EUROCOPA | ESPAÑA - INGLATERRA

Indagando en la vida laboral de los padres de Lamine, Carvajal y todo el vestuario de la Selección: una España de joyerías, carretillas o inmobiliarias

Relevo viaja a los orígenes de los jugadores de España, cuyos padres no son más que una representación del mapa del país.

Morata, Cucurella, Nico Williams y Lamine Yamal./
Morata, Cucurella, Nico Williams y Lamine Yamal.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

"En mi familia son muy humildes y hasta les cuesta pedirme algo. Somos una familia llana, del pueblo". "Mis padres han sufrido mucho por mí, así que les dije que me haría mucha ilusión que dejaran de trabajar. Se lo merecen". La primera frase es una cita literal dicha por Fabián en más de una entrevista; la segunda de Fermín. Pero lo cierto es que si uno hace una radiografía social de lo que son las raíces de los jugadores de la Selección española, esos que se han convertido en héroes nacionales esta Eurocopa y que están a sólo unas horas de poder elevar aún más su leyenda si ganan la final ante Inglaterra, no varía mucho en casi ninguno.

Familias normales, en su mayoría, a las que el balón, la casualidad y las oportunidades les acabaron sonriendo. Y es que si uno se va hasta los orígenes de ese roster de jugadores que este domingo puede hacer historia, se encuentra a dependientes, transportistas, limpiadoras, camareros, maestros… En definitiva, profesiones de lo más comunes en el seno de familias que, en algunos de los casos, incluso tuvieron que sacrificarse a nivel laboral para que sus hijos pudieran llegar a ser las estrellas que son hoy. Y ni siquiera Luis de la Fuente es una excepción.

El seleccionador es hijo de un marino mercante y de la regente de una mercería en Haro, su pueblo, que viró a ser boutique… pero tras haber sido heredada por su hermana, que la cerró recientemente. Echando un ojo a la portería, la tripleta formada por Unai Simón, David Raya y Álex Remiro, lo que se encuentra es que el guardameta titular es hijo de un guardia civil y de una ertzaina, mientras que en casa de Remiro quien trabajaba era su padre, que ha sido autónomo y ha regentado una empresa de informática y su madre fue prejubilada por un problema de visión. En el caso de David Raya ambos se han dedicado toda la vida a la joyería.

En la línea defensiva, empezando por Dani Carvajal, de sobra es ya sabida la mítica imagen de ese inspector de Policía a caballo que escoltó el autobús del Real Madrid para celebrar la Champions hace un par de meses… y que resultaba que era el padre del jugador. En el caso de Jesús Navas, su padre era el administrador del Colegio Diocesano Nuestra Señora de las Mieles en Los Palacios -ya jubilado- y su madre, ama de casa.

Por su parte, Laporte creció viendo a su padre trabajar en un supermercado y a su madre trabajar en la peluquería, mientras que en casa de Vivian su padre era transportista autónomo y su madre se dedicaba a las tareas del hogar. Nacho se crió viendo a su padre trabajar como gestor comercial y a su madre como empresaria y en el caso de Grimaldo, lo que hizo fue invertir en una empresa inmobiliaria que ahora lleva su padre, mientras que su madre está prejubilada.

Cucurella creció viendo a su madre como ama de casa y a su padre como vendedor de coches en un concesionario de Mollet del Vallés. Y por último, Le Normand sí que mamó el deporte desde pequeño, ya que su padre fue entrenador en Tréglamus y su madre fue jugadora de baloncesto en el Avenir de Rennes. Una infancia, por cierto, muy similar a la que vivió Mikel Merino, pasando ya a la línea de centrocampistas.

Si algo se hizo icónico durante esta Eurocopa fue la celebración, con esa carrerita alrededor del córner, de Mikel Merino al marcar su gol ante Alemania, festejo con el que emuló a su padre, que fue futbolista y entrenador, mientras que su madre, al igual que la de Le Normand, fue jugadora de baloncesto. La enseñanza fue la tónica general en el día a día de Zubimendi, ya que su padre fue profesor de Universidad y su madre también fue profesora, mientras que en el caso de Rodrigo, su padre era ingeniero y su madre directora de marketing.

Pedri creció en el mítico bar familiar que regentan sus padres, la Tasca Fernando, y Fermín, como se explicaba al principio, ha logrado 'quitar de trabajar' a sus padres, después de que él se pasase la vida trabajando como cartero y su madre fuese empleada de la empresa Riotinto Fruit, desempeños que ahora han dejado en stand by para mudarse con su hijo a Barcelona y verlo disfrutar con el fútbol, ese deporte por el que tanto trabajaron durante años para que su hijo pudiese triunfar. Otro de los que ha logrado mantener a su familia es Álex Baena, que ha logrado que su madre no tenga que trabajar y se dedique a cuidar a sus hermanos… ¡que son cinco! Mientras que el caso de Fabián Ruiz merece mención aparte.

Quien se encargó de criarle fue su madre, Chari, tras divorciarse. Y lo que hizo fue trabajar de lunes a domingo como limpiadora para poder sacarle adelante. Sin embargo, cuando el Betis se fijó en Fabián también lo hizo en su madre… ¡y la fichó como limpiadora! De este modo, como cuenta el futbolista, "la veía todos los días limpiando el vestuario en el que jugaba… Y fue un orgullo". Para el sevillano, "el fichaje de su madre por el Betis es uno de los mejores fichajes de su carrera", ya que permitió que pudiera compaginarse mucho mejor la formación del entonces joven jugador con el trabajo de su madre. Y, sí, cuando fichó por el Nápoles logró 'jubilar' a su madre para así devolverle todo lo que había hecho por él.

Subiendo ya hasta la delantera, encontramos a Oyarzabal, hijo de la trabajadora de un banco y de un comercial que terminaron por convertirse en sus agentes cuando este comenzó a despuntar en esto del balón. En el caso de Ayoze, su madre era cajera de supermercado y su padre se dedicó a la hostelería en un hotel de Tenerife, mientras que a Dani Olmo es otro de los que el deporte le viene de cuna ya que su padre, Miquel Olmo, fue futbolista y también ejerció como entrenador del fútbol modesto catalán.

Nico Williams es hijo de inmigrantes que tras llegar a España en busca de un futuro mejor, su madre se dedicó a cuidar de él y de su hermano Iñaki, mientras que su padre trabajó en una granja y se fue reinventando mudándose incluso a Londres para seguir sacando adelante a su familia.

Joselu nació en Alemania cuando sus padres decidieron poner rumbo al país sajón, pero tras el divorcio de estos, volvió con su madre a su pueblo natal, Silleda en Pontevedra. Ahí, ella comenzó a gestionar el Bar Triana y conoció a Ramón, su pareja, que era jefe de prensa y llegó a ser adjunto a la secretaría del Ayuntamiento del pueblo, y a quien el delantero siempre consideró como su padre. De hecho, es por quien besa su espinillera derecha cada vez que marca un gol: en la derecha lo lleva a él y en la izquierda a su madre, su mujer y sus hijos.

En el caso de Álvaro Morata, su padre es licenciado en marketing, comunicación y publicidad y fue en su día exdirector comercial de la Cadena SER, mientras que su madre es decoradora. Mientras que la historia de Lamine Yamal y el fútbol empezó, precisamente, por su madre. Sheila trabajaba en una cadena de comida rápida en Mataró, pero se trasladó por trabajo a Granollers a otro establecimiento de la misma. Ahí, ella compartía jornada laboral con la hija del coordinador del club La Torreta, Inocente Díaz -conocido como Kubala-, que fue el que fichó a Lamine cuando era sólo un niño, antes de que lo llamasen de La Masía. Y por último está Ferran, que es el hijo del electricista del pueblo. De hecho, a día de hoy, sigue siendo el encargado del alumbrado de las fiestas patronales del mismo. Él, junto a su esposa, que fue administrativa, trataron de educar a sus hijos de manera que supieran apreciar y poner en valor lo que tienen y lo que cuesta conseguirlo.