De la Fuente llega muy reforzado a la Eurocopa y se gana el perdón deportivo
Ocho partidos, seis victorias, cinco porterías a cero, una Nations League y el billete para Alemania 2024 a falta de dos partidos.

Oslo.- Le ha cambiado la cara. El seleccionador nacional, Luis de la Fuente, salía del Ullenvaal Stadion noruego absolutamente feliz. En diez meses su vida ha sido una locura: nombramiento, título, dudas, derrota, victorias, aplausos, disculpas, más victorias... Ocho partidos bajo su mando: seis victorias, cinco porterías a cero, una derrota, 21 goles a favor y 4 en contra. Así se zanjan los debates. Ahora tiene dos partidos "extra" para preparar una Eurocopa de Alemania a la que llega por la puerta grande. Reforzado. Y sonriente.
"Imaginaos. El equipo ha ido creciendo. Hemos estado unidos y se nota. Se ha trabajado mucho para llegar a esto. Estoy feliz por el trabajo hecho. Estar aquí era nuestra obligación y responsabilidad. Nada más. Algo habrá cuando lo hemos logrado. Estoy muy feliz, pero lo importante es el equilibrio. Con esto ha llegado el momento de hablar y pensar en fútbol. Es lo mejor para todos", aseguraba el seleccionador tras el partido, queriendo pasar página. El día anterior había pasado un momento de duda al responder sobre qué borraría de este tiempo. "Los errores que hemos ido cometiendo", deslizó, sin querer volver a un tema que ya ha explicado y por el que pidió disculpas con toda rotundidad.
Su trayectoria al frente de la Selección española es, todavía, corta. Pero ha sido bastante convulsa. Todos le hicieron culpable de la derrota de Glasgow contra Escocia que ponía las cosas difíciles en la clasificación de la Eurocopa. Llegó incluso a cuestionarse su continuidad al frente del combinado nacional si perdía algún partido más.
Después llegó la Asamblea de la vergüenza, la de los aplausos orquestados, a la que él, como muchos otros, acudieron engañados pensando que iban a ver una dimisión, y terminaron reaccionando como pudieron, mal, a un discurso absurdo sobre el falso feminismo del ya expresidente de la RFEF, Luis Rubiales. Aplaudió, lo explicó, se disculpó con toda la humildad del mundo y siguió trabajando.
Enseguida encontró el apoyo incondicional del presidente en funciones Pedro Rocha, que lo reafirmó en su cargo a él, y no a Jorge Vilda (al que cesarían poco después). Con De la Fuente nunca hubo dudas, al menos en esta "(parcialmente) nueva" Federación. Y menos, por parte de los jugadores, que siempre han estado con él. La mayoría, desde que no eran más que unos niños en las categorías inferiores.
Y él ha seguido haciendo lo que le toca: ganar. A Escocia en casa, a Noruega (que se jugaba la vida) fuera, con goles, con debuts exitosos y con la sensación de haber aparcado las dudas y las polémicas. Al menos hasta el verano.
"Hoy teníamos el objetivo de irnos con el billete a Eurocopa y lo hemos conseguido: ya son muchas fases finales seguidas y hay que celebrarlo", dijo Dani Carvajal ayer en la zona mixta. No le falta razón: 8 Mundiales y 8 Eurocopas seguidas. Es una barbaridad. Desde la Euro de 1992 España no se pierde una gran cita.
Y, ahora, a soñar: "Tenemos muy buena base. Tenemos presente y futuro. No es momento de comparar. Eso lo hará la competición. Veremos dónde estamos. Lo que vemos nos hace ser optimistas", zanjó De la Fuente, justo antes de regresar hacia España.