La charla de Sagnol que llevó ante España a la histórica Georgia de Mamardashvili: "Jugad cómo cuando teníais 16 años"
El técnico Sagnol, pausado, reconoció que sus jugadores solo actuaban para "que nuestra nación se sienta orgullosa".
Gelserkirchen (Alemania).- Acabó el partido en Gelserkirchen y los jugadores de la Selección de fútbol de Georgia que estaban en el banquillo salieron como resortes. Los que estaban en el campo se giraron hacia su portería y acudieron como locos a abrazar a uno de los héroes, Mamardashvili, el portero del Valencia que puede emigrar a la Premier y que en esta Eurocopa está haciendo historia. Brazos en alto, mirada al cielo, y rápidamente absorbido por la marabunta roja sobre el césped en una noche calurosa y excitante para Georgia, en el momento más épico de su corta historia futbolística.
Si Kvaratskhelia es el faro, el Maradona del Cáucaso, aquel jugador al que le das un melón y te lo convierte en una mina de oro, máximo goleador del torneo, el guardameta es del mismo nivel. Sobre el césped, detuvo todo lo que llegó, primero una falta de Cristiano Ronaldo que iba potente por el centro de la portería, después otras manos salvadoras, como la que desplegó a tiro de Dalot justo cuando se iba a revisar la acción de penalti sobre Lochoshvili por parte de Antonio Silva. Y así hasta en cinco ocasiones claras.
Hasta Roberto Martínez, que entendió que sus jugadores no igualaron "la intensidad de una Georgia que se adelantó, que era lo que quería, y estaba haciendo historia", señaló al meta como el artífice de la sorpresa: "Su portero se desempeñó muy bien. Y ellos creyeron mucho, mantuvieron el nivel durante 90 minutos".
En medio de las celebraciones, Mamardashvili se liberó y acudió solo a la grada de Georgia, la que animaba en el segundo tiempo y le empujaba a seguir ante el acoso portugués, y les agradeció el calor. Saltó la ristra de fotógrafos y alzó las manos. Se llevó los aplausos y antes de meterse en el vestuario tras saborear el momento, se santiguó hasta tres veces. La UEFA decidió que el MVP del encuentro sería el extremo, y no el meta, aunque para Georgia sus paradas fueran la esperanza.
Aplausos en la sala de prensa y una mirada a la "mejor"
"Es el mejor día de la historia de Georgia", se arrancó el delantero del Nápoles, ambicioso, que invitó a los periodistas que lo recibieron con aplausos en la sala de prensa a "pensar ya en España". El jugador se despidió con una tímida ovación. Y llegó Willy Sagnol, el técnico del milagro, quien se felicitó porque hubiera periodistas "franceses por primera vez" en toda la Eurocopa. Es lo que ha conseguido con esta heroicidad.
El entrenador, en un discurso muy sincero, pausado, reconoció que hasta que no pitó el árbitro no se lo creyó ("recuerdo aquella final de Champions entre Bayern y Manchester") y que la ventaja de su equipo es que solo juega para "que nuestra nación esté orgullosa". Por eso mismo, le lanzó este mensaje a los jugadores antes del partido: "El mensaje que les di fue que jugaran a fútbol, que fueran disciplinados con balón y que sin él se acordaran de cuando tenían 16 y 17 años", argumentó, y elogió a España: "Ha sido probablemente el mejor de la primera fase, pero lucharemos". Y lo hicieron, todo eso, gracias también a un portero que lo detuvo todo.