La frase de Spalletti que explica por qué Italia puede repetir en esta Eurocopa
El conjunto italiano debutó con grandes sensaciones ante Albania.

En los últimos años, Italia ha venido revolucionando el fútbol de una forma distinta. No lo ha hecho con grandes nombres, estrellas que copen portadas y reclamen millones de ojos, ni con equipos dominantes en un plano europeo a pesar del Inter finalista de la Champions en 2023 y la Atalanta de Gasperini coronándose como campeón de la Europa League este curso. Su aportación es a través del juego, de añadir matices e ideas que arraigan y germinan en nuevas preguntas y posteriores respuestas, siendo su selección el espejo que refleja cómo Inter, Atalanta o Bolonia han ido matizando la realidad del fútbol italiano con una vanguardia que ahora les señala no como favoritos, pero sí como uno de los rivales a batir.
Junto a Alemania, Italia ha sido la mejor selección en este debut. Ante Albania, los de Spalletti fueron muy superiores (780 pases buenos, más que nadie en esta Euro) desde lo que les define: movilidad constante por delante de la pelota, una primera línea muy agresiva tanto pasando como conduciendo, y la agresividad y determinación necesarias para hacer notar la superioridad táctica. Spalletti dejó, después del partido, una frase que convendría fijar allí donde se escuche un discurso que amenaza con atenazar el juego: "No, lo importante no es ganar, es jugar bien. Lo sabe todo el mundo y sólo el juego nos salva. Lo único que salva el juego es el equipo". En un deporte que se juega, lo que te salva no es el resultado, sino el propio juego. E Italia parece tenerlo clarísimo.
Lo primero que choca es ver a una pareja de centrales zurdos jugando como si esta teórica debilidad a la hora de perfilarse y generar un mejor ángulo de pase no lo fuese. Tanto Bastoni como Calafiori ven y perciben el juego de la misma manera, jugadores forjados en una idea propositiva, de pasar y abandonar la posición, descuidando los viejos mantras que acompañan su etiqueta y abriendo, de esta forma, nuevas vías para sus compañeros. Spalletti parte de una línea de 3, con Di Lorenzo (lateral diestro) muy bajo, sumando por delante a los dos peloteros del equipo, Jorginho y Barella, que pasan, fijan y abren espacios de forma constante, sin cesar, en un dinamismo que dejó en pañales a Albania. Y desde ahí, solo Chiesa y DiMarco parecen mantenerse fijos, cada uno en un ala, mientras que el resto va y viene, porque lo que importa es el juego.

Hace un tiempo, Spalletti decía una frase premonitoria que sirve para ilustrar la naturaleza de sus equipos: "Ya no existen los sistemas, solo quedan los espacios que el rival deja. Los espacios no están entre líneas, sino entre los jugadores". Como un viejo chamán, el italiano abría un horizonte nuevo, redefiniendo los espacios no como estancos, sino como una corriente en perpetuo movimiento, y allí es donde el jugador se junta, relaciona y aleja. Viendo a Italia en su debut, parece claro que el jugador ha interiorizado este mensaje.



Ante el 4-4-2 de Albania, que fue bastante flojo, Italia siempre encontró una forma de superarlo, bien fuese usando paredes o apoyos frontales para rajar al que salta, o sobrecargando un mismo espacio para jugar con los futbolistas que llegan, como Frattesi, que estuvo mucho más relacionado con la profundidad que cualquier otro a pesar de ser el interior del equipo. Al contar con tan jugador de buen pie, Spalletti ve en su interior diestro no a un centrocampista al uso, sino a una flecha que vaya allí donde se abra el mínimo espacio.
España supondrá un reto de enjundia para Italia, y muy probablemente los 780 pases en su debut no se podrán repetir, pero lo que queda claro es que De La Fuente prioriza la flexibilidad a la hora de ser o no propositivos, por lo que en muchos momentos España cederá pelota y terreno a su rival. Con todos los ojos mirando a selecciones rebosantes de talento como Inglaterra o Francia, el partido de la fase de grupos, y puede que uno de toda la Euro, es este Italia-España.