De la Fuente pone cordura tras el plan fallido de Rubiales de pelotear a la Prensa con medallas y homenajes
La RFEF organiza un cóctel con periodistas españoles en Alemania con diferencias al del Mundial: más informal, sin protagonismos, y con el seleccionador y su staff pero sin la figura del presidente.
Donaueschingen (Alemania).- Los tiempos han cambiado en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Y se nota a todos los niveles. Aunque aún quedan coletazos, fieles -desde el propio presidente- y cierto aroma en el fondo, la nueva dirección quiere seguir limpiando las huellas del Rubialismo poco a poco. Y hoy se ha vuelto a demostrar en el tradicional encuentro de la RFEF con la Prensa en este tipo de fases finales, aprovechando que la Selección ha tenido el día libre. El hecho de que haya acudido el seleccionador, Luis de la Fuente, junto a su staff y no el mandamás es la prueba más fehaciente de que los personalismos se han acabado y de que lo deportivo prima de una vez por encima de lo institucional. Gracias a eso las conversaciones giraron en torno al juego, Lamine y los rivales, y no sobre los juzgados.
Si Luis Rubiales invitó a los periodistas españoles desplazados al Mundial de Catar con un ágape de los buenos que iba acompañado de homenajes, medallas y la difusión de un vídeo de más de dos minutos, para demostrar una supuesta comunión entre las partes, en esta ocasión la RFEF ha cambiado en la Eurocopa aquella estrategia: se ha ceñido a mantener una costumbre que todas las partes agradecen, de manera bastante informal pero cercana, sin excesos, peloteos ni sobreactuaciones. No ha hecho más que reforzar el buen ambiente que reina en la expedición con un cóctel en el restaurante Öventhutte y dejar fluir la normalidad sin postureos, palmaditas en la espalda ni miradas condenatorias por lo que cada uno viene publicando.
Esta vez el detalle que ha tenido la RFEF con los periodistas ha sido la réplica del balón del campeonato en miniatura y una bandera rojigualda como recuerdo, pero en ningún momento se ha notado ninguna estrategia subliminal como otras veces, como cuando Rubiales fue recibiendo y fotografiándose uno a uno con todos los enviados especiales para hacer ver la sintonía y, ya de paso, que la opacidad de Ángel María Villar durante 28 años se había acabado con su llegada. La razón del cambio sólo dos años después quizás se deba a que los ideólogos de aquellos planes camuflados o ya no están en la casa al ser despedidos o permanecen alejados del día a día de la Roja.
Aquel 3 de diciembre de 2022 en Catar, Rubiales invitó a un almuerzo a los 70 profesionales de la comunicación que estaban cubriendo el Mundial. Y en el evento, que fue bastante criticado por la crisis que ya se vislumbraba, hubo tiempo para desarrollar una estrategia de la que ahora mismo, dadas las informaciones posteriores publicadas sobre su gestión, seguro que habrá arrepentidos. Ese mediodía premió, más que merecidamente, a los plumillas más veteranos como Joaquín Maroto (AS) y Cristina Cubero (Mundo Deportivo) y también tuvo tiempo para entregar medallas individualizas a cada uno de los compañeros de la Prensa. Eran días de felicidad para el presidente de la RFEF, aunque ya empezaban a asomar las primeras investigaciones que le arrinconarían tiempo después y que, en algunos casos, les costó la indiferencia y hasta la censura a los periodistas más beligerantes. Como reconocen algunos presentes, "era su manera de suavizar la crítica".
Aun así, Rubiales fue muy cercano en aquel careo difundido por tierra, mar y aire por los medios oficiales de la RFEF en tiempo revueltos. Ofreció un sentido discurso: "Todos los que estamos aquí somos españoles, somos un equipo, cada uno desde su posición queremos lo mismo, y eso es que el día 18 de diciembre (de 2022) seamos campeones del mundo. Sabemos lo difícil que es. Hoy el protagonismo no lo tiene la Selección ni lo tiene tampoco la Federación. El protagonismo es de unos profesionales que lleváis muchos años haciendo un magnífico trabajo para que desde España estén informados y a la última de todo lo que sucede aquí. Muy agradecido, es un honor teneros aquí. Enhorabuena".
Ésta era una práctica muy habitual del expresidente en su intento de mantener una buena reputación. O de "blanquear algunas actitudes", como reconocen varios profesionales que siempre se han mantenido equidistantes y que estuvieron, entre otros muchos acontecimientos antes, en Catar y que ahora siguen informando en Alemania. De hecho, era muy común que Rubiales comiera con periodistas influyentes, que los recibiera en Las Rozas para tomar un café junto a su director de comunicación -y ya de paso leerles la cartilla- y que se volcara en la copa de Navidad. Sobre todo en sus dos primeros años de mandato (2018-2020).
Otras formas
Sin embargo, esas costumbres de hermanamiento se fueron eliminando poco a poco a medida que iban arreciando los escándalos. Aquellos detalles en forma de regalos sin importancia se fueron transformando en numerosos burofaxes para llevar a varios periodistas por sus informaciones u opiniones. Como desveló El Confidencial hace unos días, hasta 21 periodistas fueron perseguidos en esa cacería judicial, además de un cómico y hasta un peña del Cádiz, según el informe que ha presentado en el juzgado el responsable de aquellos escritos, Tomás González Cueto. El asesor jurídico trabajó para la RFEF desde 2018 hasta hace unos meses, fue despedido a raíz del Caso Brodie y ahora está armando su defensa y quiere levantar algunas alfombras.
En esta ocasión, a orillas de los octavos de final de la Eurocopa 2024, el encargado de ofrecer el discurso protocolario fue el seleccionador. El riojano ya se ha acostumbrado, para bien y para mal, desde septiembre al rol de portavoz de la institución ante el descabezamiento de la RFEF primero y al perfil bajo que mantiene ahora Pedro Rocha con el marcaje férreo del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y del Gobierno. Pese a que el líder de la expedición en Alemania es el vicepresidente Alejandro Morales Mansito (barón de la federación de Canarias), De la Fuente cogió el toro por los cuernos y fue el encargado de dirigirse a todos los comensales antes de comenzar la comida y de marcharse muy discretamente: "Vamos a dejarnos la piel en lo que reste de Eurocopa, porque somos conscientes de que la ilusión es grande. Os sentimos parte de nuestra familia, bien sea la familia más cercana o más lejana, y esperamos que vosotros también os sintáis así".
Mientras, Rocha andaba en Madrid, reunido en Las Rozas con el runrún de la inhabilitación en todas las reuniones y perfilando los últimos detalles sobre las sedes que presentará para el Mundial 2030. Y, según algunos presidentes territoriales, también preparando la convocatoria de invitaciones a amigos, directivos y periodistas para el próximo vuelo privado a la Eurocopa con el objetivo de presenciar los octavos o lo cuartos de final (si se juegan) como ya hicieron frente a Italia. Ahí, a diferencia de en el almuerzo celebrado hoy, sólo caben los más cercanos y afines.