín, donde debuta ante Croacia, los termómetros no superarán los 20ºC y volverá a jarrear. Las condiciones climatológicas que le esperan en Alemania son radicalmente distintas a las que se ha venido encontrando en su preparación, algo extraño y que llama mucho la atención.

Ola de calor

España se ejercitó desde el sábado 1 en Las Rozas. Las temperaturas más elevadas en el norte de Madrid rozaron o rebasaron los 30ºC; el jueves, incluso, el mercurio pasó de los 36. Los escenarios elegidos para medirse a Andorra (número 164 del ranking FIFA) e Irlanda del Norte (73) tampoco sirvieron de oasis para olvidar el calor: contra los del Principado se jugó en Badajoz, en plena ola de calor, con alerta naranja activada en provincias cercanas y a 32ºC a la sombra durante la tarde, y para enfrentarse a los británicos volaron a Palma, que el sábado registró máximas de 30ºC.

Eran amistosos para lo que eran (rodar las piernas, mimar a Pedri y probar a meritorios como Ayoze en contextos de poca exigencia y que minimizasen la posibilidad de lesión), pero no se equiparan en nada, por nivel de los rivales y por el tiempo, a lo que se encontrará la Selección desde ya en su estancia por el suroeste de Alemania. En Gelsenkirchen, donde se verá las caras con Italia el jueves 20, también se prevén 10 días de lluvias y tormenta hasta que llegue el choque contra los de Spalletti.

La situación, como recordó el periodista Joaquín Maroto en As, recuerda por fases a la que se vivió en el Mundial de Brasil 2014: España fue la única que prefirió hacer su stage en Paraná, con fresco, en vez de con bochorno y cerca del mar. Debutó en Salvador de Bahía -en la costa- contra Países Bajos -ellos se habían preparado en Río de Janeiro, a nivel de playa- y perdió 1-5. El duelo se disputó a 29ºC y con una humedad del 75%.

Cabe esperar que en esta ocasión no suceda nada parecido, pero a veces también entra en juego un factor que los técnicos no pueden controlar: los compromisos de todo tipo, con federaciones territoriales y gobiernos regionales, que obligan a la Selección a moverse por todo el país y a tener que enfrentarse a escenarios como este. Por ejemplo, la cita frente a Andorra se disputó en el Estadio Nuevo Vivero para conmemorar el centenario de la Federación Extremeña de Fútbol (FEX), presidida por Pedro Rocha (actual mandamás de la RFEF) entre 2013 y 2023. Pasó lo mismo en noviembre, cuando se viajó a Valladolid para jugar ante Georgia por los 100 años de la Real Federación de Castilla y León de Fútbol.

Un canon difuso

Los requisitos para organizar ese tipo de duelos han ido variando con el paso de los años. Cuando Luis Rubiales alcanzó el despacho principal de la Ciudad del Fútbol, en 2018, la RFEF estableció un canon mínimo de 300.000 euros para acoger un partido de la Selección. Los gobiernos territoriales eran los que solían hacer frente al pago. Además, se exigían aspectos como la cobertura total del alojamiento del equipo rival, comida para cerca de 300 VIPs o contar con un estadio con capacidad mínima para 30.000 espectadores. De no gozar de esa cifra de asientos, la ciudad sede debía "compensar económicamente" el menor aforo.

Esa demanda económica tan exigente se ha ido perdiendo y no se ha mantenido en el tiempo. Aunque algunas fuentes federativas no terminan de confirmar este extremo a Relevo, la Selección fue gratis a Badajoz, como en noviembre a Pucela. Las Islas Baleares, en cambio, sí tuvieron que desembolsar una cantidad de dinero para conseguir que España culminase allí su preparación, según señalan otras voces conocedoras de la situación. Pero ahora ya no existe una suma fija, sino que varía en función del momento de la temporada, del contrincante y de otros múltiples factores.

En cualquier caso, y volviendo a lo deportivo, el equipo tendrá que adaptarse cuanto antes al cambio para llegar en las mejores condiciones al estreno en Berlín. Le quedan cinco entrenamientos en el corazón de la Selva Negra para conseguirlo. El primero, a puerta abierta para el público, será esta tarde (19:00) en la ciudad deportiva del SV Aasen, a sólo cinco minutos del hotel con tres campos de golf, 5.000 metros cuadrados de spa y restaurantes de estrella Michelin que acogerá durante las próximas semanas al grupo de De la Fuente. La lluvia, a diferencia de en Extremadura y Mallorca, será su fiel compañera.