La jugada por la que Cucurella le da la razón a De La Fuente

La temporada de Alejandro Grimaldo parecía abrirle de par en par las ansiadas puertas de la titularidad en el flanco izquierdo de la Selección. Sobre todo después de que tanto Alejandro Balde como José Luis Gayà no hayan llegado por lesión y que su rival, Marc Cucurella, lo hiciese después de un curso en el que ha acumulado suplencias y una lesión importante en el tobillo. Pero De La Fuente, lejos de confirmar su titularidad, ha apostado por Cucurella en un movimiento primero escrutado con sorpresa y que tras solo dos partidos ya genera unanimidad. Y el principal motivo no tiene que ver con lo que hace con balón, sino lo que permite sin él mientras sus compañeros la tienen.

La carrera del canterano blaugrana ha seguido un camino marcado a fuego, como elegido a dedo, en el que Cucu decidió ir por caminos llenos de barro, de un fútbol negado en La Masia donde lo que se prioriza no era el pase y el rondo, sino la presión y la asfixia como primer mandamiento. Y ahí, cuando ahogar al rival se vuelve la máxima, pocos jugadores han logrado hacer del terror su virtud, en un ejercicio futbolístico que le valió el paso del Eibar al Getafe, y de un Getafe europeo al Brighton para recalar finalmente al Chelsea, en una carrera atípica que le ha valido su titularidad en esta Eurocopa. Ante Croacia e Italia, el valor de Cucurella se hizo notar de forma decisiva en el plan de De La Fuente.

Esta España se construye de forma distinta a la de Luis Enrique. Las irrupciones de Lamine y Nico Williams además de sumar, por fin, al mejor mediocentro del mundo en su zona, dibujan un escenario más flexible, más permisivo con el riesgo a la hora de entender el tipo de partido que se quiere jugar. Cuando el partido se abre, porque Nico y Lamine fuerzan a que las cosas sucedan más rápido, Cucurella se transforma en imprescindible por el cuidado de las distancias y la pérdida, siendo el jugador más agresivo y abrasivo del equipo, copiando en cierta forma el espíritu defensivo de Carvajal, pero con más stamina en sus movimientos.

Junto a Sutalo, el defensa croata, Cucurella es el futbolista de esta Eurocopa que suma más intercepciones y entradas (15) según StatsBomb, marcando el nivel de agresividad de su equipo desde el flanco para hacer que las posesiones puedan acelerarse, buscando alzar el vuelo desde Nico (que fue el más incisivo del partido) sin miedo a lo que suceda después. Como si jugara en el Getafe de Bordalás, donde Cucurella era el pulmón y sostén táctico de una idea de juego basada en la asfixia, De La Fuente rescata su valor primario como disruptor, destrozando primeros pases del rival y acosando a quien reciba por delante de él, para asegurarse así una agresividad que se contagie. Y funciona.

Esos saltos tienen mucho de mensaje en la plaza pública. El resto lo ven, palpan la vara de intensidad y atención al detalle que Cucurella marca en acciones sin balón y esto provoca que el resto, como movidos por una pulsión animal, se activen de la misma forma que el del Chelsea. Saltando sobre las recepciones de su par, sea donde sea que reciba, conlleva un riesgo que España está tolerando ante rivales con pocas amenazas al espacio, y habrá que ver qué sucede ante equipos que realmente castiguen en transición.

Ante inicios de contragolpes rivales también es un activo valioso aunque arranque tan lejos. Sus diagonales, siempre pensando en cortar la acción, valen oro porque dentro suyo no tiene interiorizado la defensa del espacio, sino sobre todo la defensa del balón como principal objetivo. Si bien esto puede ser un problema cuando juega muy atrás (abriendo espacios a su espalda), es un lujo para De La Fuente tanto para presionar de forma rápida como para corregir a campo abierto. Ante Italia, Cucurella dejó 5 entradas y 7 intercepciones, el que más del partido con diferencia, además de recuperar 9 balones.

La Selección está buscando una nueva identidad sin abandonar parte de lo que Lucho construyó, y en este nuevo precepto en el que se da más importancia a desvestirse rápido que a buscar progresar más tapado, Cucurella se convierte en imprescindible por lo citado anteriormente y porque para atacar el mayor número de veces posibles siempre necesitas a alguien que defienda justo cuando el rival cree que aún estás atacando. En esa frontera, a veces tan difusa, nadie sobresale más que Marc Cucurella.