De la Fuente entierra a la España de Luis Enrique rompiendo una tendencia de 16 años
La Selección dio ante Croacia 457 pases. No daba tan pocos en una Eurocopa desde la final de 2008. El cambio de estilo ya es una realidad.

Berlín (Alemania).- Llegó al Olympiastadion, oteó el terreno y arrasó. La Selección española no necesitó ni florituras ni entrenarse en el estadio el día antes para asombrar al mundo en su debut en la Eurocopa ante Croacia (3-0). La victoria dejó imágenes de extrema felicidad entre los miembros de la expedición en su camino hacia el autobús, rostros de satisfacción y un grito unánime: "¡A seguir disfrutando!". Por extraño que parezca después de una jornada inaugural, el cambio de formato de la UEFA favorece que el equipo de De la Fuente ya tenga un pie y medio en octavos.
Su éxito, si se logra, llegará de una forma bastante distinta a la que ha marcado las últimas conquistas de La Roja. La Selección juega de memoria desde que Luis Aragonés empezó a implementar en 2004 el fútbol asociativo como camino hacia la victoria y a desempolvar las vitrinas; su España, y después la de Del Bosque, Lopetegui o Luis Enrique, fue la del tiqui-taca, la de los más de 1.000 pases por partido y la de desgastar al rival a través de una velocidad de balón altísima. Maravillaban sus centrocampistas (Xavi, Iniesta, Cazorla, Silva, Cesc, Xabi Alonso, Busquets...) y no había contrincante en el planeta capaz de detener ese torrente de talento que ganó de forma ininterrumpida en 2008, 2010 y 2012. Pero ahora el panorama es muy distinto.
Apagada la mejor generación de jugones de la historia, y emergiendo otra que apunta a pelear por todo, Luis de la Fuente ha patentado lo que muchos venían pidiendo a nivel interno desde que se cesó a Luis Enrique: un pequeño giro en el estilo. España sigue queriendo ser dominadora, pero su fortaleza reside ahora en las bandas (Nico y Lamine), en su presión alta, en el balón parado (el míster lo trabaja de forma obsesiva y hoy dio sus frutos con el gol de Carvajal) o en atacar los espacios como en el 1-0 de Morata. Y los técnicos le sacan el máximo partido a todo aquello en lo que destaca su plantilla.
PASES DE ESPAÑA EN FASES FINALES DE EUROCOPA
Hay un dato que explica de forma clara este viraje en el ADN: La Roja sólo necesitó 457 pases para arrollar a Croacia... ¡y no daba tan pocos en una Eurocopa desde la final de 2008! Aquel día, contra la Alemania de Ballack o Schweinsteiger en Viena, España ganó con 380 y una efectividad en las entregas del 81,32%. Pocas, pero con sentido para encontrar el gol. En Berlín el acierto se estiró hasta el 83,7%.
Las estadísticas no aguantan la comparación. En su último partido en la Eurocopa -la semifinal de 2021 frente a Italia- la Selección registró 908 pases, casi el doble que este sábado en Alemania. Era la tónica habitual con Luis Enrique (841 de promedio por encuentro) y no llevó a ningún lado: semis en la última Euro, derrota en octavos del pasado Mundial contra Marruecos. En aquella cita de Catar España dio 1.000 pases y sólo tiró dos veces a puerta en 120 minutos. Y eso es con lo que rompe De la Fuente: su equipo debe ser vertical, agresivo y contragolpear en cuanto pueda, sin ralentizar jugadas ni poseer por poseer.
Sólo Luis Enrique lo llevó tan al extremo
La media de pases, aunque fuese en todos los casos superior a la del debut en esta Eurocopa, no era tan elevada antes de la llegada del asturiano al banquillo. Con Kubala (1980) se daban 445 por choque, con Miguel Muñoz (1984 y 1988) se bajó a 380, con Clemente (1996) subió hasta los 414 y Camacho (2000) y Sáez (2004) la llevaron hasta los 445 y 443, respectivamente. Más o menos todos se movían en la misma horquilla hasta que arribó Aragonés, que la elevó hasta las 538 para ganar la Eurocopa del 2008.
PASES Y POSESIÓN, POR SELECCIONADOR DE LA EUROCOPA
Del Bosque hizo del tiqui-taca una corriente todavía más pronunciada (698) con la madurez de esa camada de centrocampistas a los que nadie olvida. Y Luis Enrique, que ya los había perdido o los tenía lejos de su punto más álgido, fue quien registró hasta ahora el promedio más alto (841). A De la Fuente, animoso en la sala de prensa, no le importa tanto la posesión. "Este equipo es insaciable. Tenemos un margen de mejora fantástico. Hemos presionado muy alto siempre, podemos robar y generar ocasiones. Tenemos ese gen y esas ganas de presionar alto. Lo establecemos así porque el equipo está convencido", dijo sobre la manera de doblegar a Croacia.
De hecho, España sólo tuvo la pelota durante un 46,65% del tiempo. En únicamente cuatro ocasiones anteriores había gozado de menos posesión: ante Rumanía en el 84 (40%), contra Dinamarca en el 88 (41%), frente a Italia en el 88 (45%) y vs. Alemania en la final de 2008 (46,19%). Y nadie, al menos de momento, echa de menos el ADN: la puesta en escena fue por momentos una exhibición y ha enganchado a los ateos. Con su propia receta y una capacidad demostrada para tomar decisiones importantes que casi siempre le salen bien, De la Fuente ya hace carburar a España y decreta, aunque él huya de tanto triunfalismo, el estado de euforia en torno a la Selección.