EUROCOPA | SELECCIÓN

La jugada que da la razón a De La Fuente y el aviso para cambiar ante Francia

La Selección ganó a Alemania y se medirá al combinado galo para llegar a la final 12 años después.

Morata, durante el partido ante Alemania. /REUTERS
Morata, durante el partido ante Alemania. REUTERS
Albert Blaya

Albert Blaya

Cuando uno tire la vista hacia atrás y rebobine para recuperar la victoria agónica y épica de España ante Alemania, habrá muchas imágenes que le asalten como un cuadro fiel de lo que se vio en el césped: desde la exquisitez técnica del salto de Merino a la expulsión de Carvajal, en una inmolación buscada para evitar males mayores o la lesión de Pedri tras la dura entrada de Kroos nada más comenzar el encuentro. Pero hay una jugada previa al 1-0 de Dani Olmo que define con claridad el plan buscado de De la Fuente y por qué Morata sigue siendo el nueve titular del equipo pese a su desacierto.

Ante Alemania, Nagelsmann buscó cortar todas las vías de comunicación de la Selección de una forma directa y clara: emparejamientos individuales por todo el campo para que España no encontrase el hombre libre dentro y tuviese que buscar única y exclusivamente un juego directo con Morata. La lesión de Pedri tras la patada de Kroos dejó a De la Fuente sin ese futbolista capaz de conectar con primeros toques y dar tiempo al resto, pero a cambio ganó verticalidad y mayor presencia en el área, algo que a la postre sería totalmente decisivo.

La jugada con los intocables del entrenador

La jugada es la siguiente. Aymeric Laporte, al que De La Fuente ha defendido siempre, dándole tiempo para que se recuperase de su contractura y esperándole pese a haberse ido a Arabia, lo que a ojos del mundo y sobre todo para un central, es haber dicho adiós a la Selección, volvió a empezar la jugada. Pocos futbolistas tan precisos y que lleven dentro, como escrito a fuego, la pulsión por hacer de centrocampistas pese a no serlo, como si la posición que ocuapn fuese solo la excusa para expresar de verdad aquello que tienen dentro.

Aymeric Laporte filtra ante la presión al hombre de Alemania.  WYSCOUT
Aymeric Laporte filtra ante la presión al hombre de Alemania. WYSCOUT

En la imagen anterior se aprecia perfectamente el movimiento de Rodri, marchándose de la zona central para abrir un agujero que explotar desde el pase. El marcaje individual se mueve a través de la rotación, desajustando las piezas del rival para que el tablero agarre una forma que te favorezca. Aymeric Laporte fue clave para tratar de mitigar la presión alemana, que en el primer tiempo dificultó el avance.

En Álvaro Morata confluye una crítica feroz, a ratos excesiva y desbordante, que él alimenta con fallos ante el portero y decisiones más que cuestionables. Pero la confianza de el técncio en él es inquebrantable, y va más allá de su capitanía o liderazgo. Lo cierto es que Morata, aún en cuentagotas y con sus errores, sigue siendo imprescindible para dar forma a la idea de su entrenador, una mezcla de intensidad, ritmo y juego directo con cierta pausa.

Morata recibe y activa a Lamine Yamal, con clara ventaja en el 1x1.  WYSCOUT
Morata recibe y activa a Lamine Yamal, con clara ventaja en el 1x1. WYSCOUT

Casi nadie le dio el mérito necesario a Morata por esta acción previa al 1-0 que explica el gol y, sobre todo, explica la confianza de De La Fuente en él. El jugador del Atlético de Madrid se ha acostumbrado a vivir en una espece de limbo futbolístico, un espacio de crítica y silencio, un jugador convertido en meme, lo que le aleja de los éxitos que merece porque el ruido anterior puede con todo. Y pasan los entrenadores, los años y los partidos, y Morata sigue siendo el titular por jugadas como esta, que se dan más de la cuenta y tienen un valor capital para perfilar una forma de jugar. Una identidad.

Dani Olmo remata solo en área rival.  WYSCOUT
Dani Olmo remata solo en área rival. WYSCOUT

El gol expuso las debilidades de una Alemania demasiado blanda y pueril una vez su intimidante presión era superada, como si de repente todo aquello que parecía real solo fuese de cartón piedra. La frontal propia era un glaciar, y España castigó usando a Morata como cebo y aprovechando la pausa sin freno de Lamine Yamal, que no necesita regatear ni desbordar para ser diferencial, algo que muchos extremos tardan años en descubrir mientras esta realidad les está vedada a la gran mayoría de delanteros. Con solo 16 años, Lamine ya la conoce.

España sufrió mucho los últimos 25 minutos. El final de partido era lógico, pues a Alemania no le quedaba otro camino que empotrar al rival con centros y un ardor bárbaro que resaltase su identidad. Y el técnico riojano, lejos de darle herramientas a los suyos, se las quitó. Sin Lamine Yamal, Nico Williams ni Morata, España se quedó sin opciones de salir más allá de las que imaginó un Dani Olmo en estado de gracia, como flotando y con un nivel de confianza que llevó al resto en bolandas. Aún así, sobrevivir costó, y Alemania le enseñó a España que para ganar no bastará con querer ganar, sino con hacerle notar al rival que irás a por la victoria aún teniéndola de forma virtual. No hay nada peor que limitarse a sobrevivir. Francia espera.